Marina británica

Royal Navy, ¿quién te ha visto y quién te ve?

El poderío naval de Reino Unido, muy cuestionado por la baja inversión en Defensa, los fallos mecánicos y la obsolescencia de muchos de sus buques de guerra.

El portaaviones británico HMS Queen Elizabeth a su llegada a Oslo este lunes
El portaaviones británico HMS Queen Elizabeth en una visita a OsloTerje PedersenAgencia EFE

Reino Unido quiere aumentar su presencia en la región Indo-Pacífico, sin olvidarse por supuesto de la amenaza que supone Rusia, y por ello, durante la cumbre del G-7 que se ha celebrado en la ciudad nipona de Hiroshima, ha alcanzado un acuerdo con Japón para que la Royal Navy despliegue un grupo de ataque de portaaviones en la zona como parte del fortalecimiento de sus lazos de defensa con este país, según anunció esta semana el primer ministro británico Rishi Sunak.

La confirmación del despliegue planificado de uno de los dos gigantes de 65.000 toneladas de la Royal Navy se produjo cuando Sunak y su homólogo japonés, Fumio Kishida, acordaron el 18 de mayo lo que se conoce como el Acuerdo de Hiroshima, un pacto de gran alcance que abarca la economía, la defensa, la seguridad y la tecnología.

Sunak, quien visitó el portaaviones japonés JS Izumo durante su estancia en Japón, dijo que "el Acuerdo de Hiroshima intensificará la cooperación entre nuestras fuerzas armadas, hacer crecer nuestras economías juntas y desarrollar nuestra experiencia científica y tecnológica líder en el mundo".

Los detalles del despliegue del nuevo portaaviones aún no están disponibles, aparte de que los británicos dijeron en su declaración que el grupo de ataque incluirá escoltas navales y aviones de combate F-35 que trabajarán junto con la Fuerza de Autodefensa de Japón y otras armadas en la región.

En su despliegue inaugural en 2021, el HMS Queen Elizabeth recorrió la región del Indo-Pacífico liderando una fuerza de barcos de apoyo y combatientes de superficie de la Royal Navy, EE. UU. y Países Bajos. Un escuadrón de F-35B del US Marine Corp también se desplegó junto a aviones británicos a bordo del portaaviones de la Royal Navy.

Solo un portaaviones

Sin embargo, lo que parece no tener en cuenta el primer ministro británico es que de los dos portaaviones con que cuenta Reino Unido solo uno está operativo, puesto que el otro permanece desde hace varios meses en el dique seco debido a una grave avería sufrida en la hélice, con el agravante de que no se descarta que pueda tratarse de un problema de construcción y que, por tanto, al ser los dos buques insignia de la marina británica gemelos, podría afectar también al Queen Elizabeth.

Por si fuera poco, numerosas piezas del portaaviones averiado, el HMS Prince of Wales, están siendo retiradas para colocarlas en el que de momento sí está operativo, el HMS Queen Elizabeth, lo que ha provocado numerosas críticas tanto dentro como fuera de Reino Unido. Los filtros de aceite y combustible, utilizados para separar el agua de mar del diésel en los tanques de combustible para evitar que se ensucien los motores, han sido tomados del HMS Prince of Wales, según medios británicos. También se habría quitado la cadena de uno de los elevadores de la mesa de vuelo, que se usa para transportar aviones de combate desde los hangares interiores hasta la cubierta de vuelo.

La Royal Navy sostiene que el intercambio de piezas es algo normal. "No es inusual que se transfieran equipos entre barcos de la misma clase para garantizar la disponibilidad operativa y evitar retrasos", dijo un portavoz al diario inglés "The Telegraph". Estas mismas fuentes aseguran que el portaaviones estaría de nuevo operativo este otoño, tras más de un año de reparaciones, aunque no está muy claro que estos plazos puedan cumplirse. De hecho, hay en curso una investigación abierta, ya que el buque averiado tenía apenas un año de vida, que trata de discernir si la causa de la avería fue un diseño defectuoso, un fallo en el proceso de construcción, un mantenimiento deficiente o algún otro problema.

Problemas con los destructores

Pero el problema de la Royal Navy iría mucho más allá de este fallo en su portaaviones. Analistas militares creen que detrás de la fachada de poderío marítimo que Reino Unido sigue proyectando al mundo, hay graves problemas. Así, sobre el papel, dispone de dos portaaviones, dos buques de asalto anfibio de tipo LPD, seis destructores Type 45 Clase Daring y 12 fragatas Type 23, además de cuatro submarinos nucleares estratégicos de clase Vanguard, cinco submarinos de ataque de clase Astute y dos submarinos de ataque de clase Trafalgar, lo que situaría a la marina de guerra británica en un hipotético quinto puesto mundial en términos de tonelaje.

