EE UU

Musk, juez y parte en la Administración Trump

El conflicto de intereses planea sobre la designación del hombre más rico del mundo como secretario de Eficiencia Gubernamental

Seleccionar aliados ideológicos y leales vinculados al movimiento MAGA para puestos clave. Esa la estrategia que está siguiendo Donald Trump para conformar su nueva Administración. Si para ello hay que crear un puesto que no existía, pues se crea. Es el caso de los directores del nuevo Departamento de Eficiencia del Gobierno, el magnate Elon Musk y el empresario Vivek Ramaswamy, «dos maravillosos estadounidenses», dijo Trump en un comunicado al anunciar su nombramiento, «que allanarán el camino para que mi Administración desmantele la burocracia gubernamental, reduzca el exceso de regulaciones y los gastos innecesarios y reestructure las agencias federales».

Lo que el presidente electo no menciona es que el hombre más rico del mundo dirige empresas con lucrativos contratos gubernamentales (solo SpaceX ha obtenido más de 10 millones de dólares en contratos desde 2014), y de materializarse esta designación Musk será «juez y parte», lo que plantea muchas dudas sobre un conflicto de intereses. Por no mencionar que algunas de las empresas del magnate han sido objeto de investigación por parte de las agencias federales que se supone que él vigilará.

Según el futuro inquilino de la Casa Blanca, el trabajo de esta novedosa agencia terminará el 4 de julio, coincidiendo con una de las fechas más importantes en el país, «un gobierno más pequeño, con más eficiencia y menos burocracia, será el regalo perfecto para EE UU en el 250º aniversario de la Declaración de Independencia. ¡Estoy seguro de que será un éxito!», subrayó Trump.

No está claro aún cómo se llevarán a cabo estos objetivos, pero el nuevo equipo proporcionará «asesoramiento y orientación desde fuera del Gobierno», sin dejar claro si será una agencia externa o cuál es la fórmula que se utilizará. Lo que está claro es que será Musk junto a Ramaswamy, un empresario de 39 años ahora novato político, quienes marquen las nuevas directrices. El primero propuso durante la campaña electoral una reducción masiva de las regulaciones gubernamentales, de las que lleva quejándose mucho tiempo porque interfieren en sus negocios. Sin ir más lejos, el recinto de lanzamiento de SpaceX en Texas se encuentra junto a un parque estatal y refugio natural, lo que ha obligado a continuas y detalladas revisiones ambientales antes de cualquier lanzamiento. Musk ha acusado en varias ocasiones a la Administración de una supervisión excesiva que no le permite alcanzar su sueño de llevar humanos a Marte. Además, el multimillonario prometió durante la campaña electoral republicana que ayudaría a su gran amigo a «recortar» al menos 2.000 millones de dólares del presupuesto federal.

Por su parte, Ramaswamy se ha pasado los últimos meses apoyando las teorías de conspiración sin pruebas de Trump y abogando por el cierre de las agencias federales. «¡Ciérrenlas!», ha sido prácticamente su lema. Ha propuesto acabar con el Departamento de Educación, el FBI y el Servicio de Impuestos Internos (IRS).

El magnate surafricano se ha convertido en la sombra de Trump desde que se unió a su campaña. Cuenta «The New York Times» que el «tío Musk» ha asumido un «aura casi mística en el círculo más íntimo del republicano», y lo acompaña en un día familiar de golf en su mansión de Mar-a-Lago, pero también participa en la llamada telefónica que Trump mantiene con el líder ucraniano, Volodimir Zelenski, o con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, planea reunirse con el argentino Javier Milei cuando este visite esta semana la Casa Blanca y, por si fuera poco, ayer acompañó a Trump a Washington. Siempre está junto a él, a pesar de que no ocupe ningún cargo de asesoría oficial y aunque hasta hace unos meses los dos hombres no tuvieran ningún tipo de relación. Su influencia es tal, que también está jugando un papel clave a la hora de asesorar a Trump en los nuevos nombramientos. Ha aplaudido las últimas selecciones y seguro que ha tenido que ver con las de las últimas 24 horas.

El empresario dentro del mundo inmobiliario y filántropo Steve Witkoff, que organizará junto con la exsenadora Kelly Loeffler la ceremonia de investidura de Trump el próximo 20 de enero, también será el enviado especial para Oriente Medio. «Será una voz implacable por la paz y nos hará sentir orgullosos a todos», dijo el presidente electo de Estados Unidos sobre él.