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La economía, baza electoral de Trump para las legislativas

Los números que exhibe la Reserva Federal, imbatibles, hablan de un crecimiento histórico. Hablamos de un crecimiento del 4,1% en el segundo trimestre de 2018. El mayor en casi un lustro.

Donald Trump se prepara para dar un discurso en Charleston / Reuters
Donald Trump se prepara para dar un discurso en Charleston / Reuterslarazon

Los números que exhibe la Reserva Federal, imbatibles, hablan de un crecimiento histórico. Hablamos de un crecimiento del 4,1% en el segundo trimestre de 2018. El mayor en casi un lustro.

La economía de EE UU sigue como un tiro. Los números que exhibe la Reserva Federal, imbatibles, hablan de un crecimiento histórico. Hablamos de un crecimiento del 4,1% en el segundo trimestre de 2018. El mayor en casi un lustro. Hay que remontarse al crecimiento del 5% de 2014 para encontrar unos números similares. Por contextualizar, la tasa de crecimiento en el primer trimestre fue del 2,2%. Además, el consumo privado habría crecido en un espectacular 13,3%.

«Estas cifras son sostenibles», comentó en rueda de prensa un Donald Trump eufórico. Convencido de que no se trata de algo pasajero. «Hemos logrado», añadió, «un cambio económico de proporciones históricas. Una vez más, somos la envidia económica del mundo entero». No parecía preocuparle, en cambio, la posibilidad de que vaya a más la guerra comercial con China.

El consenso entre los analistas económicos pasa por pronosticar la desaceleración de la economía de EE UU en 2019. Que sea más o menos seria dependerá, ciertamente, de si las sanciones y aranceles aplicados a los productos chinos, y viceversa, no derivan en un conflicto a gran escala. También, por supuesto, de la influencia que pueda tener la reforma fiscal aprobada a principios de año. Sabemos que ha provocado un boom, miniboom al decir de muchos especialistas, beneficiando sobre todo a las personas con rentas más altas y a los propietarios de grandes paquetes de acciones.

Eso sí, los números son decisivos para la Casa Blanca. Llegan en el que con casi total seguridad sea el momento más apurado de esta presidencia. En vísperas, además, de unas elecciones al Congreso y el Senado, este mismo otoño, que marcarán de forma extrema el resto de esta convulsa legislatura.

Peter Navarro, asesor de comercio del presidente, declaró a la cadena pública NPR que «lo que estamos viendo en la economía de Trump es que los salarios suben por primera vez en mucho tiempo mientras que el desempleo desciende a niveles no vistos desde la década de 1990». «Ésta», añadió, «es una economía fuerte. Las políticas económicas de este presidente están teniendo éxito, y el comercio tiene mucho que ver con eso».

Pero son muchos los especialistas que no acaban de ver clara la traslación de esos números a los salarios más bajos, y hasta qué punto la economía, en un contexto de crecientes turbulencias políticas y económicas, será capaz de mantener el rumbo alcista. De momento, los números sonríen a Trump, y como explicó hace años con frase memorable Bill Clinton, «es la economía, estúpido», lo que hace perder o ganar elecciones.

Por otro lado, y para que no haya luz sin nubes ni motivo de alegría sin su correspondiente aviso de tormenta, los presidentes de algunas de las empresas más importantes de EE UU han firmado una carta durísima contra las políticas de inmigración debido a la escasez de tarjetas verdes para los trabajadores que les obliga a renovar sus visas temporales una y otra vez.