Angela Merkel

Silencio y respeto por los fallecidos

Las víctimas. Entre los doce muertos en Berlín hay seis alemanes, tres húngaros y una italiana. Los medios pactan no publicar fotos escabrosas por respeto a las víctimas

Una mujer enciende una vela en el lugar del atentado
Una mujer enciende una vela en el lugar del atentadolarazon

Entre los doce muertos en Berlín hay seis alemanes, tres húngaros y una italiana. Los medios pactan no publicar fotos escabrosas por respeto a las víctimas

Las autoridades alemanas están tratando de ser sumamente escrupulosas con la política informativa en torno al atentado en un mercadillo en Berlín. Al cierre de esta edición, no se había revelado oficialmente la procedencia de las víctimas, pero algunos medios publicaron que entre los fallecidos hay seis alemanes, tres húngaros y una italiana. Además, un ciudadano israelí herido estaba siendo atendido ayer en el hospital mientras su mujer permanecía desaparecida. El periódico «Il Corriere della Sera» reveló que la víctima italiana se llama Fabrizia Lorenzo, de 30 años, y llevaba tres años viviendo en Berlín. Sus padres se trasladaron ayer a la capital alemana para identificar el cadáver.

Los medios de comunicación germanos han optado por respetar la intimidad de las víctimas y la sensibilidad de su audiencia. Hasta el momento, no se han difundido imágenes sangrientas o que puedan herir la sensibilidad. Tampoco ha circulado vídeo alguno con el camión embistiendo a los transeúntes. En el caso del atentado de Niza del 14 de julio, las imágenes del terrorista conduciendo a gran velocidad por el paseo marítimo poseían un gran impacto visual y provocaron el miedo y la alarma generalizada.

Evitar esa sensación de rabia parece haber sido uno de los propósitos de las autoridades germanas. «No conocemos a ciencia cierta el trasfondo de este ataque, pero sí lo que pretendía causar: propagar el miedo y el odio», afirmó ayer el alcalde de Berlín, Michael Müller, durante la misa de homenaje a las víctimas, a la que asistieron el presidente de Alemania, Joachim Gauck, y la canciller Angela Merkel. La ceremonia se celebró precisamente en la emblemática iglesia en torno a la que se extiende el mercadillo atacado y que constituye un símbolo del horror de la II Guerra Mundial. El alcalde de Berlín tomó la palabra para recordar que «la respuesta al odio no puede ser el odio» y subrayó el deseo de todos de «vivir en libertad y democracia».

Müller dijo que durante mucho tiempo Berlín albergó la esperanza de no ser el objeto de un atentado terrorista como los sufridos recientemente en otras grandes ciudades, pero con el ataque del lunes «esta esperanza se desvaneció». El alcalde-gobernador resumió el sentir general al hablar de aturdimiento y profunda conmoción por lo ocurrido, al tiempo que recordó a los familiares de las víctimas que no están solas. Berlín no debe dejarse intimidar por el miedo y el terror, dijo Müller, quien agregó que está en manos de todos que continúe siendo una ciudad abierta.