
OTAN
Saltan las alarmas: un dron ruso entra en Rumanía mientras Polonia envía aviones de combate
El incidente se produce tres días después de la polémica incursión de drones rusos en Polonia

Rumanía y Polonia denunciaron este sábado nuevas incursiones de drones rusos en su espacio aéreo, en medio de los ataques de Moscú contra infraestructura ucraniana cercana a las fronteras de ambos países. Los incidentes, que obligaron a la activación de cazas aliados y al cierre temporal de un aeropuerto en Polonia, han encendido las alarmas sobre una posible expansión de la guerra hacia territorio de la OTAN.
El Ministerio de Defensa de Rumanía informó que dos cazas F-16 despegaron a las 18:05 horas desde la base aérea de Fetesti para supervisar un ataque ruso contra el Danubio ucraniano. Minutos después, a las 18:23 horas, los aviones detectaron un dron en el espacio aéreo nacional y lo siguieron cerca de la localidad de Chilia Veche, en la frontera con Ucrania, hasta que “desapareció del radar”.
La canciller Oana-Silvia Toiu precisó que el dron fue rastreado durante 50 minutos en territorio rumano, sin causar daños ni víctimas. Calificó la incursión de “inaceptable e imprudente”. El ministerio añadió que la aeronave no sobrevoló áreas pobladas ni supuso un riesgo inmediato para la población.
Operación preventiva en Polonia
Casi en paralelo, Polonia lanzó una operación aérea preventiva ante la amenaza de drones rusos en regiones ucranianas cercanas a su frontera.
La comandancia operativa del ejército polaco confirmó en X que se desplegaron aviones y sistemas de defensa antiaérea y de reconocimiento terrestre, que alcanzaron su “máximo nivel de alerta”. Estas maniobras duraron alrededor de dos horas, tras las cuales la situación volvió a la normalidad.
El primer ministro Donald Tusk informó que se trató de “operaciones preventivas en el espacio aéreo polaco” para proteger a la población y asegurar la soberanía del país.
La Agencia de Servicios de Navegación Aérea comunicó el cierre del aeropuerto de Lublin, en el este del país, debido a las actividades militares. Además, el centro de seguridad del gobierno advirtió a la población sobre un riesgo de ataques aéreos en varios distritos fronterizos.
Estos movimientos se producen apenas días después de que más de una docena de drones rusos cruzaran el espacio aéreo polaco, lo que llevó a la OTAN a interceptar algunos de ellos en la que fue la primera acción de combate en la historia de la Alianza en territorio aliado. Tras el episodio, Polonia invocó el Artículo 4 del Tratado Atlántico Norte, que obliga a consultas formales entre socios cuando un miembro se siente amenazado.
Moscú ha negado estar apuntando contra Polonia o Rumanía y argumenta que sus drones se desviaron por interferencias de navegación. Sin embargo, líderes europeos aseguran que las incursiones son una provocación deliberada de Rusia.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski calificó los incidentes como una “expansión evidente de la guerra por parte de Rusia” y advirtió que “no puede tratarse de un error o iniciativa de bajo nivel”. Pidió a Occidente reforzar los sistemas de defensa colectiva y endurecer las sanciones contra Moscú: “No esperen a que decenas de Shaheds y misiles balísticos caigan antes de tomar decisiones”, dijo.
En Washington, el presidente Donald Trump reiteró su disposición a imponer “sanciones importantes contra Rusia”, pero las condicionó a que todos los miembros de la OTAN hagan lo mismo y dejen de comprar petróleo ruso.
El secretario de Estado Marco Rubio expresó su preocupación, aunque planteó dudas sobre si la violación del espacio aéreo polaco fue intencionada. Para Varsovia, en cambio, no hay margen de error: considera que se trató de un acto de provocación directa.
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