
Francia
¿Por qué Francia debe entregar vacas a España cada año? El curioso origen del tratado más antiguo de Europa
Lleva vigente durante seis siglos, lo que le convierte en el tratado en vigor más antiguo de Europa

Durante siglos, Europa ha sido escenario de múltiples guerras y conflictos territoriales entre reinos y, posteriormente, entre Estados. Como consecuencia, las fronteras han cambiado constantemente, convirtiéndose a menudo en focos de tensión entre comunidades vecinas. En este contexto histórico de disputas por el uso de la tierra entre pastores del Pirineo, surgió el conocido como Tributo de las Tres Vacas, un acuerdo que aún se mantiene vigente y que es considerado el tratado en vigor más antiguo de Europa.
Aunque la versión más documentada del pacto data de 1375, algunos expertos sostienen que su origen podría ser anterior, remontándose a prácticas medievales entre los habitantes de los valles de Baretous, en el actual territorio francés, y Roncal, en Navarra.
¿En qué consiste el tratado?
El Tributo de las Tres Vacas se basa en una sentencia emitida durante la Baja Edad Media, mediante la cual se condenó municipios del Valle de Baretous (Francia) a entregar anualmente tres vacas pirenaicas de dos años, con el mismo pelaje, dentadura y cuernos, sin defectos ni enfermedades, a cuatro municipios del Valle de Roncal (España). Este acuerdo fue la solución pacífica a una antigua disputa por el uso de pastos y fuentes de agua limítrofes, según recoge la documentación histórica, incluida por instituciones como la Agencia Tributaria y el Gobierno de Navarra.
En la actualidad, el 13 de julio de cada año, los habitantes de ambos valles se reúnen en una ceremonia simbólica que ha sido declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial y reconocida como Fiesta de Interés Turístico de Navarra. El acto tiene lugar en la piedra de San Martín, una gran roca situada en el mojón 262 entre los dos territorios.
Una ceremonia que resiste el paso del tiempo
La ceremonia está presidida por el alcalde de Isaba, quien formula tres veces la pregunta ritual a los representantes franceses. Los representantes del Valle de Baretous deben responder afirmativamente en cada ocasión. Acto seguido, uno de los alcaldes franceses posa su mano sobre la piedra, y los demás hacen lo mismo, culminando con el alcalde de Isaba, que pronuncia tres veces la fórmula tradicional: "Pax avant, pax avant, pax avant".
A continuación, un veterinario examina las tres vacas para verificar que cumplen con las condiciones pactadas. El alcalde de Isaba emite entonces un recibo y nombra a guardas locales, encargados de custodiar zonas comunales de pasto compartidas.
Cambios en la tradición
Aunque la tradición exige la entrega de vacas vivas, en la actualidad, tras el reconocimiento veterinario, los animales regresan a territorio francés y el tributo se cumple mediante el pago de su equivalente monetario al precio de mercado. Finalizada la ceremonia, los asistentes de ambos lados del Pirineo celebran un banquete con productos típicos de la zona, como muestra de hermandad.
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