Francia
Mélenchon consuma el cisma de los socialistas franceses
Un pacto entre izquierdas no es nuevo en Francia pero la diferencia ahora es quién lleva el timón
Como si de una gran paradoja política se tratase, la unión de la izquierda francesa ha provocado el cisma definitivo del partido socialista francés. Este jueves por la noche el comité nacional del PS seguía debatiendo, al cierre de esta edición y con un resultado que se prevé incierto, su unión a la gran coalición liderada por el izquierdista populista Jean-Luc Mélenchon para concurrir a las elecciones legislativas de junio. Una gran coalición que bajo el rimbombante nombre de Nueva Unión popular ecologista y social que ha ido sumando durante esta semana a ecologistas y comunistas.
La unión del PS sin embargo, podría traer cola. Son múltiples las voces que durante la semana han alertado sobre los riesgos que supone para la formación llegar a un pacto liderado por una formación populista y euroescéptica como la de Mélenchon. Las últimas en poner el grito en el cielo han sido el expresidente Francois Hollande y el exprimer ministro Bernard Cazeneuve que incluso ha amenazado con irse del partido, como otros tantos. Las críticas por la decisión al actual secretario general del partido, Olivier Faure, también llegan desde Europa. En Bruselas temen la sumisión del histórico PS a los postulados euroescépticos de Mélenchon.
Lo cierto es que un pacto entre izquierdas no es nuevo en Francia pero la diferencia ahora es quién lleva el timón. Históricamente el PS tenía la hegemonía de la izquierda francesa y eso se plasmaba en los pactos con otras formaciones de izquierda. Ahora, quien legítimamente toma el mando, gracias a sus 7,7 millones de votos en la primera vuelta de las presidenciales el 10 de abril, es Mélenchon, un exministro socialista que en la última década y media, tras romper con el PS, ha creado un poderoso movimiento análogo a Podemos en España. Parte de su ascenso es debida a que el hipercentro de Macron ha fagocitado a los partidos tradicionales, dejando a la socialdemocracia moderada dentro del macronismo.
En su visión de Europa, de las relaciones transatlánticas y del reformismo económico, buena parte de los dirigentes disidentes de esta gran coalición de izquierdas están más cerca de Macron que de Mélenchon. Con esta entrada del PS en la gran coalición, la izquierda tiene más opciones de ganar circunscripciones en las legislativas y plantar cara a la mayoría parlamentaria de Macron pero, al mismo tiempo, el presidente podría intentar pescar entre los disidentes para buscar una mayoría reforzada en la futura Asamblea Nacional con pesos pesados del partido.
El acuerdo contempla un reparto de candidaturas en las legislativas. Al PS le corresponderían 70 circunscripciones de 577. Los otros partidos que también se han sumado al pacto, Europa Ecología-Los Verdes y el Partido Comunista, obtendrían respectivamente unas 100 y unas 50 circunscripciones. La idea es que, para no dividir el voto, los partidos de izquierdas presenten un único candidato.
El acuerdo de la gran coalición de izquierdas incluye, entre otros puntos, promocionar a Mélenchon como primer ministro si logran una mayoría en las urnas, rebajar la edad de jubilación de los 62 años actuales a los 60, aumentar el salario mínimo a 1.400 euros netos mensuales y congelar los precios de los productos de primera necesidad. El principal escollo en el PS, fuerza fundamental en la construcción de Europa, es la promesa de Mélenchon de una “ruptura concertada” con los tratados de la Unión Europea. Los defensores de la gran coalición subrayan que este punto queda bloqueado ya que el texto frena cualquier deriva de intentar sacar a Francia de la UE pero no excluye desobedecer algunas reglas fiscales.
Además, en las filas socialistas muchos constatan que, en su situación actual de crisis existencial, no están en condiciones de exigir demasiado. Y que la única manera de hacerse oír en la próxima Asamblea Nacional y evitar la extinción definitiva es integrarse en la llamada Nueva Unión de izquierdas capitaneada por Mélenchon. Olivier Faure, primer secretario del PS y promotor del acuerdo, se defendió el domingo en la radio France Info: “Esta gente debería hacerse algunas preguntas”. Y señaló a la generación de Hollande como responsable de las políticas que llevaron a la debacle electoral de 2017, prólogo del hundimiento de 2022.
En un sondeo publicado el martes, el instituto Harris señala que, de celebrarse ahora las legislativas, Macron obtendría una amplia mayoría de escaños (entre 338 y 378). El sondeo se realizó antes de que este jueves se presentara también la gran coalición macronista de centro que aglutina al centrista MoDem, al movimiento Horizons del exprimer ministro Edouard Phillipe y a La República en Marcha rebautizadla ahora como Renacimiento. Le seguiría la extrema derecha de Marine Le Pen y otros partidos pequeños (entre 110 y 140). Y, en tercer lugar, la unión de la izquierda (entre 70 y 90). Otro sondeo, de Ifop, señala que el 67% de franceses desea que la oposición sea mayoritaria en la Asamblea Nacional y que imponga un Gobierno de otro color al del presidente.
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