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Rechazo unilateral

Análisis. Lo único que parece claro tras el intento de golpe es que los turcos no apoyan un alzamiento militar

La Razón
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–¿Cómo supo el primer ministro turco y el presidente Erdogan tan rápidamente que el clérigo Gülen estaba detrás de la asonada?

–Realmente no sé cómo lo sabían, pero en Turquía se dice que el Ministerio de Defensa ya contaba con una lista de «gülenistas» dentro del Ejército e iban a ser apartados, bajados de rango e incluso despedidos a finales de agosto. Es decir, una nueva purga en las Fuerzas Armadas turcas. Por ello, según la misma teoría, estos militares «gülenistas» habrían decidido orquestar un golpe de Estado, ya que después del verano iban a ser expulsados.

–¿Tras el golpe de Estado y la posterior represión y purgas por parte de Erdogan, ¿está la democracia turca en peligro?

–Lo único que parece que está claro es que la sociedad turca no respalda un golpe de Estado militar. Ésa es una de las conclusiones que se sacan desde aquí. Obviamente, en los últimos años la política de Erdogan ha generado dudas dentro de la comunidad internacional porque hay una persona que quiere controlar a todas las fuerzas en Turquía y concentrar el poder en su figura. Tras el intento de golpe, creo que toda la sociedad turca debería pararse a debatir, y la discusión debería ser pública, sobre el futuro y hacia dónde debe avanzar Turquía. El país ha dado un cambio económico importante, se puede decir que es la primera vez que ha habido un golpe de Estado contra una sociedad mayoritariamente urbanita. Antiguamente, hace 30 años, la sociedad vivía principalmente de actividades rurales y la economía era más rural. Ahora no es el caso.

–¿Qué opina de las voces en Turquía que demandan la reinstauración de la pena de muerte? ¿Es factible?

–No lo creo. En primer lugar porque ya se abolió a princpio de los años 2000 el antecesor de Erdogan. Él tuvo la oportunidad, pues capturaron en Kenia al líder del PKK, y eran muchos en Turquía los que demandaban la pena capital para ajusticiar a Abdula Ocalan y, a pesar de que hubiera sido muy popular, no lo hizo entonces. Además, instaurar la pena de muerte significaría un adiós rotundo a las negociaciones con la UE, pues fue la primera medida que se adoptó para comenzar las negociaciones con Bruselas para una posible adhesión. Sería tirar por la borda todo ese proceso, con lo que ello implicaría.

*Experto en Economía y Política turca. Preguntas de Esther S. Sieteiglesias