Migraciones

Irlanda planta cara a la inmigración ilegal con devoluciones al Reino Unido en el mismo día

El aumento de llegadas de inmigrantes ha llevado a Irlanda a aumentar la vigilancia en su frontera con Irlanda del Norte

Imagen de un cartel ubicado en Irlanda del Norte, zona que podría recibir el estatus de zona de amortiguación
Imagen de un cartel ubicado en Irlanda del Norte, zona que podría recibir el estatus de zona de amortiguaciónlarazon

Irlanda parece decidida a poner freno a la migración ilegal en su frontera con Reino Unido. Desde que comenzó el año, hasta finales de octubre, el gobierno irlandés informó de haber emitido un total de 1.792 órdenes de deportación, lo que supone un 140% más que ese mismo periodo en 2023.

Como recoge EFE, las cifras escalan en lo referido a deportaciones forzadas. El Ministerio de Justicia e Interior desveló que entre el 1 de enero y el 28 de octubre, se ejecutaron un total de 98 deportaciones forzadas que a su vez se traducen en un 165% más que en periodo anterior.

Según informa la 'BBC', la mayor parte de estas llegadas se está produciendo a través de los 500 kilómetros de frontera que les separa de Reino Unido, lo que además se ha traducido en un aumento de presencia policial en la zona. La mayor parte de los migrantes proceden de Reino Unido, y eligen esta ruta, ya que los controles de documentación son más laxos que en los aeropuertos, o ferris.

Son devueltos a Reino Unido en el día

No obstante, una vez son interceptados por los agentes de migración al cruzar la frontera, su estancia en Irlanda es breve, asegura el jefe de la Oficina Nacional de Inmigración de la Garda, Aidan Minnock, a la BBC. Minnock explica el proceso de deportación: "Si no tiene el estatus para estar en Irlanda, los llevamos a Dublín (...) los sacan en un ferry de vuelta al Reino Unido en el mismo día", concluye.

La mayor demanda de asilo se encuentra estrechamente relacionada con la postura de Reino Unido y la inestabilidad geopolítica. Tras el Brexit, la isla ha endurecido su política en de inmigración. A finales de abril, el Parlamento británico aprobó el conocido como 'Plan Ruanda', con el cual pretendían deportar a los solicitantes de asilo y extranjeros que llegaron a las islas británicas irregularmente, tras declarar al estado centroafricano como un país "seguro".

El problema de la vivienda

Si bien con la llegada al poder de nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, este fue cancelado, el miedo a las deportaciones continúa, y esto sumado a la buena situación socioeconómica de la isla vecina, han hecho de Irlanda una opción cada vez más atractiva para aquellos que buscan una vida mejor en Europa.

No obstante, este aumento de llegadas está suponiendo todo un reto para el gobierno irlandés, que pese a haber endurecido su política, sigue teniendo que lidiar con el ahora aún más agravado problema de la vivienda. Miles de jóvenes han tenido que volver a vivir con sus familias, o bien buscar su futuro fuera del país, ante el aumento de precio, y escasez de oferta.

Esta dificultad a la hora de encontrar casa también afecta a servicios de inmigración, ya que, según afirman, Irlanda no tiene la capacidad de acoger y proveer de un hogar a todos los solicitantes de asilo. Como resultado, la 'BBC' devela que muchos migrantes han tenido que ser alojados en hoteles, antiguas escuelas, e incluso tiendas de campaña.