Kremlin

Putin elogia a su Ejército y desarma al Grupo Wagner

El presidente ruso reconoce el riesgo de guerra civil, mientras la Guardia Nacional pide tanques para evitar otro motín

Russian President Vladimir Putin delivers his address to the nation in Moscow, Russia, Saturday, June 24, 2023. (Gavriil Grigorov, Sputnik, Kremlin Pool Photo via AP)
Russia PutinASSOCIATED PRESSAgencia AP

El día de ayer dio comienzo de la desmantelación oficial del grupo Wagner, tal y como ya había anunciado el presidente ruso, Vladimir Putin, la noche anterior. El jefe del Kremlin, en su improvisado discurso a la nación televisado horas antes, quiso perdonar las acusaciones que pesaban sobre los mercenarios para invitarles a volver a casa o a firmar su incorporación en el Ejército ruso, aunque también apuntó la posibilidad de continuar con las labores que venían realizando antes de su insurgencia en territorio bielorruso, donde ya se encontraba su líder, Yevgueni Prigozhin.

Esta información fue confirmada ayer por el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que habló de su polémico invitado no perdiendo la oportunidad para ponerse una medalla tras su mediación con los sublevados el pasado sábado. Lukashenko, el hombre que más tiempo ostenta el poder en un país europeo y sobre el que más dudas recaen acerca de su transparencia democrática, se reunió ayer con oficiales y altos funcionarios bielorrusos elogiando a Prigozhin como «un hombre heroico» que había sufrido un revés por la muerte de muchos de sus hombres en Ucrania y de ahí su «estado de semi locura» que le llevó a emprender su camino hacia Moscú ocupando varias ciudades rusas.

«Fue presionado e influido por aquellos que lideraron los escuadrones de asalto [en Ucrania] y vieron estas muertes», aseguraba Lukashenko mientras narraba cómo transcurrieron las tensas horas de negociación con el oligarca, hoy caído en desgracia. Al parecer, el presidente bielorruso entró en acción al ser informado por Putin de que Prigozhin no le respondía al teléfono. Después de escuchar los lamentos del jefe del grupo Wagner y su decisión de continuar el camino hacia Moscú, Lukashenko no dudó en ponerle los pies en el suelo asegurándole que «a mitad de camino serás aplastado como un insecto».

En tono apocalíptico, el líder autócrata bielorruso aseguró que «si Rusia se derrumba, quedaremos bajo los escombros y moriremos todos».

El diario opositor ruso «Verstka» informa que las autoridades bielorrusas están trabajando para construir nuevos campamentos para albergar a los soldados del grupo Wagner. Según el grupo de expertos ISW, el área de construcción debería tener un tamaño de 24.000 metros cuadrados y albergar a 8.000 soldados. El grupo de expertos afirma, además, que no cree que la base represente una amenaza obvia para Ucrania, ya que se cree que la base está ubicada a 200 kilómetros de la frontera de Ucrania.

Por otro lado, el presidente Putin participó ayer en una ceremonia militar en la que quiso homenajear a su Ejército. Según el jefe del Kremlin, fue este quien impidió una «guerra civil» en Rusia con su valentía y actitud ante los hechos. «Ustedes se opusieron a estos disturbios, cuyo resultado habría sido inevitablemente el caos», dijo Putin antes de pedir un minuto de silencio por los pilotos del Ejército que perdieron la vida durante el motín del fin de semana «cumpliendo con honor su deber».

A pesar de haberse retirado oficialmente los cargos contra Prigozhin por su sublevación, quedan aún cuentas pendientes entre el Estado y él. Mucho dinero que el Kremlin habría pagado a este grupo de mercenarios cuyo intermediario, Prigozhin, se habría quedado con una parte importante. El propio presidente ruso habló de un gasto de 86.262 millones de rublos [casi 1.000 millones de euros], asumido por el Estado entre mayo de 2022 y mayo de 2023 para sufragar los sueldos y manutención en el frente de este batallón de soldados profesionales, al que se le permitió reclutar a delincuentes sacados directamente de las cárceles. Putin acusa a su examigo y líder de Wagner de haber ganado «millones de rublos» desde que comenzara su intervención en Ucrania y anunció una investigación sobre el uso de ese dinero de las arcas del Estado.

En las noticias se sigue hablando del registro a las oficinas de Prigozhin en San Petersburgo y de la cantidad ingente de dinero en metálico encontrada. El culebrón Wagner seguirá ocupando muchas portadas en la prensa rusa, mientras el general Victor Zolotov, comandante en jefe de la Guardia Nacional rusa ha anunciado que sus hombres recibirán parte del material devuelto por Wagner. Este ejército «pretoriano» fue creado hace siete años por Putin y se estima que posee entre 350.000 y 400.000 miembros que reciben órdenes directas del líder ruso y no del Ministerio de Defensa. La Guardia Nacional demandó dotarse de tanques y armas pesadas. «No tenemos tanques y otras armas pesadas de largo alcance».

El foco vuelve poco a poco al frente ucraniano, donde continúa la «operación especial» del Kremlin, que se alarga sin remedio entre la desesperación de muchos. Se espera que a lo largo del día de aterrice en Moscú el enviado del Papa Francisco para la paz en Ucrania, el cardenal Matteo Zuppi, que ya se ha reunido en Kyiv con el presidente Zelenski. El representante del Vaticano lleva consigo un plan de paz que espera presentar directamente a Putin.

El presidente de Ucrania, celebró ayer lo que calificó como «una jornada feliz», en referencia al lunes, debido a los avances registrados por las tropas ucranianas en los frentes donde se combate a los invasores rusos, a tres semanas de haber lanzado la contraofensiva para la que Kyiv se preparó durante largos meses.

«Hoy nuestros combatientes avanzaron en todas direcciones, es una jornada feliz», dijo el mandatario ucraniano en su mensaje diario por vídeo, tras visitar a las tropas desplegadas en Donetsk y Zaporiyia. «Les deseo a los muchachos más días como éste», añadió Zelenski, que grabó el mensaje dentro de un tren que lo llevaba de regreso a Kiyv.

En opinión del ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, era solo una «cuestión de tiempo» que alguien en Rusia se atreviera a rebelarse contra Putin, y apuntó que «vimos cómo su poder y autoridad se están reduciendo».