Política

Bruselas

Los Comunes dejan a May sin margen de maniobra

Westminster consigue el control financiero del Gobierno en caso de un divorcio sin pacto gracias a una iniciativa de «tories» y laboristas.

La primera ministra británica, Theresa May, abandona su residencia de Downing Street, ayer, en Londres
La primera ministra británica, Theresa May, abandona su residencia de Downing Street, ayer, en Londreslarazon

Westminster consigue el control financiero del Gobierno en caso de un divorcio sin pacto gracias a una iniciativa de «tories» y laboristas.

La «premier» Theresa May sufrió ayer un nuevo varapalo después de que la Cámara de los Comunes aprobara por 303 votos a favor frente a 296 en contra una enmienda al Proyecto de Ley de Finanzas, que regula el Presupuesto, para impedir que el Gobierno pueda subir ciertos impuestos y tomar otro tipo de medidas financieras sin autorización de Westminster en caso de un Brexit sin acuerdo. Se trata de una señal clara e inequívoca de que la mayoría de sus señorías se opone a la salida abrupta que conllevaría un divorcio sin pacto. Y evidencia al mismo tiempo la debilidad de la primera ministra ante la votación clave del próximo martes sobre el acuerdo de retirada pactado con Bruselas.

La enmienda fue presentada por la laborista Yvette Cooper y la conservadora Nicky Morgan, y fue apoyada por alrededor de 20 «tories» rebeldes, entre ellos, varios ex ministros. Con esta estrategia, que tiene el efecto de complicar el proceso del Brexit, los diputados atan ahora de pies y manos al Tesoro, que tal y como estaba redactado el proyecto de ley, tenía poderes especiales para llevar a cabo medidas extraordinarias en caso de que finalmente se abandone el «club» comunitario sin pacto.

El ministro de Comercio Internacional, el euroescéptico Liam Fox, señaló que era «irresponsable atar las manos al Gobierno en estos momentos» y recalcó que la enmienda no impedirá que Reino Unido abandone la UE sin pacto bilateral si finalmente sus señorías no ratifican el acuerdo pactado con Bruselas.

En cualquier caso, May no tira la toalla y reitera que está trabajando para conseguir más garantías de sus aún socios comunitarios para mejorar el texto con el fin de recabar apoyos en la Cámara Baja. Los parlamentarios están a la espera de que el Ejecutivo precise hoy las concesiones durante el inicio del nuevo debate que existirá sobre el acuerdo después de que la votación fuera cancelada en el último momento el pasado mes de diciembre.

En declaraciones a «The Irish Times», el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, aseguró ayer que la UE «está dispuesta a ofrecer nuevas garantías» a Reino Unido, aunque no renegociará el acuerdo ratificado por los Veintisiete el 25 de noviembre. «No queremos atrapar a Reino Unido en ningún sitio», declaró el líder irlandés, refiriéndose a la polémica salvaguarda que se aplicará hasta cerrar un acuerdo comercial para evitar la frontera dura en Irlanda.

Por su parte, el portavoz de la jefa del Gobierno dijo que se informará de las presuntas «aclaraciones» obtenidas de Bruselas «antes de la votación» del martes, pero no precisó la fecha. May está inmersa en una campaña contrarreloj para lograr apoyos a su pacto, al que se oponen la oposición, una sección del Gobernante Partido Conservador y los norirlandeses del DUP, de cuyo apoyo depende el Ejecutivo en minoría de Theresa May.

Como parte de su estrategia, la «premier» organizó el lunes una recepción en Downing Street para agasajar a sus colegas «tories» y a los diputados unionistas y anoche recibió a un grupo de más de 200 diputados que le han pedido por carta que descarte un Brexit sin acuerdo, algo que, a día de hoy, ella se niega hacer.