El Grupo terrorista Hamás le declaró la guerra a Israel en un sorprendente ataque de madrugada que se prolongó durante más de siete horas. Benjamín Netanyahu respondió con un contrataque en la franja de Gaza y durante la jornada recuperó el control de 29 lugares que habían sido tomados por Hamás, aunque los combates se siguen produciendo en 8 zonas. El conflicto se ha trasladado a Líbano, desde donde las Fuerzas de Defensa de Israel aseguran que se ha disparado a su territorio.

El último balance sitúa en al menos 700 los muertos en Israel y en 560 en Gaza. Más de 2.240 heridos permanecen en los hospitales israelíes, 365 de ellos en estado grave como consecuencia de la ofensiva por tierra y aire de Hamás y las represalias israelíes. A ellos hay que sumar los miles de heridos y las decenas de israelíes apresados por las milicias palestinas.

Asimismo, en un mensaje publicado en su cuenta de X (antes Twitter), el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que su país se está "embarcando en una guerra larga y difícil", impuesta por Hamás. La primera fase de la guerra, escribe Netanyahu, implica “destruir la mayoría de las fuerzas enemigas” que se han infiltrado en Israel y han matado a civiles y soldados.

Israel ha comenzado una ofensiva en Gaza “y la continuará sin vacilación y sin tregua, hasta que se logren los objetivos”, manifestó. Minetras, el Movimiento de Resistencia Islámica amenaza con ejecutar a un rehén isarelí por cada bombardeo no anunciado.