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La campaña griega empieza con un duelo a distancia entre Samarás y Tsipras

La campaña electoral en Grecia ha comenzado con un duelo a distancia entre el primer ministro conservador, Andonis Samáras, y el líder de la oposición izquierdista, Alexis Tsipras, así como la escisión de los cogubernamentales socialdemócratas de Pasok.

Con pocos minutos de diferencia entre sus intervenciones, Samarás, desde la agrícola región de Tesalia, y Tsipras, desde un centro deportivo en Atenas, se reprocharon mutuamente basar sus respectivas campañas en mentiras.

Mientras el primer ministro aseguró que en la "agenda oculta"de Syriza continúa estando la salida del euro, el líder de la izquierda auguró que de ganar los conservadores, el Gobierno no solo no abandonará el plan de austeridad, como preconiza, sino que retomará las medidas de ajuste acordadas con los acreedores.

Lejos de ello Samarás anunció una "hoja de ruta"para bajar los impuestos y aseguró que, de ganar Syriza, los agricultores -a los que se dirigía mayoritariamente en ese momento, perderán buena parte de los subsidios europeos.

Además, advirtió de que con un Gobierno de Syriza no habrá acuerdo con los acreedores y los bancos griegos perderán, a partir de marzo, 15.000 millones de euros de liquidez, pues "quedará interrumpida la prestación de liquidez por el Banco Central Europeo (BCE)".

"Todo eso es verdad y esta verdad tengo que decirla a todos los griegos", dijo.

La campaña ha empezado pues todo lo polarizada que se avecinaba.

Samarás y los conservadores de Nueva Democracia han centrado su estrategia en lo que Syriza ha denominado "la campaña del miedo", es decir vaticinar una Grecia en bancarrota, fuera del euro y en conflicto con sus socios europeos.

Syriza y Tsipras, por su parte, no se cansan de repetir que es el Gobierno el que ha llevado a la población a la miseria y en no dejar lugar a dudas que la izquierda negociará con sus acreedores.

En su discurso de hoy, Tsipras volvió a asegurar que un Gobierno de izquierdas buscará la negociación con los acreedores, pero que lo hará sobre "una base realista".

Un Gobierno de Syriza buscará una "quita de la mayor parte del valor nominal de la deuda, para hacerla sostenible, pero mediante la técnica de no perjudicar a los ciudadanos de Europa, sino a través de mecanismos colectivos europeos", recalcó Tsipras, para añadir que lo que se hizo con Alemania en 1953 (Conferencia de la Deuda) puede hacerse en Grecia en 2015.

Precisó que en el servicio de la deuda debe haber una "cláusula de crecimiento"a fin de contribuir al relanzamiento económico y no para servir superávit presupuestarios.

Mientras, en otro escenario, el Museo Benaki de Atenas, el cogubernametnal Partido Socialista Panhelénico (Pasok) tenía que presenciar como el ex primer ministro y antiguo dirigente del partido, Yorgos Papandreu, hijo de su fundador, el histórico Andreas Papandreu, anunciaba el divorcio y la creación de una nueva formación de centroizquierda.

El nuevo partido, bautizado como "Movimiento de los Socialistas Democráticos", no solo puede asestar el golpe letal a un Pasok que desde que entró en el Gobierno de Samarás vive una crisis de popularidad sin precedentes, sino que amplía el ya de por si amplio abanico del centroizquierda.

Uno de estos partidos, la izquierda moderada de Dimar, comenzó también hoy un congreso en el que se decidirá su futuro comportamiento en las elecciones.

De ser socio del Gobierno tripartito hasta mediados de 2013, Dimar apenas tiene posibilidades de superar la barrera mínima del 3 % para entrar en el Parlamento.

Tras coquetear en los últimos días con la posibilidad de sumarse a las listas de Syriza, su líder, Fotis Kuvelis, tuvo que anunciar que la cooperación ha fracasado porque la formación de la ultraizquierda exigía que se asumiera su programa.

Ahora Dimar sondea la posibilidad de hacer una alianza electoral con los ecologistas, un partido con una existencia marginal en este país.