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Investigación

Rusia estaría ayudando a China a preparar su futura invasión de Taiwán, según investigadores británicos

Según el análisis, estas capacidades reforzarían los planes de Pekín de modernizar sus fuerzas armadas

Entrenamiento del brigada paracaidista del ejército popular chino (20-01-2017) Efe

El Royal United Services Institute (RUSI), foro británico de defensa y seguridad, afirma que Rusia ha acordado vender equipo militar y tecnología a China que podría facilitar una operación de aterrizaje aéreo sobre Taiwán. El análisis se basa en unas 800 páginas de documentos filtrados por elgrupo hacktivistaBlack Moon, que incluyen contratos, actas de reuniones y listas de material. Si bien su autenticidad no ha sido verificada de forma independiente, los expertos del instituto consideran los archivos consistentes.

Los documentos mencionan visitas oficiales a Moscú y contemplan la entrega de sistemas de paracaídas de gran altitud, así como vehículos de asalto anfibio y blindados ligeros. Se trataría de un paquete completo de equipo y entrenamiento para un batallón aerotransportado. El coste estimado supera los 210 millones de dólares, aunque no hay pruebas de que China haya efectuado pagos ni recibido aún material.

El informe advierte de que estos sistemas serían cruciales para una invasión de Taiwán, objetivo que Pekín no ha descartado y cuya preparación, según Estados Unidos, podría ordenarse ya en 2027. En este contexto, el fortalecimiento de las capacidades aerotransportadas permitiría a las fuerzas chinas acelerar sus programas y superar deficiencias en este ámbito, beneficiándose de la experiencia rusa en operaciones de paracaidistas.

Equipo, entrenamiento y objetivos estratégicos

El acuerdo incluiría 37 vehículos de asalto anfibios, 11 cañones antitanque autopropulsados, transportes blindados y vehículos de mando, además de sistemas conocidos como Dalnolyot, capaces de lanzar cargas de hasta 190 kilos desde 8.000 metros de altitud. Según RUSI, estas capacidades permitirían a fuerzas especiales chinas planear hasta 80 kilómetros y penetrar territorio enemigo sin ser detectadas, lo que podría servir como una “fase cero” de invasión.

Aunque los documentos no mencionan directamente a Taiwán, los analistas sostienen que la utilidad del material apunta a este escenario. Para Rusia, el acuerdo tendría un doble efecto: financiar su guerra en Ucrania con la venta de armas y arrastrar a China a un potencial conflicto con Estados Unidos en Asia.

Expertos citados en el informe plantean que, si bien el equipamiento chino es más avanzado que el ruso, Pekín carece de experiencia en combate aerotransportado. Moscú, pese al fracaso de su operación en Hostomel en 2022, acumula décadas de conocimientos en este ámbito que podrían aportar a China. Además, señalan que con el tiempo Pekín podría aplicar ingeniería inversa al material adquirido para adaptarlo a misiones de inteligencia, reconocimiento y vigilancia.

Por ahora, los Gobiernos de Rusia, China y Taiwán no han respondido a las solicitudes de comentarios de las agencias internacionales. Sin embargo, el informe del RUSI refuerza la idea de que el estrechamiento de la cooperación militar entre Moscú y Pekín podría tener implicaciones directas en el equilibrio estratégico en el Indo-Pacífico.