
Guerra civil sudanesa
Guerra de Sudán: El ejército consigue importantes avances en la capital y se calculan 120.000 muertes por el conflicto
La ofensiva iniciada el mes de enero asegura la práctica totalidad de Jartum a manos del ejército regular, mientras que Darfur sigue en manos de los paramilitares

La guerra civil sudanesa cumple este cinco de febrero su sexcentésimo sexagésimo segundo día. En ese tiempo, se ignora cuántos fallecidos se han acumulado con exactitud. Apenas un puñado de periodistas han tenido acceso a áreas próximas a las fronteras, con la capital Jartum, inmersa en el caos de los combates desde el primer día de conflicto. Uno de los bandos implicados, las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF por sus siglas en inglés), ha sido acusado de forma reiterada de reactivar el genocidio de Darfur; el otro bando, el ejército regular sudanés (FAS), también ha sido acusado de perpetrar un cúmulo de crímenes de guerra.
Los civiles también mueren en números desconocidos. Sólo el 14 de enero, se calcula que fallecieron alrededor de 120 civiles durante un bombardeo ocurrido sobre el área de Dar-Salam, en la localidad de Omdurmán. El 1 de febrero, otro bombardeo perpetrado contra un mercado de la misma localidad se saldó con 50 muertos y 150 heridos (aproximadamente). El secretario general de Médicos Sin Fronteras, Chris Lockyear, que se encontraba en ese momento de visita en un hospital próximo a la zona de impacto, aseguró que “lo que veo frente a mí es una escena de carnicería total, un ejemplo más de la crueldad de esta guerra y de las consecuencias que tiene sobre la población”. El valor estimado de muertes desde el inicio del conflicto es un absoluto misterio, mientras que existen discrepancias en torno al número por el que puedan rondar.
Tom Perriello, el enviado especial de Estados Unidos para Sudán, atribuyó un rango de muertes que oscilaban entre las 15.000 y las 150.000. La base de datos de Armed Conflict Location and Event Data (ACLED) indicó en su propio informe que se ha calculado una media de 1.200 muertes mensuales a lo largo del conflicto, a las que habría que añadir 19.000 producidas durante los primeros cinco meses de enfrentamientos. La Unión de Médicos de Sudán atribuye una cifra similar, lo que significaría que han muerto a fecha actual alrededor de 40.000 personas como consecuencia directa del conflicto. Habría que sumar las personas fallecidas de forma indirecta (hambruna, enfermedades, asesinatos) por el conflicto, donde los estudios estiman en cualquier guerra convencional que ocurre una media de dos muertes indirectas por cada muerte directa. Esto supondría que podrían haber fallecido en Sudán alrededor de 120.000 personas desde el inicio del conflicto.
Las masacres ejecutadas en Darfur contra poblaciones de etnias negras, ocurridas en puntos lejanos e imposibles de acceder para las organizaciones humanitarias; las escaramuzas en el centro del país, enorme y desolado; las ejecuciones masivas realizadas por ambos bandos sin control; son algunas de las razones que llevarían a considerar que el número de muertes en Sudán superan ampliamente la media de parámetros considerados para una guerra convencional.
Racha de victorias para las FAS
Excluyendo el plano humanitario, cabe a destacar que el conflicto ha experimentado en las últimas semanas un cambio de ritmo destacable. Tras registrarse en 2024 una tendencia que se diría favorable a las Fuerzas de Apoyo Rápido, el ejército sudanés, comandado por el general Al Burhan, ha cosechado un número importante de victorias que han inclinado la balanza en su favor. La primera noticia que se obtuvo al respecto fue la toma de la ciudad de Wad Madani, capital del estado de Gezira, en enero de este año. Entonces, el ejército regular arrebató el control de la ciudad a las RSF tras un mes de combates. Como resultado inmediato de su victoria, los militares procedieron a ejecutar a 1.400 personas acusadas de colaborar con el bando enemigo.
Pero más relevancia en el balance de la guerra tendrían las recientes victorias registradas por las fuerzas armadas sudanesas en la capital del país, Jartum. Cabe a recordar que Al Burhan tuvo que abandonar en 2024 la ciudad, debido a los importantes avances registrados por las RSF, y que las FAS estuvieron asediadas durante casi dos años en el Comando General de Jartum, hasta que consiguieron romper el cerco el 24 de enero de 2025 y conectar con el grueso de sus fuerzas en el norte de la ciudad. Consecutivo a esta ruptura, las fuerzas gubernamentales han conseguido organizar una ofensiva que ha reportado fructíferas victorias en este campo de batalla y que llevan a algunos expertos a considerar que la derrota de las RSF en Jartum es cuestión de tiempo.
El líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido, Mohamed Dagalo, reconoció en una comparecencia reciente los reveses sufridos por sus tropas en Jartum, aunque añadió que “no disfrutará [el ejército regular] por mucho tiempo el Comando General”. Imágenes aéreas recientes mostraron a los restos de las RSF que huían de la capital a través de la presa de Jebel Awliya, supuestamente en dirección a la región de Darfur, que puede considerarse ahora su principal bastión. La toma de Jartum por parte de las FAS no significa necesariamente un fin próximo del conflicto. Habría que considerar, precisamente, Darfur, cuya extensión abarca casi los 500.000 kilómetros cuadrados (un tamaño aproximado al de todo España) y donde habitan las milicias aliadas de las RSF. Si recuperar Jartum se probó en extremo difícil para las SAF, la toma de la región de Darfur acarreará incluso más dificultades. Todavía queda guerra en Sudán. Y muertos. Aunque estos últimos correspondan a una cifra aproximada.
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