Escalada

Israel permitirá la entrada de ayuda a Gaza a través de Egipto

La oficina del primer ministro Netanyahu aseguró que sólo se permitirá la entrada de "alimentos, agua y medicinas" en la Franja

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó ayer a Tel Aviv horas después de la masacre en el hospital Ahli Arab de la ciudad de Gaza, en el que, según el ministerio de salud palestino han muerto «más de 500 personas» y herido a cientos. Nada más llegar al aeropuerto Internacional de Ben Gurion, el líder norteamericano se fundió en un abrazo con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para luego trasladarse al hotel Kempinsky, donde tuvo lugar la reunión junto a varios miembros del gabinete de guerra del jefe de Estado hebreo.

«La mayoría de los palestinos no son de Hamás, y este no los representa. El pueblo palestino está sufriendo mucho, han perdido muchas vidas. Pienso en las víctimas. La gente necesita agua y refugio», explicó Biden, motivo por el que aseguró haber acordado con el Gobierno israelí «un sistema humanitario de ayuda hacia Gaza, el cual será inspeccionado para garantizar la seguridad. Si Hamás lo roba o no lo permite estará dejando claro que no está al lado del pueblo palestino». Además, el jefe estadounidense anunció «un paquete de ayuda humanitaria por valor de 100 millones de dólares para los territorios de Gaza y Cisjordania».

En cuanto a los rehenes, Biden aseguró que su «liberación es mi prioridad. Estoy haciendo todo lo que está en mi mano para garantizar su bienestar», y pidió que se permita el acceso a la Cruz Roja Internacional «para verificar su estado». Israel ha contabilizado 199 personas secuestradas por la organización islamista que gobierna Gaza, la mayoría son ciudadanos israelíes pero también hay europeos, norteamericanos y asiáticos. En cuanto a Hamás, indicó que el ataque del pasado sábado «equivale a quince 11 de Septiembre. Los terroristas pensaban que podían derrotarnos a todos, pero no lo han conseguido ni lo conseguirán».

De esta manera, volvió a mostrar su apoyo incondicional al Estado hebreo. «Si Israel no existiese, tendríamos que inventarlo. Es prioritario que Israel vuelva a ser un lugar seguro para los judíos. Haremos todo lo que está en nuestra mano para asegurarnos de que esto sea así. Garantizaremos todas sus capacidades militares. Por ello, esta noche pediré al Congreso un paquete de medidas para ayudar a Israel».

Biden, dijo este miércoles que su homólogo de Egipto, Abdelfatah al Sisi, accedió a abrir el cruce fronterizo que conecta a su país con la Franja de Gaza para que entren 20 camiones con ayuda humanitaria. El presidente hizo este anuncio durante una conversación con la prensa a bordo del avión presidencial Air Force One durante una escala en Alemania, en su viaje de regreso a Washington desde Israel, que visitó el miércoles.

Por otro lado, Biden explicó que, a pesar de que entendía «la rabia y el dolor de los supervivientes y los ciudadanos israelíes, y hay que exigir justicia, también hay que ser cautos y no dejarse llevar por esta porque puede llevar a errores estratégicos como los que cometimos después del 11-S. Esto es una democracia, eso nos separa de los terroristas. Israel es un milagro de la fe y la resiliencia. Cuando nos caemos al suelo, nos volvemos a levantar. Todos somos seres humanos», aseveró, para luego hacer varias citas teológicas.

Respecto a lo sucedido en el hospital de Gaza, el inquilino de la Casa Blanca mostró su apoyo a la versión israelí sobre lo ocurrido. Además, los servicios de inteligencia de Estados Unidos también apuntan a la Yihad Islámica como el autor del lanzamiento del misil. «Según lo que he visto, parece que lo hizo el otro equipo, no usted», le dijo a Netanyahu, durante la rueda de prensa anterior a la reunión, a la vez que indicó que «hay mucha gente por ahí» que no está segura sobre qué causo la explosión: un proyectil del Tsahal o un cohete lanzado por la Yihad islámica.

Biden dijo sentirse «profundamente entristecido e indignado» por las consecuencias brutales del ataque, por lo que habló de la necesidad de encontrar formas de «fomentar la capacidad de salvar vidas para ayudar a los palestinos inocentes atrapados en medio de esto». No obstante, no ofreció detalles o pruebas fehacientes sobre la autoría del ataque, mientras el ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamas, siguió asegurando ayer que fue causado por «un ataque aéreo israelí».

Por su parte, Netanyahu agradeció a Biden su vista que describió como «profundamente conmovedora. Sé que hablo en nombre de todo el pueblo de Israel cuando digo gracias, señor presidente, gracias por estar junto a Israel hoy, mañana y siempre». El primer ministro indicó que su homólogo «ha trazado una línea clara entre las fuerzas de la civilización y las fuerzas de la barbarie». Asimismo, mostró su determinación total para acabar con los terroristas del grupo palestino. «El mundo civilizado debe unirse para derrotar a Hamás», afirmó.

Por otro lado, la visita prevista del presidente norteamericano a Jordania, donde viven cientos de miles de palestinos refugiados y ayer se declararon tres días de luto por el ataque contra el hospital, en la que iba a reunirse con varios líderes árabes fue suspendida tras el ataque al hospital de Gaza.

El rey Abdullah II estaba organizando reuniones con el presidente palestino, Mahmud Abas, y el presidente egipcio, Abdel Fatah el Sisi. Pero el primero se retiró en señal de protesta. Asimismo, Ayman Safadi, ministro de Asuntos Exteriores de Jordania, indicó a una cadena de televisión estatal que la guerra está «llevando a la región al borde del abismo», y que la cumbre fue cancelada porque su objetivo era que «pusiese fin a la guerra», cosa que, en estos momentos, parece muy lejana. «La reunión se celebrará cuando todos los presentes puedan acordar trabajar para poner fin a la guerra y las masacres contra los palestinos», explicó Safadi.

El suceso no solo ha causado indignación en el mundo árabe, sino que ha incrementado las tensiones con los países vecinos, sobre todo en Líbano con protestas muy violentas contra la Embajada de Estados Unidos, incrementando el mayor temor de Tel Aviv: que pueda producirse un nuevo ataque contra la parte norte de su territorio, lo que significaría la apertura de otro frente de guerra contra los milicianos islamistas de Hizbulá, los cuales están respaldados por Irán, con los que el Ejército de Israel ya ha tenido varias escaramuzas durante los últimos días. Las protestas no solo se extendieron por la región, sino que también afectaron el interior del territorio israelí. En Cisjordania, miles salieron a las calles para manifestarse, cosa que resultó en duros enfrentamientos.