Francia
Macron sigue buscando un primer ministro a su medida
El presidente francés consulta a izquierda y derecha el nombramiento de una figura de consenso que aleje de Matignon al Nuevo Frente Popular
Las puertas del Palacio del Elíseo no dejan de abrir y cerrar para recibir políticos de todas las tendencias, en búsqueda de un nuevo y esperadísimo primer ministro que, casi dos meses después de las elecciones legislativas, no termina de ser nombrado.
Emmanuel Macron sigue firme en su posición de no adjudicar el cargo a Lucie Castets, la candidata del Nuevo Frente Popular –la alianza de izquierdas que conquistó la mayoría de escaños en los comicios de julio– y sigue entrevistando otros posibles aspirantes al puesto. La ley no obliga al presidente a nombrar a un primer ministro de la mayoría parlamentaria relativa y Macron sigue aferrándose con las dos manos a esa libertad.
Este lunes, el presidente recibió en su despacho a un «habitué» del Elíseo: Bernard Cazeneuve, quien fuera el último primer ministro del Gobierno del socialista François Hollande. Cazeneuve también fue ministro del Interior en el año 2015, cuando ocurrieron los atentados de París del 13 de noviembre. Tuvo entonces la responsabilidad de coordinar las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia para atrapar a los culpables y llevarlos a juicio. Fue el encargado de reforzar la seguridad y ofrecer algo de tranquilidad al Gobierno y a sus ciudadanos.
Cazeneuve suena cada vez más como el favorito de Macron para el cargo. ¿Por qué? Se trata de una figura fiel a la política de izquierda, pero con una importante simpatía por la derecha. Y en ese sentido, se parece mucho a la personalidad misma de Macron, quien ejerció como ministro de Finanzas bajo el Gobierno de Hollande pero que, al llegar al poder, no dudó en llamar a viejos colaboradores de Nicolas Sarkozy y su derecha tradicional. En el caso de una cohabitación –presidente de una tendencia y primer ministro de otra– la relación podría darse con cordialidad, a diferencia del choque explosivo que se produciría con una figura enteramente de la izquierda, apoyada especialmente por quien encarna la antítesis de Macron: el ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon, patrón del partido La Francia Insumisa.
¿Qué dice Cazeneuve? Al principio, declaraba no estar interesado en volver al palacio de Matignon, despacho del primer ministro, pero con el correr de las semanas ha ido amoldándose a la idea. Su presencia en el Elíseo es una gran señal. Y de hecho, a su llegada a las puertas del palacio, su discurso expresaba una voluntad más convencida: «Estoy dispuesto a servir al país».
Cazeneuve no llegó solo. Minutos después, el mismo François Hollande sostenía también una reunión con el presidente de la república. ¿Espaldarazo abierto al próximo primer ministro? ¿Consejo de experto en esta situación de bloqueo político? Quizás un poco de ambas cosas.
Sin embargo, todo apunta a que un eventual Gobierno de Cazeneuve no sobreviviría a una moción de censura, ya prometida por el bloque de izquierdas, el Nuevo Frente Popular.
«Si el Presidente de la República se niega obstinadamente a respetar los resultados de las elecciones, habrá moción de censura, habrá movilización de calle y habrá moción de destitución», declaró el domingo Manuel Bompard, secretario nacional de La Francia Insumisa, recordando la marcha convocada para este sábado 7 de septiembre junto a las organizaciones sindicales y las juventudes de izquierda.
Hay que recordar que Cazeneuve ha sido un intenso crítico del partido LFI y que el bloque de izquierdas teme que su plan de gobierno se aleje totalmente de lo que ellos han planteado: aumento del salario mínimo, derogación de la ley que aumenta la edad de la jubilación, reinstauración del impuesto a las grandes fortunas y otras grandes medidas sociales ligadas a la agricultura y a la fuerza obrera. El Partido Socialista, en la voz de su secretario general, Olivier Faure, también anunció que rechazará un gabinete dirigido por Cazeneuve: «Censuraremos cualquier continuidad con el macronismo. Los franceses han pedido cambios, y rupturas en las elecciones legislativas».
Reunión también con la derecha
Que no se diga que Macron no explora todos los campos. Así como recibió a primera hora de la mañana a Bernard Cazeneuve y a François Hollande, así también le abrió las puertas a Nicolas Sarkozy y a Xavier Bertrand. Este último es otro de los nombres que resuenan como alternativas para primer ministro.
Bertrand es un hombre de 59 años, del ala del partido Los Republicanos que no hizo alianza con la extrema derecha de Marine Le Pen y Jordan Bardella. Actualmente se desempeña como presidente de la región de los Altos del Sena y ha sido titular de los ministerios de Salud y Trabajo durante los gobiernos de Sarkozy y Jacques Chirac. Se le considera un hombre de Estado, respetuoso de la democracia. Una cohabitación de Bertrand con Macron, quien sigue teniendo grandes simpatías por la derecha, podría funcionar correctamente.
El problema de su nombramiento es, sobre todo, una cuestión de legitimidad ya que el partido de Los Republicanos fue uno de los menos votados en las elecciones legislativas.
La tercera vía
En medio de las consultas de Macron con la derecha y la izquierda este lunes, ha empezado a sonar un tercer nombre para el puesto de primer ministro: Thierry Baudet, actual presidente del Consejo Nacional Económico, Social y Ambiental.
Al parecer, Macron estaría tratando de zanjar la cuestión entre los diferentes partidos y sus propias preferencias, decantándose por una figura de la sociedad civil. Baudet es docente de profesión pero su vida política ha estado ligada a la gerencia de establecimientos médicos de carácter social así como a la seguridad social del sistema de educación nacional. Hombre de izquierda, ha trabajado también codo a codo con el Ministerio de Salud.
Baudet tiene un nombre y una trayectoria respetables pero aún así, es una sorpresa difícil de digerir. Si una moción de censura podría esperarse contra Cazeneuve, que es más fuerte y más conocido, sin duda a Baudet le espera la misma medida. Y el coste político sería menor.
En todo caso, la incertidumbre se prolonga y el tiempo se agota. Sea quien sea el nuevo primer ministro, tiene una labor titánica y absolutamente prioritaria por delante: formar Gobierno rápidamente y diseñar el presupuesto nacional que debe presentarse dentro de 10 días.
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