Agentes biológicos
La otra amenaza silenciosa: el agroterrorismo
Existen programas biológicos ofensivos activos en Rusia, Corea del Norte, Irán y China y las organizaciones terroristas se interesan por ellos
Estados Unidos está mal mal preparado para defender su sector agrícola contra ataques biológicos, a pesar de las crecientes amenazas de enemigos extranjeros y organizaciones terroristas, según el testimonio presentado ante el Congreso por ezpertos en la materia. La doctora Asha M. George , directora ejecutiva de la Comisión Bipartidista de Biodefensa , advirtió al Subcomité de Gestión de Emergencias y Tecnología del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes que el terrorismo agrícola plantea una amenaza existencial a la seguridad económica y nacional; una amenaza para la que los programas federales actuales no están bien equipados.
Ex oficial de inteligencia, enfatizó que la guerra agrícola no es un concepto nuevo. Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, naciones extranjeras desarrollaron agentes biológicos específicamente dirigidos a la agricultura estadounidense. Hoy en día, existen programas biológicos ofensivos activos en Rusia, Corea del Norte, Irán y China.
“Organizaciones terroristas de todo el mundo también han expresado interés, en parte debido al impacto en la seguridad económica”, agregó. Citó el tizón del trigo como ejemplo: una enfermedad que, de introducirse en los cultivos estadounidenses, dejaría los estantes de los supermercados vacíos de pan y harina, generando un pánico generalizado que va más allá de las pérdidas agrícolas.
Los riesgos económicos son abrumadores. Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la agricultura, la alimentación y las industrias afines contribuyeron con aproximadamente 1.537 billones de dólares al producto interior bruto (PIB) en 2023. Un solo patógeno podría devastar múltiples industrias. La peste porcina africana por sí sola podría causar pérdidas de 15 000 millones de dólares a la industria nacional en los dos años siguientes a su introducción, con pérdidas a largo plazo que podrían alcanzar los 50 000 millones de dólares.
A pesar de estas amenazas, la inversión federal en biodefensa agrícola está muy por debajo del gasto en salud humana. El primer análisis del gasto federal en biodefensa reveló que, en el año fiscal 2022, el Departamento de Agricultura gastó 700 millones de dólares en actividades de biodefensa, en comparación con los 8.4 mil millones gastados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
La Reserva Nacional Veterinaria recibió solo 6.5 millones en asignaciones para el año fiscal 2025, en comparación con los 980 millones destinados a la Reserva Nacional Estratégica para proteger la salud humana. La Red Nacional de Laboratorios de Sanidad Animal y la Red Nacional de Diagnóstico Vegetal siguen padeciendo una insuficiencia crónica de fondos en relación con sus misiones.
La desigual respuesta federal al brote de influenza aviar altamente patógena del año pasado demostró deficiencias críticas. Los estados carecen de enfoques coordinados ante las amenazas de enfermedades, el gobierno federal no actúa con la suficiente velocidad para abordar los nuevos patógenos de rápida propagación, y el desarrollo y el almacenamiento de contramedidas médicas siguen siendo insuficientes.
Hizo referencia a incidentes relacionados con ciudadanos extranjeros que realizan investigaciones biológicas no autorizadas en suelo estadounidense. Un incidente reciente fue el caso de junio de 2025 de dos ciudadanos chinos arrestados y acusados en Michigan de contrabandear un patógeno biológico peligroso a Estados Unidos. Los científicos importaron un hongo llamado Fusarium graminearum, que la literatura científica clasifica como un arma potencial de agroterrorismo, ya que puede causar "una enfermedad del trigo, la cebada, el maíz y el arroz, y es responsable de miles de millones de dólares en pérdidas económicas en todo el mundo cada año", según la declaración del Departamento de Justicia .
La audiencia subrayó una cruda realidad: mientras los adversarios amplían sus capacidades de armas biológicas y las organizaciones terroristas consideran la agricultura como un objetivo estratégico, las tierras agrícolas y los sistemas alimentarios de Estados Unidos siguen peligrosamente expuestos.