Roma
Bersani: «El personalismo de Renzi es peligroso»
Ex secretario general del PD. Ganó las elecciones de 2013 pero no pudo formar Gobierno. Hoy lidera la corriente crítica del partido contra el referéndum constitucional del primer ministro italiano
Ganó las elecciones de 2013 pero no pudo formar Gobierno. Hoy lidera la corriente crítica del partido contra el referéndum constitucional del primer ministro italiano
Matteo Renzi llegó al poder hace dos años para acelerar la recuperación institucional de Italia, tras años de «berlusconismo», un Gobierno técnico de Mario Monti y la entrada en política del Movimiento 5 Estrellas que representaba el desencanto político de más de 8 millones de italianos. No en vano llegó a ser bautizado como «Matteo, il rottamatore» ( «Matteo, el desguazador»). Pero para algunos «disidentes renzianos», ese espíritu hacedor esconde un cierto autoritarismo, velado entre tonos optimistas y resolutivos.
Pero no todos los miembros del Partido Democrático (PD) siguen a Renzi la corriente. Dentro de este colectivo, que se inspira en el reformismo conciliador italiano de otras épocas, destaca Pier Luigi Bersani (Bettola, Italia, 1951), un hombre bien conocido en su país por su sosegada capacidad dialéctica. Hoy defiende el «no», pero no como una enmienda a la totalidad a la reforma del Senado, sino como protesta formal por cómo Renzi no ha querido debatir, por ejemplo, acerca de la elegibilidad de los senadores.
«Si lo que se quería era agilizar el Senado, el camino era el correcto», explica Pier Luigi Bersani a LA RAZÓN: «Pero no estoy de acuerdo con que un Gobierno use su Carta Magna para escribir nuevos esquemas políticos, seleccionar clases dirigentes. Si eso ocurre, se está cambiando de sistema, creando así un precedente peligrosísimo, dando la idea de que la Constitución es del Gobierno». Para él, no puede haber «buenos y malos»: «¿Si alguien vota “no” se convierte entonces en un traidor? De ser que sí, saldremos de nuestro concepto cotidiano de democracia». Y sentencia: «Además, ante el mayor recorte social desde la Segunda Guerra Mundial, hoy hay muy poca izquierda en la izquierda italiana».
Renzi está poniendo en juego no sólo la estabilidad de su país, sino la unidad del centro-izquierda italiano, el más determinante ahora mismo en la UE. Aun así, para Pier Luigi Bersani la crisis de la izquierda italiana y europea «es anterior a la crisis» porque aparece «con la globalización de finales de los años noventa, momento en el que comenzará a dar bandazos». «Las lógicas nacionales», según el político transalpino, han convertido a la izquierda italiana y europea en un proyecto desgastado: «Una estrella apagada». Hablando de astros, «¿qué opinión tiene del Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo?», le preguntamos. «Italia, como siempre, es el laboratorio de experimentos políticos. ¿Beppe Grillo? Pura creatividad italiana: un cómico convertido en líder político», detalle el veterano reformista. «En su día denuncié su lenguaje “fascistoide” en las campañas electorales. Deben cambiar el tono, la actitud y la nomenclatura. En la palabra “movimiento”, hay una pulsión latente hacia lo absoluto; mientras que en la palabra “partido” reside el concepto de “ser parte” de un proyecto político».
En su interior, aunque ya lo lleva bastante aceptado, Bersani sabe que fue él quien salió «victorioso» en las últimas generales italianas: «La cuestión es más seria de lo que parece: en breves, gané de mala forma las últimas elecciones de 2013 debido a la entrada del Movimiento 5 Estrellas. Fue algo inesperado, pero no imposible de imaginar. Fenómenos como éste surgen de la ambigüedad y de la sensación de perdición de la sociedad como elemento estructural de la misma». Su conclusión aclara su presente político: «La primera vez que el partido de Grillo se presentaba a unas elecciones nacionales obtenía el 25% de los votos».
Sentados en una aristocrática sala de Montecitorio, la sede de la Cámara de los Diputados, le preguntamos qué le parece, al fin y al cabo, ser hoy el único aspirante a jefe del Gobierno itálico, en ocho años, en haber ganado en las urnas. Entre risas, se sincera: «¡En Italia no hay nadie que lo piense! Gané por muy poco, unos 200.000 votos. Prodi, por ejemplo, formó Gobierno en 2006 con una ventaja de tan sólo 20.000».
Bersani y Renzi, por el momento, siguen sin llevarse bien, tanto lo político como en lo personal: «¡Prefiere evitar hablar conmigo!», admite entre carcajadas. Para Bersani ha sido un error vincular la continuidad del Gobierno Renzi – que apoyaría igualmente – con un referéndum constitucional: «En todos los partidos vemos un proceso de personificación del discurso político. Personificar es una tontería, porque la comunicación es para la política lo que las finanzas para la economía: son indispensables, pero cuando prevalecen crean una burbuja que explota». Y vislumbra: «Renzi pertenece a este mecanismo, y tendrá sus desmentidos».
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