Bogotá

Mauricio de Vengoechea: «La verdadera dictadura en Venezuela empezará el 20 de mayo»

Foto: Connie G. Santos
Foto: Connie G. Santoslarazon

Como consultor político, a Mauricio de Vengoechea (Bogotá, 1953) le ha tocado gestionar muchas crisis políticas en diversos países latinoamericanos. Estuvo al lado de Ernesto Samper en Colombia y fue el artífice de las victorias de Leonel Fernández en República Dominicana. Mañana hablará en el Círculo de Bellas Artes sobre las nuevas tendencias de la comunicación política. “La política no es el mundo de la realidad sino de las percepciones”, asegura en esta entrevista, en la que habla sobre los procesos electores de varios países latinoamericanos de los próximos meses.

-¿Qué opciones tiene el uribismo en las elecciones y qué legado deja Santos?

-Santos va a salir del poder muy mal en términos de popularidad, pero ya ha pasado a la historia. Dentro de 20 años va a ser recordado como el presidente de la paz. Ahora, aparentemente, la gente no sabe si quiere seguir con la paz, así que el candidato de la derecha, el uribista Iván Duque, podría ganar. Petro, el candidato de la izquierda, es visto como un antisistema y por eso puede pasar a segunda vuelta. No lo tiene perdido, aunque Colombia es todavía un país de derechas.

-¿Ganará el izquierdista López Obrador en México?

-Puede ser. Es un populista, sin duda, pero no le veo cerca de Venezuela. Representa el antisistema, y en un país con un sistema tan corrompido la gente está dispuesta a votarlo. Va primero en las encuestas, pero yo he visto muchos ganadores de encuestas que son perdedores de elecciones. Su problema es que tiene un mal equipo, lo peor del PRI se fue con él. Para mí, el mejor candidato es José Antonio Meade, es el más preparado, pero Peña Nieto y su entorno lo llevaron al matadero.

-¿Por qué están en auge los candidatos antisistema?

-Los partidos políticos se aferran al poder y no a las soluciones que quiere la gente. En una sociedad cada vez más abierta, eso genera la sensación de que los partidos no les representan. Los políticos siguen anclados en el siglo XX, no son cercanos a los ciudadanos sino a sus compadres políticos. La clave es cómo conseguir una nueva esperanza, más cercana. Macron lo ha logrado. Quizá no tiene la gobernabilidad que quisiera, y los franceses están molestos porque ha sido radical en aprobar sus leyes. Pero si funcionan, lo recordarán.

-¿La crisis de Venezuela se resolverá a corto plazo?

-Pese a sus decisiones nada democráticas, a Maduro le queda algo de legitimidad porque ganó las elecciones a Capriles. Pero el día 20 de este mes perderá toda legitimidad al celebrar unas elecciones ilegítimas que no reconoce nadie. Ese día empezará la verdadera dictadura. Afuera se le cerrarán todas las puertas, apenas le quedan amigos. Dentro está cada vez más débil, incluso en el chavismo. Hay facciones que quieren que esto no dure mucho más. El Ejército lo sostiene, pero cuando eso se rompa, el régimen se acabará.

-¿Puede ganar Trump un segundo mandato?

-Ahora mismo no hay un candidato demócrata fuerte y el paro está en el nivel más bajo de la historia. Al mismo tiempo, Trump ha creado un gran conflicto porque está desinstitucionalizado el sistema político más institucionalizado del mundo. Así que la respuesta está en las elecciones de medio término de noviembre. Si el Partido Republicano mantiene el control de las dos Cámaras es muy difícil que pierda, pero si los demócratas consiguen ganar la Cámara de Representantes, la pelea va a ser dura.

-¿Que puede pasar en Brasil si Lula finalmente no consigue ser el candidato a las presidenciales de este año?

-Que Lula esté presó y aún así siga líder en las encuestas dice mucho de lo que está pasando en Brasil. El país está viviendo en una gran confusión. La vida política está judicializada. Existe un gran temor en los políticos a presentarse como candidatos. Nadie quiere tomar decisiones en Brasil. Ésta va a ser la campaña con menos dinero. Todos tienen pavor a invertir un solo dólar porque no saben si eso les va a llevar a la cárcel. Hoy en día sólo están Lula y Bolsonaro, que es la extrema derecha. Todos los demás, políticos fuertes, no llegan sin embargo al 8% en las encuestas. El camino se abrirá en el momento en que le prohíban a Lula definitivamente presentarse a las elecciones.

-¿Hasta qué punto la comunicación política se ha vuelto clave?

-La comunicación política es cada vez más importante, pero no es el factor. En los últimos años han aparecido innovaciones tecnológicas que han cambiado la forma de hacer política. Estados Unidos e Inglaterra están a la vanguardia. El mundo hispano, en cambio, está a la zaga, somos mucho más poetas y abogados dedicados al discurso político que al uso de innovaciones tecnológicas.

-¿Qué avances destacaría?

-Ahora la política es menos táctica y más estratégica. La política ya no es sólo de los políticos sino de los ciudadanos, que se han convertido en emisores. Las redes sociales permiten a la gente movilizar una sociedad. La política no se decide ya en los comités de los partidos sino que hay que ir a la calle a escuchar. También han surgido herramientas tecnológicas para conseguir la información que te permita influir sobre la gente; una de ellas es el Big Data, pero hay muy muchas otras.