Unión Europea

Sánchez mantiene su alianza con Macron para aislar a la derecha

La estrategia de España para ganar peso en la UE

Pedro Sánchez dialoga con Donald Tusk en Bruselas / Ap
Pedro Sánchez dialoga con Donald Tusk en Bruselas / Aplarazon

La estrategia de España para ganar peso en la UE.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, acudió ayer a la capital comunitaria con una apretada agenda por delante.

Sánchez mantuvo un encuentro bilateral con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y tras reunirse con sus homólogos socialistas europeos se reunió con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron.

La estrategia de Sánchez siempre ha consistido en establecer una sólida alianza con el presidente francés en un intento de conseguir contrarrestar la hegemonía del Partido Popular Europeo (PPE) al frente de las instituciones y vetar de esta forma las opciones de Manfred Weber, candidato de la canciller alemana.

Aunque tras la fracasada cumbre de los pasados días 20 y 21 de junio los socialistas europeos parecían resignados a ceder una vez más la Presidencia del Ejecutivo comunitario a favor de un aspirante popular, la resurrección del socialista holandés Frans Timmermans como candidato supone un éxito para el Gobierno español y la alianza entre socialistas y liberales. Aún no está claro el desenlace de dicha entente política.

La estrategia de nuestro país no termina aquí. España aspira a recuperar el terreno perdido durante esto últimos años en el reparto de cargos europeos y mantiene a tres candidatos en liza. El primero es el ministro en funciones de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, como posible sustituto de la italiana Federica Mogherini al frente de la diplomacia europea y vicepresidente del ejecutivo comunitario. Seguidamente, la actual ministra de Economía, Nadia Calviño, se perfila como vicepresidenta económica de la futura Comisión y, finalmente, la ministra de Medio Ambiente, Teresa Ribera, como posible comisaria a una cartera de cambio climático.

A pesar de los intentos de España por conseguir ganar una mayor visibilidad, fuentes diplomáticas reconocen que los candidatos para el resto de las instituciones europeas escasean.

Sin embargo, España no tiene especial interés en la Presidencia del Parlamento Europeo (solo tres españoles han ocupado ya el cargo) ni tampoco en el sustituto de Donald Tusk como presidente permanente del Consejo, ya que este cargo suele ser ocupado por un ex primer ministro, pero ninguno de los españoles está bajo el radar.