Relación EE UU-México

La llegada de inmigrantes latinos a EE UU cae un 70%

Las amenazas de la Casa Blanca a México surten efecto. López Obrador pide a Washington que frene el tráfico de armas a su país

Agentes de la guardia fronteriza de EE UU supervisan documentación de inmigrantes
Agentes de la guardia fronteriza de EE UU supervisan documentación de inmigranteslarazon

El secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, mantuvo ayer un breve encuentro con el presidente Donald Trump en el que el estadounidense le agradeció los esfuerzos de su gobierno por contener la migración que atraviesa la región hacia Estados Unidos. La reunión, de apenas diez minutos, se produjo en el Despacho Oval de la Casa Blanca y Trump «fue bastante amable, positivo y agradecido con México», dijo Ebrard. No mencionó la posibilidad de aplicar nuevos aranceles y por el contrario el saludo supuso «un gesto de decir que vemos con buenos ojos lo que están haciendo», señaló el ministro en una conferencia en la embajada de México en Washington antes de regresar a su país.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, desde Ciudad de México, calificó como «exitoso» el encuentro, totalmente distinto al de hace unos meses cuando se plantearon amenazas arancelarias, y agradeció a Trump que haya entendimiento y respeto a su país una vez que ha expirado el plazo de tres meses concedido por Washington para reducir la migración. Marcelo Ebrard, designado por López Obrador como principal responsable de la política migratoria, destacó que el flujo de migrantes centroamericanos se redujo un 70% y el de mexicanos un 7% desde que se adoptó el acuerdo migratorio el pasado 7 de junio. «La tendencia (a la baja) es irreversible, pensamos que va a ser permanente», apuntó. «Tuve la oportunidad de explicar al presidente que estamos al 90% del objetivo principal. Es importante tener una reducción de la migración en términos históricos y estamos muy cerca de ese punto», añadió.

Antes del saludo con Trump la delegación mexicana mantuvo una reunión más larga con el vicepresidente Mike Pence, el secretario de Estado Mike Pompeo y otros altos funcionarios estadounidenses. La Casa Blanca informó posteriormente que aunque «se han hecho progresos, queda trabajo por hacer para reducir aún más el flujo de migrantes ilegales a los Estados Unidos».

El pasado mayo los datos de detenciones en la frontera sur de Estados Unidos alcanzaron la cifra récord de 144.000. Desde entonces han ido descendiendo mes a mes hasta los 64.000 de agosto. Esa cifra aún está por encima de la media, que se sitúa en torno a los 40.000 migrantes detenidos al mes que Estados Unidos ha marcado como objetivo, según se desprende de las palabras de Ebrard.

La Casa Blanca elogió principalmente el despliegue militar mexicano, que desde la firma del acuerdo ha colocado 25.500 efectivos de la Guardia Nacional y el ejército en sus fronteras norte y sur. Un despliegue que va a ser «permanente», según confirmó Ebrard y que puede suponer una dificultad para reducir los índices de violencia récord que vive México. «Si la Guardia Nacional se mantiene en actividades de control migratorio, desde luego que lo va a dificultar», aseguró a LA RAZÓN el experto en seguridad nacional Javier Oliva. Ebrard también señaló que volvió a rechazar que México se convierta en tercer país seguro.

El mayor logro para México, según el titular de Exteriores, fue la activación la próxima semana de un grupo binacional para cuantificar mensualmente las armas que entran ilegalmente a México, aunque el comunicado de la Casa Blanca no hace ninguna referencia a este asunto.