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Rohani, lógico ganador

La Razón
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ARASH POUREBRAHIMI, asistente de Proyectos en Irán Data Portal, de la Universidad de Syracuse

-¿Cuáles son las posibilidades de Rouhani de ser reelegido?

-Si algo hemos aprendido de la muy corta historia de las elecciones presidenciales en Irán, es que es algo impredecible. Sin embargo, Rohani pareció siempre el ganador más plausible de la campaña. Los cuatro presidentes anteriores consiguieron permanecer en el cargo por dos mandatos. Rohani lo ha conseguido aunque hay muchos problemas económicos, políticos y sociales en el país. Es verdad que la administración Rohani no tiene delante una gran crisis y que él ha cumplido su promesa principal de la campaña de 2013, el acuerdo nuclear.

-¿Qué temas se abordaron en la campaña?

-El empleo ha sido la principal preocupación de los votantes. Aunque la administración de Rohani logró frenar la inflación y estimular el crecimiento (gracias a la reanudación de las exportaciones de petróleo), no logró hacer frente al desempleo. La tasa de paro es del 12,4%, el número más alto desde 2010. No es de extrañar que los principales oponentes de Rohani (Raisi y Qalibaf) hayan tratado de centrarse en los parados y en los más pobres.

-¿Tuvo el bloque ultraconservador oportunidades de ganar?

-Los miembros de la línea dura han intentado apropiarse de la constitución de Ahmadinejad, por eso pusieron el foco en los más pobres. Convertirse en el candidato favorito de la población más desfavorecida no es solo una cuestión de políticas y promesas, sino que es algo que también está arraigado en el carisma que Ahmadinejad tenía.

-Hablemos de Raisi, ¿por qué era el favorito del líder supremo?

-No sabemos si lo era. Es difícil decir quién era el candidato favorito del Líder Supremo.

Para Jamenei mantener el equilibrio de poder entre las facciones políticas en Irán es más importante que tener un candidato favorito. Lo que sí sabemos es que Jamenei no quería ver a Ahmadinejad en la carrera presidencial esta vez, por eso le sugirió que no se presentara públicamente.