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Celebraciones

¿En qué países de Latinoamérica se celebra el 12 de octubre? De México a Argentina, una fecha que ha cambiado de significado

Durante más de un siglo, el 12 de octubre fue conocido como el “Día de la Raza”. Hoy, la mayoría de los países de América Latina lo conmemoran bajo otros nombres que reflejan una nueva lectura histórica

¿En qué países de Latinoamérica se celebra el 12 de octubre? De México a Argentina, una fecha que ha cambiado de significado Unsplash

El 12 de octubre, fecha en la que Cristóbal Colón llegó a América en 1492, sigue siendo una jornada cargada de simbolismo. En España se celebra como la Fiesta Nacional, pero en América Latina el sentido ha evolucionado. Lo que comenzó como una exaltación del encuentro entre Europa y el "Nuevo Mundo" se ha transformado en una reflexión colectiva sobre identidad y memoria.

La idea original de esta conmemoración surgió en 1913, propuesta por el político español Faustino Rodríguez-San Pedro, entonces presidente de la Unión Iberoamericana. Su objetivo era fortalecer los lazos entre España y los países de habla hispana, bajo el nombre de Fiesta de la Raza. Sin embargo, con el paso del tiempo, el término "raza" comenzó a perder vigencia y a generar debate, especialmente por su visión eurocentrista.

De la Raza a la Diversidad

A lo largo del siglo XX, casi todos los países latinoamericanos renombraron la celebración para reconocer la pluralidad cultural del continente y el legado de los pueblos indígenas.

En Argentina, el feriado se llama desde 2010 Día del Respeto a la Diversidad Cultural, con el propósito de promover la reflexión sobre la historia y los derechos de las comunidades originarias. Mientras que en México, que durante décadas lo mantuvo como Día de la Raza, adoptó recientemente la denominación Día de la Nación Pluricultural, una forma de reconocer la riqueza de sus pueblos indígenas y afrodescendientes.

Por su parte, en Bolivia, la jornada es conocida como el Día de la Descolonización, un gesto político que busca cuestionar la herencia colonial y reafirmar la identidad de los pueblos originarios. Otros países han optado por nombres que subrayan el diálogo cultural. Chile lo celebra como el Día del Encuentro de Dos Mundos, Ecuador como el Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad y Perú como el Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural.

Solo cuatro países mantienen el nombre de "Día de la Raza": México, Colombia, Honduras y El Salvador, aunque en algunos casos coexiste con otras denominaciones. En Panamá, por ejemplo, también se utiliza "Día de la Hispanidad" o "Día del Descubrimiento de América".

De celebración a reivindicación

En las últimas décadas, la figura de Cristóbal Colón ha pasado de símbolo de exploración a punto de controversia. En muchas ciudades de América Latina, las estatuas que lo representaban han sido retiradas o reemplazadas por monumentos dedicados a líderes indígenas.

Este cambio refleja un proceso de revisión histórica: las nuevas generaciones ya no celebran el "descubrimiento", sino que conmemoran la resistencia de los pueblos nativos. En países como Venezuela y Nicaragua, el 12 de octubre es oficialmente el Día de la Resistencia Indígena, con marchas, actos culturales y jornadas educativas que reivindican la dignidad y la lucha de las comunidades originarias.

En Estados Unidos, algo similar ha ocurrido: más de un centenar de localidades sustituyeron el antiguo Columbus Daypor el Día de los Pueblos Indígenas, proclamado oficialmente por el presidente Joe Biden en 2021.

Una fecha que sigue transformándose

Más de quinientos años después del primer viaje de Colón, el 12 de octubre continúa dividiendo opiniones y despertando reflexiones. Para algunos, representa el inicio de una nueva era de intercambio cultural; para otros, el recordatorio de una historia marcada por la violencia y la conquista.

En cualquier caso, lo que hoy une a los países de América Latina es una visión más crítica y consciente de su propio pasado: una mirada que celebra la diversidad, reconoce las heridas históricas y reafirma el valor de las raíces indígenas en la construcción del presente.