Elecciones en Turquía

Elecciones en Turquía: Erdogan logra la reelección directa con el 53,3 de los votos

Tras quince años en el poder, tendrá ahora aún más prerrogativas gracias a su reforma de la Constitución.

Simpatizantes de Erdogan celebran en las calles de Ankara la victoria en las elecciones. EFE
Simpatizantes de Erdogan celebran en las calles de Ankara la victoria en las elecciones. EFElarazon

Tras quince años en el poder, tendrá ahora aún más prerrogativas gracias a su reforma de la Constitución.

El sultán Erdogan seguirá gobernando los destinos de Turquía cinco años más después de imponerse con rotundidad en la primera vuelta de unas presidenciales en las que la participación fue superior al 87%. Con el 97,7% de los sufragios escrutados, Erdogan lograba el 52,6% de los votos, frente al 30,7% de su principal adversario, Muharrem Ince. Al cosechar más del 50%, no habrá una segunda vuelta en julio. Sin esperar a los resultados de la Comisión Electoral, Erdogan se proclamaba anoche ganador. «Tenemos los resultados no oficiales. Según estos, la nación me ha dado el mandato de presidente y de ser el jefe del Ejecutivo», dijo Erdogan en un discurso transmitido en directo.

Erdogan ha prometido en su trabajar «a partir de mañana» para cumplir sus promesas electorales. «Digo abiertamente que entendimos el mensaje que la nación ha enviado a nuestro partido. Cumpliremos con lo que queda por hacer. Empezando mañana nos pondremos en marcha para cumplir nuestras promesas a la nación», dijo Erdogan en un discurso en Ankara, transmitido en directo por la cadena NTV.

«Inmediatamente después de jurar el cargo nombraremos a los ministros y el personal administrativo», agregó.

Bajo el nuevo sistema presidencial, decidido en referéndum el año pasado y que a partir de hoy estará plenamente en vigor, queda abolida la figura del primer ministro, mientras que el presidente asume todo el poder Ejecutivo.

El mandato es de cinco años, al igual que el de los 600 diputados que fueron elegidos también este domingo, en las mismas urnas.

Erdogan expresó su agradecimiento a todos los votantes, y especialmente a Devlet Bahçeli, jefe del partido derechista Movimiento de Acción Nacionalista (MHP), cuyo apoyo ha sido decisivo en estos comicios.

De hecho, el partido que fundó Erdogan y que gobierna Turquía desde 2002, el islamista Justicia y Desarrollo (AKP), perdió la mayoría absoluta al obtener 293 de los 600 escaños parlamentarios, pero podrá legislar gracias a los 50 diputados del MHP, con el que ha formado la coalición Cumhur (Público).

«El ganador de estas elecciones es la democracia. En muchos países no se ve ni la mitad de la participación que hubo hoy», subrayó el jefe del Estado, en alusión al 87 por ciento de participación, una plusmarca histórica, si bien en la última década nunca ha bajado del 80 por ciento.

Entre las prioridades de su próximo mandato, Erdogan destacó «luchar con aún más fuerza contra las organizaciones terroristas».

Además señaló que su victoria «servirá también para liberar el territorio de Siria y enviar a los amigos sirios de vuelta a su país, en confianza y seguridad», en alusión a los más de tres millones de refugiados que alberga Turquía.

La Comisión Electoral Suprema de Turquía certificó el triunfo de Erdogan con mayoría absoluta en las presidenciales de este domingo, tras el escrutinio del 97,7 por ciento de los votos.

Más poder al jefe de Estado

En la elecciones legislativas, la coalición de partidos que apoya a Erdogan (la Alianza del Pueblo, compuesta por el AKP y el MHP) logró el 54,3% de los votos y los partidarios de Ince (la Alianza Nacional) el 33,8%, lo que configurará un Parlamento afín al líder turco. Es significativo señalar, asimismo, que el partido kurdo HDP logró superar el exigente listón del 10% y tendrá presencia en la Cámara.

La victoria es doblemente importante para Erdogan debido a que, a partir de que tome posesión, gozará de un nuevo orden constitucional que concede más poder al Jefe de Estado.

La jornada electoral en Turquía se desarrolló por lo demás en un ambiente tenso en el que produjeron tres muertos y 19 detenciones. En el céntrico barrio de Betsikas, feudo de Muharrem Ince, líder del partido republicano CHP, el voto de los electores se dividía entre Ince y Selahattin Demirtas, el candidato kurdo encarcelado del HDP, y Meral Aksener, la líder del nacionalista IYI, una escisión del también nacionalista MHP.

«Lo que necesita Turquía es justicia, derechos humanos y democracia, en ese orden. Claro que va a haber un cambio. Estamos hartos de 15 años de dictadura de Erdogan», sentenció Sibel Saylam, partidaria de Ince. «Para que haya una democracia real tienen que estar incluidas las minorías en el Parlamento. Dermitas es un hombre justo y con buenas ideas para gobernar el país. No sólo los kurdos lo apoyan, cientos de armenios han venido para votar por Dermitas», declaró otro elector.

En el distrito de Kasimpasa, el más erdoganista de Estambul, el resultado electoral siempre ha estado claro: ha ganado Erdogan y el AKP en coalición con el MHP. Sin embargo, en estas elecciones se esperaba alguna sorpresa que le hiciera perder la mayoría a Erdogan, que con su reelección aspira a ostentar el Poder Ejecutivo y el Legislativo tras la reforma constitucional de 2017.

Precisamente, la debilidad de Erdogan en su propio terreno ha sido Aksener. Muchos nacionalistas descontentos con la crisis económica se han unido a la oposición. «Lo que más me preocupa es la economía, y para que se pueda sanar la economía de Turquía, tiene que haber un cambio de gobierno. Creo que la mejor para cambiar el rumbo actual del país es Aksene», explicó Mehmecan, dueño de un comercio en Kasimpasa. Como otros partidarios del IYI, Mehecan cree que parte de culpa de la recesión es de los sirios. «Desde hace dos años la economía va mal. Los precios suben y bajan, los impuestos aumentan, y hay inestabilidad e inseguridad por los sirios. Por eso no vienen inversores extranjeros a Turquía. Hemos pasado de ser un país productor a tener que importarlo todo. Las cosas mejorarán si los sirios regresan a su país», decía otro.

Fatma esperaba fuera en la fila a que su esposo acabase de votar para poder tener permiso para hablar con la Prensa. Tekin, el esposo de Fatma, tiene claro, y su esposa también, que para que Turquía sea un país fuerte tiene que estar gobernado por Erdogan: «Sin Erdogan habrá inestabilidad. Erdogan está luchando contra los terroristas kurdos. Erdogan ha salvado al país del golpe de Estado».

Fraude electoral

El fantasma del fraude electoral mantuvo ocupados a los observadores. Para este proceso electoral se han desplegado unos 415 observadores de ocho organizaciones internacionales para supervisar los comicios. Además, cada partido tiene sus propios observadores y otros grupos independientes de la sociedad civil turca. «Más que fraude, estoy preocupada porque hay nuevas reglas para votar que mucha gente no conoce. Por ejemplo, los policías que están trabajando en Estambul, pero que son de otras ciudades, pueden votar únicamente en las presidenciales y para las parlamentarias tienen que confiar su voto a alguien de su ciudad. Esto puede crear confusión o que se vendan estos votos a algún partido», explicó Tuyse Sincylu, una observadora independiente.