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La odisea de una joven saudí: «Mi vida corre peligro»

Tras hacer de su huída familiar un suceso viral, Rahaf Al Qunum se atrinchera en un hotel de Bangkok y logra evitar con la protección de ACNUR la deportación a su país.

La adolescente saudí Rahaf Al Qunum accedió a salir de su habitación de hotel sólo cuando se le aseguró que no volvería a Arabia Saudí
La adolescente saudí Rahaf Al Qunum accedió a salir de su habitación de hotel sólo cuando se le aseguró que no volvería a Arabia Saudílarazon

Tras hacer de su huída familiar un suceso viral, Rahaf Al Qunum se atrinchera en un hotel de Bangkok y logra evitar con la protección de ACNUR la deportación a su país.

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Rahaf Mohamed Al Qunun esperó a cumplir los 18 años para poder fugarse de casa. No buscaba tener nuevas experiencias como cualquier adolescente, únicamente quería vivir porque teme por su vida si regresa con su familia a Arabia Saudí. Al Qunun planeó el pasado 5 de enero subirse a un avión rumbo a Bangkok desde Kuwait, donde había ido con sus padres de vacaciones. Una vez en Tailandia, país donde no necesita el permiso de un pariente masculino para poder viajar, la joven saudí planeaba irse a Australia y pedir asilo. Sin embargo, el viaje a la libertad de Rahaf terminó en el aeropuerto de Bangkok tras ser retenida por funcionarios de la embajada saudí, su pasaporte confiscado, y quedó pendiente de expulsión en la zona de tránsito.

La joven se atrincheró horas después en la habitación del hotel, donde estaba detenida, y pidió auxilio al mundo desde su cuenta de Twitter. Su historia se ha hecho viral y cuenta ya con 42.000 seguidores. «Seré repatriada de forma forzada mañana (por ayer) a Kuwait y luego a Arabia Saudí. Hay un empleado del aeropuerto que me sigue constantemente. No puedo ni siquiera pedir protección o asilo a Tailandia. La policía tailandesa rechaza ayudarme», escribió este domingo Rahaf en las redes sociales.

No obstante, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí negó las acusaciones de que su embajada había confiscado su pasaporte y afirmó en Twitter que fue detenida en el aeropuerto por violar las leyes de inmigración de Tailandia.

Por su parte, las autoridades de inmigración tailandesas dijeron que a Mohamed Al Qunun se le negó la entrada porque no tenía los documentos adecuados. «Hemos contactado con el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí para enviarla de regreso a su país de origen», dijo a la prensa el viceprimer ministro de Tailandia, Prawit Wongsuwan. «No será enviada a un tercer país porque no tenemos la autoridad para hacerlo», advirtió ayer.

La joven contó que tenía miedo de su familia porque iban a matarla. Rahaf Al Qunun se enfrentó con su familia tras renunciar al islam, y un matrimonio concertado provocó que se decidiera a huir cuando se encontraba junto con sus parientes en Kuwait. «Mi vida está en peligro. Mi familia amenaza con matarme por las cosas más triviales», dijo en otro mensaje en Twitter.

Según la joven, fue víctima de abusos físicos, emocionales y verbales, y estuvo encerrada en casa durante 6 meses por haberse cortado el pelo. Sus padres la amenazaron con matarla y le impidieron continuar con su educación. «No me dejan conducir ni viajar. Estoy oprimida. Amo la vida y el trabajo y soy muy ambiciosa, pero mi familia me impide vivir», lamentó.

Su caso llegó a manos de la organización internacional Human Rights Watch (HRW), que ha lanzado una campaña para ayudarla. Gracias a la presión de HRW y otras organizaciones como el Alto Comité para los Refugiados de la ONU (ACNUR) la joven saudí no será deportada, por el momento, a su país de origen. «Afortunadamente y tras horas de mucha tensión, el vuelo KU412 con destino a Kuwait ha despegado sin ella», dijo en su cuenta de Twitter el director jefe de HRW en Asia, Phil Robertson. La joven demandó formalmente el status de refugiada y pidió la asistencia de Naciones Unidas, que le prometieron que la mantendrán a salvo. Según el diario «The Guardian», las autoridades tailandeses declararon ayer que no deportarán a la joven.

No obstante, la situación de Mohamed Al Qunun es crítica y no puede volver a Arabia Saudí porque corre peligro de muerte. Su padre es un alto funcionario del Gobierno saudí y si regresa podría darle una paliza de muerte por el escándalo que supone para su familia. «Ella teme a su familia, incluido a su padre, que es un alto funcionario del Gobierno y dado el largo historial de Arabia Saudí en mirar hacia otro lado en los llamados incidentes de violencia de honor, su preocupación de que pueda ser asesinada si la deportan debe ser tenida en cuenta», advirtió Robertson, de HRW.

Al igual que otras muchas mujeres saudíes, Mohamed Al Qunun vivía sometida a su familia y bajo unas estrictas normas. «Las mujeres saudíes que huyen de sus familias pueden enfrentarse a la privación de libertad y otros daños graves», reconoció, por su parte, Michael Page de HRW.