UE

Los Veintisiete vetan a Rumania y Bulgaria dentro del espacio Schengen pero admiten a Croacia

Austria y Países Bajos rechazan el ingreso de los dos países en contra del criterio de Bruselas

Los Veintisiete han dado un sonoro portazo a Rumanía y Bulgaria al rechazar su entrada en el espacio sin fronteras Schengen, mientras han decidido dar luz verde a Croacia que se unirá a este club el 1 de enero de 2023, misma fecha en la que el país ingresará en la moneda única.

La entrada de Rumania y Bulgarianecesitaba la unanimidad de los Veintisiete y las reticencias de Países Bajos y Austria han sido las que han llevado a esta fumata negra. La Comisión Europea había publicado un informe positivo para estos tres países y ha mostrado su malestar por el resultado de la votación. De hecho, el Ejecutivo comunitario asegura que seguirá batallando para que, antes del fin de esta legislatura, los dos países acaben fomando parte del espacio sin fronteras Schengen.

Ahora corresponde a la presidencia sueca que coge el timón del club comunitario el 1 de enero decidir si este tema forma parte de sus prioridades. Si no hay avances en los próximos seis meses, esta tarea puede recaer sobre la presidencia española que comenzará en el mes de julio. “Esperemos la incorporación de Croacia, Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen que, como saben, es un pilar básico de la Unión Europea y son tres países que han demostrado evidentemente cumplir todos los requisitos para ser plenos íntegramente”, ha asegurado este jueves el ministro de Interior, Fernando Sánchez Marlaska a su llegada al Consejo de ministros de Interior, antes de que se produjera la fumata negra.

Según fuentes diplomáticas, Países Bajos sí que se había mostrado en el último momento a favor de la entrada de Rumanía, pero Austria ha seguido bloqueando esta opción. Según ha estado explicando estos últimos días el canciller austriaco Karl Nehammer, esta negativa se debe a la llegada de más de 75.000 inmigrantes ilegales que no han sido registrados en los países de paso, a pesar de que la legislación actual obliga a los Estados de entrada al club europeo a expulsar a los inmigrantes ilegales o tramitar las demandas de asilo en el caso de los refugiados, y evitar los movimientos secundarios.

Trabajo por hacer

En el caso de Bulgaria, Holanda considera que al país le queda mucho por progresar en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado. De hecho, el primer ministro Mark Rutte, aseguró que era fácil sobornar por 50 euros a los agentes búlgaros para entrar ilegalmente en territorio europeo desde Turquía.

Los países afectados han reaccionado con indignación. “Estas posiciones están dictadas por consideraciones políticas internas y no por deficiencias de la parte búlgara a la hora de aplicar los requisitos de Schengen”, criticó el primer ministro interino búlgaro, Galab Donev.”La sospecha de la aplicación de un doble rasero en la UE, especialmente por parte de los Países Bajos, está tomando cuerpo”, añadió.

Lo cierto es que este debate ha estado presidido por un alza vertiginosa del número de llegadas a suelo europeo a través de los Balcanes Occidentales. Según los últimos datos, entre enero y noviembre de este año intentaron llegar a territorio comunitario 130.000 personas, el triple que el mismo periodo hace un año. Los países de lo Balcanes tienen acuerdos de liberalización de visados con la UE, pero el problema reside en que en los últimos años algunos Estados como Serbia han puesto en marcha acuerdos de liberalización con terceros países mucho más laxos que los mantenidos por la UE. Esto permite que inmigrantes ilegales se cuelen en territorio europeo a través de esta ruta. Serbia es el país que ahora mismo preocupa más a la UE. De hecho, Belgrado se ha comprometido a dar marcha atrás en algunos acuerdos con terceros países. Ya lo ha hecho en el caso de Túnez y Burundi y y ha prometido a seguir el mismo camino respecto a India y otros países.

Este pasado lunes, la Comisión Europea presentó un plan para reducir la inmigración a través de estos países. Este conjunto de medidas incluye la posibilidad de enviar efectivos de la agencia europea, Frontex, a las fronteras no comunitarias de los Balcanes además de más fondos para gestionar las llegadas.

La UE no quiere que este aumento de los flujos migratorios empañe las relaciones entre estos países y el bloque. La guerra en Ucrania ha hecho que el club comunitario sea cada vez más consciente de la necesidad de tener las mejores relaciones con sus vecinos, con el objetivo también de alejar a estos países de los tentáculos de China y Rusia. A pesar de los lentos procesos de adhesión sujetos a reformas, los Veintisiete están cortejando a estos países a través de más ayuda para la transición energética, la participación en el programa de intercambio estudiantil Erasmus o menores tarifas de roaming a partir de 2023.