Elecciones
Cuando la mayoría absoluta no es suficiente
Erdogan quiere más poder. Con 13 votos de la oposicón podrá convocar una consulta y cambiar la Constitución.
El hecho de que el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) haya recuperado su mayoría absoluta en las elecciones del domingo no ha servido para que Turquía pueda salir de la crisis política. En su primera comparecencia tras los comicios, el primer ministro saliente y líder del AKP, Ahmed Davutoglu, dejó claro ayer que la intención de su partido es reformar la Constitución para instaurar un sistema presidencialista, principal objetivo del presidente, Recep Tayyip Erdogan.
Davutoglu apeló a los tres partidos de la oposición con representación parlamentaria para que cooperen con el AKP en la elaboración de una nueva Constitución. «Dejemos atrás la Constitución del golpe y comencemos todos juntos con una Constitución civil y de libertad», instó el líder del AKP, en referencia a la Carta Magna vigente, que procede de la época del régimen militar tras el golpe de Estado de 1980. «Los comicios del 1 de noviembre fueron el referéndum de una nueva Turquía. Han mostrado que la vieja Turquía está profundamente enterrada y que nunca será recuperada», arengó el primer ministro. Pero para reformar la Constitución necesitaría dos tercios del Parlamento (367 escaños) o convocar un referéndum vinculante sobre la reforma, para lo que sólo necesitaría el apoyo de 330 diputados, 13 más de los que consiguió el AKP. Sin embargo, ninguna de las tres formaciones opositoras, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), el prokurdo Partido Democrático del Pueblo (HDP) y el ultraderechista Partido de Acción Nacionalista (MHP), parece estar dispuesto a apoyar un sistema presidencialista, que daría poderes absolutos a Erdogan.
El presidente turco se sintió ayer molesto por las reacciones en la Prensa internacional que criticaron su liderazgo. «El mundo entero tiene que respetar esto. No he visto mucho de este respeto en el mundo», dijo. Erdogan destacó que «la voluntad nacional se manifestó en las elecciones a favor de la estabilidad» y defendió la idea de «una nación, una bandera, una patria y un Estado» ante las grandes conspiraciones.
Tras los resultados, se espera una rápida formación de Gobierno, ya que el AKP podrá ahora gobernar en solitario. Estas elecciones anticipadas son el resultado de la falta de acuerdo entre los principales partidos que no lograron formar un Ejecutivo de coalición tras las elecciones de junio.
La división política también se refleja en una sociedad turca cada vez más polarizada. Manifestaciones, disturbios y enfrentamien-tos se registraron en las calles de Turquía tras conocerse los resultados. Los seguidores del prokurdo HDP, que han obtenido un 3% menos que en junio, temen que un Gobierno en solitario del AKP eche por tierra las negociaciones de paz. Esta minoría vaticina malos tiempos para la democracia en Turquía, especialmente en el feudo de Diyarbakir, donde el domingo se vivió una nueva noche de enfrentamientos callejeros.
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