Sin embargo, como señalábamos, la Royal Navy solo puede reunir un grupo de batalla en este momento. Además de los buques y submarinos principales y auxiliares, la formación de un grupo de batalla de portaaviones requiere muchos buques de escolta, entre dos y tres destructores y de tres a cuatro fragatas. El problema es que los destructores Type 45, la columna vertebral de la flota, tiene un sistema de propulsión totalmente eléctrico que falla con frecuencia en medio de un viaje: la unidad enfriadora presenta fallos de diseño importantes y hace que la turbina falle de modo que, cuando esto sucede, se produce una sobrecarga eléctrica en los generadores diésel y cae la planta del buque dejándolo sin propulsión. De hecho, existe un proyecto de mejora de energía actualmente en marcha para abordar los principales problemas de propulsión del Type 45.

Por si fuera poco, solo dos de los seis destructores mencionados son aptos para un despliegue continuo durante todo el año.

Fragatas obsoletas

En cuanto a las fragatas, tienen un sistema de propulsión fiable pero son obsoletas: su diseño es de la década de los ochenta del siglo pasado con lo que ellos significa en cuanto a carencias. Afortunadamente, existe un programa destinado a la renovación de las fragatas, la clase Type 26, de 5.400 toneladas de desplazamiento, 148 metros de eslora y 20 de manga, preparadas para llevar misiles de crucero Tomahawk o Storm Shadow y antibuque Harpoon. Sin embargo, también ha habido recortes para este programa y, así, de las 13 unidades previstas, parece que solo se construirán ocho, no habiéndose entregado aún ninguna de las tres actualmente en construcción. Estos buques se exportarán también a las marinas australiana y canadiense.

Todo esto lleva a los expertos a poner en duda el poder naval británico. Un investigador del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) advierte en un artículo dirigido a la comunidad militar de Reino Unido que el país corre el riesgo de perder su posición preponderante en la OTAN y en Europa si no se apuesta por un aumento del presupuesto en defensa. Ben Barry, que fue director del Estado Mayor del Ejército Británico y participó en el pasado en misiones de la OTAN en Bosnia, asegura en su artículo que el ejército "es el menos modernizado de los servicios británicos". Barry escribe que en caso de guerra, "esta obsolescencia significaría que las brigadas blindadas británicas sufrirían más bajas y tardarían más en cumplir sus misiones que las brigadas blindadas estadounidenses".

También se hace eco de las declaraciones de un general de Estados Unidos que le dijo recientemente al ministro de Defensa británico, Ben Wallace, que "ya no veía como una fuerza de combate de primer nivel" a Reino Unido por los continuos recortes en este sector.

Otras críticas llegaron del ex jefe de la Royal Navy. Lord West, que fue jefe del Estado Mayor de la Marina, que cargó contra el hecho de que en una de sus últimas misiones, el portaaviones HMS Queen Elizabeth saliera sin su escuadrón habitual de aviones de combate F-35. El Ministerio de Defensa ha negado que esto se debiera a la reducción de gastos en defensa y argumentó que los cazas aterrizan en el portaaviones desde las bases de la Royal Air Force (RAF) para entrenar maniobras, aterrizar y despegar del mayor buque de la historia de la Armada inglesa.

Sin embargo, Lord West cuestionó la capacidad de Reino Unido para responder a los desafíos militares en tiempos convulsos cuando saca de misión a su único portaaviones operativo sin aviones de combate. "Que los buques naveguen sin su equipo completo de misiles y municiones es indignante. Una vez que un barco zarpa, nunca se sabe lo que va a pasar. Tiene que estar preparado en todo momento".

Lord West añadió que la fuerza militar del Reino Unido corre el peligro de "parecer débil" ante potencias como Rusia y China si su portaaviones insignia no puede navegar completamente armado. Si no tienes un conjunto completo, entonces es una broma. No sirve de nada tener una nave asombrosamente capaz si no posee todas las armas para luchar. El objetivo de tener F-35 era que iba a ser el avión de los portaaviones. Cuando estás haciendo aviación desde un portaaviones necesitas practicarlo todo el tiempo”, protestó el almirante Lord West, quien explicó que el poderoso barco siempre debe tener al menos 12 cazas F-35 a bordo, aunque puede transportar hasta 40 unidades. Además, reveló que la ausencia de los F-35 se debe a la falta de misiles para armarlos".