Política

Estados Unidos

Misuri declara el estado de emergencia por las revueltas

Los vecinos se enfrentan a los agentes y asaltan la tienda en la que el joven asesinado robó supuestamente unos puros

Los vecinos se enfrentan a los agentes y asaltan la tienda en la que el joven asesinado robó supuestamente unos puros
Los vecinos se enfrentan a los agentes y asaltan la tienda en la que el joven asesinado robó supuestamente unos puroslarazon

Durante la noche de ayer volvieron las protestas con trasfondo racial a las calles de Ferguson, tras el asesinato el pasado 9 de agosto de un joven negro desarmado por parte de un agente de la Policía local. Por este motivo, el gobernador de Misuri, Jay Nixon, declaró el estado de emergencia y ordenó el toque de queda en Ferguson. «No se trata de silenciar a la gente de esta región, sino para contener a los que están ahogando la voz de las personas con sus acciones», defendió Nixon. El toque de queda entraró en vigor anoche a las doce y estará vigente hasta las cinco de la mañana hora local, según especificaron las autoridades locales en una rueda de prensa conjunta con el gobernador, que se desplazó hasta la localidad.

A pesar de que el jueves por la noche los ánimos se habían calmado, el viernes la tarde los manifestantes volvieron a congregarse en las inmediaciones de un barrio residencial y comercial de Ferguson, la pequeña ciudad a las afueras de Saint Louis que se ha convertido en el lugar de enfrentamiento entre la población negra y la Policía, mayoritariamente blanca. Ron Johnson, el capitán de patrulla afroamericano designado jefe del operativo de seguridad por el gobernador, Jay Nixon, informó de que la Policía tuvo que utilizar gases lacrimógenos para dispersar a la multitud aglomerada cerca del pequeño comercio donde se produjo el fatal desenlace de Brown. Tras el ataque de la Policía comenzó la violencia. Los manifestantes lanzaron botellas contra el operativo antidisturbios e, incluso, saqueron la propia tienda. Este nuevo aumento de tensión se produjo tras la publicación de la identidad del Policía que había disparado mortalmente al joven de Ferguson. No obstante, antes de dar el nombre del agente, las autoridades divulgaron, por primera vez, un vídeo del incidente con el que se encargaron de afirmar que Michael Brown era sospechoso de robar cigarrillos en un pequeño comercio cerca de la zona donde Darren Wilson le disparó. Este desafortunado comentario provocó las protestas en el seno de la familia de Brown, quienes lo tildaron de «campaña de calumnias». En esta misma línea, el abogado de la familia, Ben Crump, declaró que la Policía está tratando de «asesinar la personalidad de su hijo», a quien describen como un joven tranquilo. Asimismo, la versión de la Policía difiere de la de los testigos del asesinato, especialmente de la de Dorian Johnson, un chico de 22 años que acompañaba al fallecido. Según la primera, Wilson le pidió al joven que saliera de la carretera y se colocase en la acera. Sin embargo, Brown se acercó al coche patrulla y se enfrentó al agente –al que intentó quitarle la pistola–, que disparó varias veces contra él. Por otro lado, Dorian Johnson y al menos otro testigo, afirman que el policía agarró a Brown, quien intentó soltarse cuando recibió una serie de disparos. Levantó las manos, en señal de rendición, pero Wilson le disparó varias veces. La Policía de Ferguson reconoció que el cuerpo de Michael Brown se encontraba a más de 9 metros del coche patrulla cuando murió. Reuters

4.300 millones ha invertido el Pentágono en militarizar la policía

Las protestas de Misuri por la muerte del joven Michael Brown han mostrado el despliegue cuasimilitar de la Policía de Ferguson, resultado de la inversión del Pentágono en un programa de 4.300 millones de dólares en equipos militares para la Policía Local de Estados Unidos. Los riesgos de la militarización de las calles se ha hecho palpable en Ferguson, donde además del equipo antidisturbios habitual, los agentes iban armados con escopetas, fusiles de asalto, rifles de francotirador, aparatos de visión nocturna, cuchillos de combate cuerpo a cuerpo y tanquetas acorazadas, entre otros equipos. Este despliegue militar de las fuerzas locales se engloba dentro del Programa 1033, por el que el Departamento de Defensa de EE UU autoriza la transferencia de equipos militares a las policías federales, estatales y locales. Las críticas no se han hecho esperar. Por ejemplo, el demócrata Hank Johnson declaró que «las calles deberían ser lugares para los negocios y las familias, no para los tanques».