Crimen de guerra

Preocupación por el estado de salud del español en manos de Rusia

Mariano García Calatayud, de 75 años, fue torturado en un centro de detención de Simferopol. El valenciano se mudó a Jersón en 2014. Lleva desde marzo de 2022 apresado por Rusia, sus familiares aún no han hablado con él

Mariano García protesta en Jersón con una bandera ucraniana
Mariano García Calatayud protesta en Jersón con una bandera ucraniana LR

Esta semana se han vuelto a conocer las atrocidades que los soldados rusos realizaban a los ucranianos en territorio ocupado. El Ejército de Rusia, una vez que conquistaba una ciudad, se cebaba con algunos de sus ciudadanos, especialmente con los militares y voluntarios, pero también con los familiares de las Fuerzas de Seguridad ucranianas.

Violaciones, asfixia, ahogamiento simulado y palizas son sólo algunos de los brutales métodos utilizados por las tropas rusas en las más de 35 «cámaras de tortura» en Jersón, una de las primeras ciudades en caer en manos de los soldados del Kremlin el año pasado, tras el inicio de la invasión de Vladimir Putin. El informe elaborado por el Mobile Justice Team, que forma parte del Atrocity Crimes Advisory Group, sobre Jersón es desolador.

Los rusos controlaron Jersón desde marzo, prácticamente al inicio de la campaña rusa. Tras la contraofensiva lanzada el año pasado por las tropas ucranianas, el Ejército logró retomar el poder de esta ciudad en noviembre.

Allí residía Mariano García Calatayud, un español que dejó la Comunidad Valencia para residir en Jersón junto a su mujer ucraniana. Con la ocupación rusa, García Calatayud, acudió en marzo de 2022 a una protesta en contra de las tropas invasoras. Fue capturado y durante un largo año sus seres queridos no supieron nada sobre su destino. Hasta que en abril, Moscú reconoció oficialmente su detención. Fuentes diplomáticas del ministerio de Exteriores español aseguran que la «Embajada sigue con preocupación el caso y cuántas oticias puedan recibirse acerca del eventual paradero de García Calatayud».

La preocupación va en aumento y hasta la ONG Amnistía Internacional ha iniciado una campaña de firmas. «Su estado de salud se está deteriorando gravemente y es urgente actuar para que lo liberen». Asimismo, recuerdan que «la detención secreta es ilegal y la desaparición forzada es un delito según el derecho internacional».

Ante el enorme secretismo, preguntamos al diputado ucraniano Oleksandr Horeniuk por la situación de García Calatayud.

«Compraba y repartía comida en el frente para los militares ucranianos, recogía ropa, material escolar y alimentos para los huérfanos de la “zona gris”», explica Horeniuk . El diputado de Odesa destaca que «García Calatayud lleva más de un año incomunicado, y ni su familia ni su abogado pueden acceder a él, ni siquiera ponerse en contacto con él».

Algunos ucranianos detenidos que fueron torturados en Simferopol, en la anexionada península de Crimea, han contado que coincidieron con un ciudadano español. «La ocupación de Crimea se convirtió en escenario de nuevas agresiones rusas contra nuestro país. Los secuestros, torturas, amenazas y asesinatos de activistas proucranianos comenzaron en Crimea y el este de Ucrania en 2014», asevera Horeniuk , del partido Servidor del pueblo, el mismo que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

«Desde 2022, todo esto está ocurriendo en los territorios recién ocupados, y su número se ha multiplicado. Se han denunciado repetidamente casos de tortura de rehenes civiles en este lugar concreto de detención. Hay información de que también se utilizó la tortura contra García Calatayud», manifiesta.

Torturar a civiles supone un crimen de guerra, algo que no extraña a Horeniuk. «A lo largo de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, los ocupantes han cometido una “amplia gama” de crímenes de guerra. Esta es la cara del país agresor», recalca el diputado, quien incide en que no solo se cometen contra el personal militar «también los civiles con opiniones pro-ucranianas, son víctimas: García Calatayud fue voluntario activo de las Fuerzas Armadas, participó en mítines en Jersón después del 24 de febrero de 2022 y ayudó a niños. Fue su posición activa la que se convirtió en el motivo del secuestro del voluntario».

Sobre el paradero de este anciano español, Holeniusk explica que «fue trasladado de Jersón al SIZO-1 en Simferopol, en la Crimea temporalmente ocupada». Más tarde, fue « trasladado al nuevo SIZO-2, donde se encuentra actualmente», concluye.