
Radar militar
Corea del Sur ahora quiere aumentar su capacidad de vigilancia y lo hará con estos nuevos aviones espía
Corea del Sur moderniza su capacidad de vigilancia aérea con un contrato de más de 2.260 millones de dólares para adquirir una nueva generación de aviones espía estadounidenses

La Fuerza Aérea de Corea del Sur está a punto de dar un salto cualitativo en sus capacidades de defensa. El país asiático ha puesto en marcha un ambicioso programa para renovar su flota de aviones de alerta temprana y control aéreo, una inversión estratégica diseñada para mejorar drásticamente la vigilancia de su espacio aéreo y la eficacia de sus misiones. Estas nuevas aeronaves, una vez operativas, podrán volar más rápido y a mayor altitud durante periodos más prolongados. Este tipo de plataformas son cada vez más cruciales en la defensa moderna, una tendencia que también se observa en otros países aliados como España con su primer avión de vigilancia de fabricación nacional.
De hecho, el corazón tecnológico de este proyecto reside en su avanzado equipamiento. Los aviones integrarán un sofisticado sistema de radar AESA, ya probado en combate, que gracias a la miniaturización de sus sensores permite detectar y rastrear amenazas con una celeridad muy superior a la de los sistemas convencionales. Se trata de una herramienta de vanguardia para la defensa y la recopilación de inteligencia en un entorno geopolítico complejo.
Además, uno de los pilares del acuerdo es la garantía de una coordinación fluida con sus principales aliados. Un aspecto clave, tal y como han publicado en Interesting Engineering, es que su sistema de comunicaciones será plenamente interoperable con la OTAN y las fuerzas de Estados Unidos, lo que asegura una integración total en posibles operaciones conjuntas y refuerza los lazos de defensa internacionales. Esta característica es vital para la ejecución de operaciones conjuntas, como demuestra el despliegue de un avión A400M español en el Báltico para una misión clave de la Alianza.
Una alianza internacional para la vigilancia del futuro
En este sentido, el contrato, valorado en más de 2.260 millones de dólares, no se ha adjudicado a una única empresa, sino que es el resultado de una compleja colaboración internacional. La compañía estadounidense L3Harris lidera el proyecto, pero cuenta con socios de primer nivel como la canadiense Bombardier, que suministra los aviones; la firma israelí Israel Aerospace Industries’ ELTA Systems; y la compañía local Korean Air.
Por otro lado, la aerolínea surcoreana jugará un papel fundamental en todo el proceso. No será una mera espectadora, sino que participará activamente en las tareas de modificación de las aeronaves, en la integración de los sistemas y, posteriormente, se encargará del mantenimiento de la flota. La plataforma elegida es el reactor de negocios Bombardier Global 6500, que ya de serie ofrece una base de partida excelente con un alcance de 12.223 kilómetros y una velocidad máxima de Mach 0,90.
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