Estados Unidos

EE UU y los aliados encaran la amenaza del terrorismo nuclear

Washington acoge una cumbre global de seguridad atómica con la vista puesta en el Estado Islámico. Obama y su homólogo chino se comprometen a desnuclearizar al imprevisible régimen de Pyongyang

El presidente de EEUU, Barack Obama, participa en una reunión trilateral con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe
El presidente de EEUU, Barack Obama, participa en una reunión trilateral con la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, y el primer ministro japonés, Shinzo Abelarazon

Washington acoge una cumbre global de seguridad atómica con la vista puesta en el Estado Islámico. Obama y su homólogo chino se comprometen a desnuclearizar al imprevisible régimen de Pyongyang

Nueve días después de los brutales atentados del Estado Islámico en Bruselas y con la amenaza creciente de que el terrorismo yihadista utilice material nuclear para posibles atentados, Washington acogió ayer la cuarta cumbre de Seguridad Nuclear con más de 50 países. «Es el peligro más inmediato y extremo para la seguridad global», ha alertado el presidente Barack Obama sobre el uso de armas nucleares por parte de los terroristas. La propia Agencia Internacional de la Energía Atómica advierte de que el mundo debería estar preparado ante el riesgo de «terrorismo nuclear» y la posibilidad de que un atentado de ese tipo tenga lugar.

Aunque lo cierto es que la cumbre quedó algo deslucida por la ausencia del presidente ruso, Vladimir Putin, enfrentado a EE UU por varios asuntos, como el conflicto en Ucrania y, sobre todo, por la guerra en Siria. Precisamente, el boicot del mandatario ruso genera dudas sobre si de esta cumbre realmente saldrán resultados concretos. Con otro aliado clave para resolver el conflicto sirio también se marcaron las distancias, aunque esta vez fue la Casa Blanca la que negó una reunión bilateral con Obama al presidente turco Recep Tayyip Erdogan. El mandatario tuvo que conformarse con un encuentro con el vicepresidente Joe Biden. Las relaciones entre EE UU y Turquía han empeorado por la divergencia que mantienen sobre la cuestión de los kurdos en el contexto de la guerra de Siria.

Esta cita bianual, promovida por Obama en 2009 en Praga, también abordó el otro gran tema que afecta a la seguridad mundial, que no es otro que Corea del Norte. La cuarta prueba nuclear el 6 de enero con una bomba de hidrógeno realizada por el régimen norcoreano y el posterior lanzamiento en febrero de un misil, han redoblado el desafío a la comunidad internacional, que se muestra expectante ante la posibilidad de que la dictadura comunista eleve sus amenazas. Corea del Norte es uno de los nueve países que posee armamento con capacidad nuclear en la actualidad.

En este sentido, uno de los encuentros más esperados en Washington fue el que Obama mantuvo a la vez con la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, y con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe. El inquilino de la Casa Blanca apeló a los «valores comunes» para «estar alerta para hacer que se apliquen las medidas contundentes de Naciones Unidas a Corea del Norte», dijo en clara referencia a China, que siempre ha hecho de interlocutor con el régimen de Pyongyang. Cabe recordar, no obstante, que Pekín apoyó recientemente y por primera vez una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para imponer sanciones especialmente duras contra su tradicional aliado Corea del Norte. Y ayer el presidente estadounidense ofreció un trato exquisito a su homólogo chino, Xi Jinping, para quien a pesar de algunos desacuerdos con EE UU «existe una coordinación efectiva» sobre Pyongyang.

Según Obama, durante su reunión con Abe y Park se abordaron también «pasos adicionales» que se pueden tomar «colectivamente» frente al desafío de Kim Jong Un y para garantizar «la paz y estabilidad» en la región. A comienzos de marzo, Washington y Seúl iniciaron conversaciones sobre el despliegue del «escudo antimisiles» estadounidense THAAD en Corea del Sur, un polémico proyecto que ha generado el rechazo de China y Rusia. Pekín ha declarado en numerosas ocasiones su oposición al despliegue, al considerar que sus radares pueden captar información militar confidencial china, mientras Moscú ha denunciado que el sistema permitiría inspeccionar el espacio aéreo de algunas regiones de su extremo oriental.

Antes del inicio de la cumbre, Obama expresó en un artículo en «The Washington Post» que su país tiene la «obligación moral» de seguir liderando el camino hacia la eliminación mundial de las armas nucleares, algo que «no sucederá rápidamente» y que «tal vez» él no llegue a ver. Obama también tuvo tiempo para reunirse con el presidente francés, François Hollande, con el que analizó la lucha contra el Estado Islámico tras los atentados. Sin embargo, la buena noticia del día vino con el anuncio de que EE UU y China firmarán el acuerdo mundial sobre cambio climático alcanzado en diciembre en París el 22 de abril, con el fin de dar ejemplo a otros países.

El Ministerio del Interior español resolvió el año pasado 134 incidentes de ciberseguridad contra infraestructuras críticas, entre las que se encuentran las centrales nucleares, informa Ep. La previsión para 2016 es que los ciberataques contra este tipo de instalaciones asciendan a 300. Tras los atentados contra «Charlie Hebdo» en enero de 2015, España puso en marcha un plan para la defensa de los recintos especialmente sensibles.