Análisis

«La principal preocupación de Israel acerca de Hizbulá reside en la unidad Radwan, sus fuerzas de élite»

El investigador principal para Líbano del International Crisis Group, David Wood, advierte de una guerra total en la frontera norte de Israel «si una sola operación alcanzara un objetivo muy sensible»

-FOTODELDÍA- Beirut (Líbano), 20/12/2023.- Los dolientes llevan el ataúd del combatiente de Hezbolá, Muhammad Hassan Jaafar Makki, que murió en enfrentamientos fronterizos con el ejército israelí, durante una procesión fúnebre en Beirut, Líbano, el 20 de diciembre de 2023. Las tensiones siguen siendo altas en la frontera entre Israel y el Líbano después de que el conflicto palestino-israelí se intensificara tras un ataque sin precedentes llevado a cabo por militantes de Hamás desde Gaza hacia...
Hizbulá celebra funeral por combatiente asesinado en la frontera entre Líbano e IsraelABBAS SALMANAgencia EFE

¿Qué capacidad militar, en términos de armamento y personal, tiene Hizbulá?

Aunque desde fuera se desconoce el alcance exacto del armamento y del personal de que dispone Hizbulá, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que es el miembro más formidable del llamado «Eje de la Resistencia». Los informes indican que su arsenal incluye más de 100.000 cohetes. Dispone de un número desconocido de misiles de precisión que, según el grupo, pueden alcanzar con precisión objetivos en todo Israel. Hizbulá ha afirmado que dispone de hasta 100.000 combatientes entrenados. Pero la principal preocupación de Israel respecto a los efectivos de Hizbulá reside en la unidad Radwan, sus fuerzas especiales de élite, de las que se dice que hay unos 2.500 miembros. En el pasado, esta unidad ha realizado demostraciones públicas para mostrar su pericia en la realización de incursiones transfronterizas, como el ataque de Hamás del 7 de octubre. En las últimas semanas, los dirigentes israelíes han exigido a Hizbulá que retire la unidad Radwan de las zonas fronterizas, afirmando que los residentes israelíes evacuados no pueden regresar a sus hogares en el norte de Israel hasta que esto ocurra.

En relación con esta última pregunta, ¿está Hizbulá preparado para entrar en un conflicto a gran escala con Israel?

Desde que comenzaron los enfrentamientos fronterizos, Hizbulá ha tomado medidas claras para evitar una escalada hacia un conflicto a gran escala. En noviembre, [el secretario general de la milicia chií libanesa, Hasán] Nasralá subrayó que Hizbulá ha seguido luchando en la frontera para mantener un «frente abierto» y mantener ocupadas a las FDI en la frontera norte de Israel, lejos del asediado aliado de Hizbulá, Hamás, en Gaza. Parece muy poco probable que cambie esta postura y busque activamente una guerra total con Israel. Sin embargo, esto no significa que Hizbulá se echara atrás si Israel emprendiera una guerra a gran escala contra ella. Incluso si Israel bombardeara sus posiciones en todo Líbano, el grupo podría utilizar su arsenal para atacar objetivos dentro de Israel, lo que podría causar muchas muertes y daños masivos a las infraestructuras. A la luz de estas posibles consecuencias, Israel debería buscar una solución diplomática a los actuales enfrentamientos, en lugar de una militar.

Después de Hamás, ¿cree que Israel centrará sus esfuerzos en desmantelar Hizbulá?

Posiblemente. Ahora mismo, el Gobierno israelí se enfrenta a una enorme presión pública para hacer retroceder a Hizbulá de la frontera. Decenas de miles de israelíes han sido evacuados del norte de Israel debido a los combates. Estos residentes quieren volver a sus casas, pero no hasta que reciban garantías del Gobierno de que estarán a salvo de Hizbulá. Sin embargo, los dirigentes israelíes saben que el grupo tiene una capacidad militar muy superior a la de Hamás. También recuerdan las amargas experiencias de Israel en la lucha contra Hizbulá, tanto de cuando Israel ocupó el sur de Líbano desde 1985 hasta 2000, como cuando las partes libraron una guerra mutuamente destructiva en el verano de 2006. De hecho, la frontera se mantuvo relativamente en calma durante 17 años después de 2006 precisamente porque Israel –y Hizbulá– comprendieron los enormes costes de repetir aquel conflicto. Hasta la fecha, Israel no ha presentado un plan convincente sobre cómo desmantelaría a Hizbulá mediante operaciones militares. Al mismo tiempo, seguir atacando al grupo sólo significará que los residentes del norte de Israel no podrán regresar a sus hogares, porque la situación seguirá siendo insegura para ellos.

La milicia no parece interesada en abrir un nuevo frente e Israel tampoco, a pesar de las advertencias de su ministro de Defensa, Yoav Gallant. ¿Cuál podría ser el detonante?

En la situación actual, el detonante más probable sería que Israel sintiera que no puede avanzar en la consecución de una mayor garantía de seguridad para los residentes del norte de Israel. Estas personas no quieren vivir indefinidamente en hoteles financiados por el Estado, esperando a que sea seguro volver a casa. Aunque creo que la mayoría de los dirigentes israelíes siguen siendo conscientes de que sería muy imprudente intensificar el conflicto con Hizbulá, una intensa presión política podría cambiar esta situación. Otra posibilidad es que se abra un frente en toda regla si una de las partes, aunque sea accidentalmente, inflige un daño que la otra no pueda aceptar. Hasta ahora, tanto Hizbulá como Israel han considerado que sus pérdidas hasta la fecha no hacen necesaria una escalada total. Sin embargo, ese cálculo podría cambiar si una sola operación alcanzara un objetivo muy sensible. ¿Qué ocurriría, por ejemplo, si una de las partes lanzara un misil que impactara en una escuela al otro lado de la frontera, matando a todos los niños que estuvieran dentro? Un suceso así podría desencadenar una respuesta masiva, que a su vez podría desembocar en una guerra total.

Los hutíes parecen haber estado al frente de las hostilidades contra Israel en las últimas semanas. ¿Hasta qué punto decide Irán cómo activar sus milicias proiraníes en la región?

Sigue sin estar claro exactamente cómo se coordina Irán con sus aliados en el «Eje de la Resistencia». Pero parece justo decir que Irán, aunque proporciona apoyo financiero y/o logístico a esos aliados, no ejerce un control absoluto sobre su toma de decisiones.