Dictaduras

En Corea del Norte no se puede elegir profesión: el Estado decide por ti

En este régimen asiático, a las personas se les asigna una ocupación concreta en base a varios factores, como la lealtad al régimen

El líder de Corea del Norte Kim Jong Un
El líder de Corea del Norte Kim Jong UnDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Una de las preguntas más repetidas que se le suelen hacer a los niños es 'qué quieren ser de mayores'. Los pequeños, ya desde pronta edad, muestran entusiasmo y predilección por distintos campos profesionales, aunque suelen coincidir en ocupaciones relacionadas con el deporte, la seguridad, los cuidados o la investigación. A medida que se crecen y adquieren experiencia, muchos cambian de opinión, pero solo algunos mantienen esa ilusión de la niñez, que termina convirtiéndose en vocación férrea.

En la inmensa de países libres, como es lógico, las personas eligen a qué se quieren dedicar profesionalmente en base a sus capacidades e intereses. Sin embargo, hay ciertos lugares donde la autocracia no permite a sus ciudadanos siquiera tomar uno u otro camino, y se les impone de forma despótica una ocupación en concreto. En Corea del Norte, el gobierno autoritario de Kim Jong-un mantiene un sistema en el que el Estado asigna a cada ciudadano su ocupación laboral según diferentes factores, algunos de ellos identitarios.

Heredado de las estructuras soviéticas, Corea del Norte ha 'perfeccionado' la asignación obligatoria del empleo y ha hecho de ello una herramienta dura de control social sobre su población. Utilizan el llamado "songbun", una clasificación que determina el nivel de lealtad de cada individuo al régimen, para dividir a la población en tres grandes grupos: "core" (leales), "wavering" (dudosos) y "hostile" (enemigos).

Esta forma de compartimentación social no solo afecta a los individuos, sino también a las familias en su conjunto, y a través de ella el Estado dictatorial determina el lugar donde pueden vivir, la escuela a la que les está permitido asistir e, incluso, la ocupación profesional a la que se deben dedicar por el resto de sus vidas.

Corea.- Corea del Norte cierra su Embajada en España
Corea.- Corea del Norte cierra su Embajada en EspañaEuropa Press/Contacto/Gavin JohnEuropa Press

Así, los antecedentes familiares, la ideología política y el historial académico, junto al "songbun" son usados en contra de la ciudadanía para imponerles de forma obligada un trabajo concreto. De hecho, la desigualdad en base a la "fidelidad" al régimen es tal que, por ejemplo, un estudiante sobresaliente con un expediente académico impecable puede ser rechazado para estudios universitarios superiores si su abuelo fue acusado de colaborar con los japoneses durante la ocupación o si algún familiar intentó escapar del país.

De la misma manera, aunque no siempre sean los más cualificados, los hijos de funcionarios fieles al Partido de los Trabajadores (como diplomáticos, oficiales del ejército o empleados del gobierno), suelen acabar obteniendo posiciones privilegiadas y trabajos mejor retribuidos o con menor carga física.

Así funciona el sistema de "asignación laboral" norcoreano

Tras terminar la educación secundaria, casa estudiante debe someterse a un proceso de "asignación laboral" en el que no tiene permitido elegir. Son las agencias estatales las que deciden el trabajo al que deberá dedicarse cada persona, basándose en las "las necesidades del Estado" y el perfil político de cada individuo. Las asignaciones más duras o indeseadas, como minero o basurero, suelen aplicárseles como castigo a los ciudadanos con un "songbun" bajo.

La organización Walk Free Foundation señalaba que las circunstancias en las que viven estos norcoreanos entran dentro de la definición de esclavitud moderna, ya que se considera como tal "situaciones de explotación que una persona no puede rechazar o abandonar por amenazas, violencia, coerción, abuso de poder o engaño", como compartía EuropaPress.

Cambiar de empleo es prácticamente imposible, y tanto para mudarse a otra ciudad o para tomar una nueva ocupación, un ciudadano del régimen de Kim Jong-un debe obtener un permiso oficial por parte del estado, lago muy difícil de conseguir. Además, abandonar un trabajo asignado sin autorización puede llegar considerarse una forma de sabotaje, lo que está penado con sanciones muy duras.

Tal y como han denunciado norcoreanos desertores y diferentes ONGs, estos castigos pueden incluir desde la pérdida de raciones alimentarias hasta trabajos forzados e incluso la ejecución. Este sistema de asignación forzosa del empleo hace a las personas aún más dependientes del Estado, del que no pueden escapar la mayoría de las veces.

Más que una cuestión de organización laboral, este sistema representa una herramienta de vigilancia y subordinación que niega la autonomía personal del individuo. En la dictadura de Corea del Norte, el destino de una persona ha sido decidido por parte del Estado prácticamente desde el nacimiento, y la vocación es un lujo reservado para aquellos considerados 'leales' al régimen.