Francia

Sarkozy juega con una posible vuelta a la política

Acudirá hoy por primera vez en siete años a la Ejecutiva de su partido

Un 59% de los franceses está en contra del regreso de Sarkozy a la vida política
Un 59% de los franceses está en contra del regreso de Sarkozy a la vida políticalarazon

PARÍS- Hacía mucho tiempo –desde 2007– que Nicolas Sarkozy no acudía a una Ejecutiva de su partido. Aunque su presencia hoy junto a los demás dirigentes de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) no debería interpretarse –insisten sus allegados– como el regreso del ex presidente francés a la política, con el que tanto se lleva especulando apenas transcurrido un año de su derrota electoral en 2012.

Su participación parece tan excepcional como extraordinaria es la convocatoria urgente del órgano de gobierno de la UMP tras el duro golpe asestado por el Consejo Constitucional a sus finanzas. La alta institución invalidaba el pasado viernes las cuentas de la pasada campaña electoral del candidato Nicolas Sarkozy, por un desfase del 2,1% sobre el presupuesto máximo establecido –22,5 millones de euros– privando así al principal partido de la oposición de una jugosa ayuda pública de once millones de euros.

El fallo del Constitucional ha sumido a la UMP en una crítica situación financiera, cuyas cuentas ya estaban en rojo por varios préstamos adquiridos y por la reducción de financiación pública (15 millones menos) debido a los malos resultados de las últimas elecciones legislativas. La cuestación lanzada el sábado y respaldada por Sarkozy a través de las redes sociales habría permitido recaudar ya cerca de dos millones de euros en donativos.

Desde su paso por el Elíseo y su derrota electoral, el ex presidente francés se había retirado de la política activa y distanciado de la vida cotidiana de su formación, en la que como miembro de pleno derecho del Consejo Constitucional, en su calidad de ex jefe del Estado, tampoco podía implicarse. Pero tras dimitir el viernes de este organismo al anunciarse la polémica decisión, «Sarko» ha recobrado toda su libertad. No sólo para poder decir en alto lo que piensa –al denunciar como ha hecho a través de su página de Facebook «una situación inédita en la Quinta República», alertando del «peligro» para la UMP–, sino para ir desbrozando el camino hacia una eventual vuelta a la arena política, como desea un sector de su partido, pero sobre todo una mayoría de votantes de la derecha que sigue viéndole como el único político capaz de sacar a Francia de la crisis en la que se haya inmersa.

Algunos barones del partido aseguran que la presencia de Sarkozy en esta reunión a puerta cerrada, pero de donde se filtrará vía Twitter lo que el ex presidente pueda decir, es sólo «un testimonio de solidaridad» y de respaldo a su familia política. «En ningún caso es un regreso a la vida política», afirmaba su fiel colaborador y ex ministro Brice Hortefeux.

Dijo que nunca más se volvería a oír a hablar del él, pero la de Sarkozy es una ausencia altamente mediática y omnipresente. Si entre los suyos sigue siendo el preferido para 2017, los franceses todavía no se han reconciliado con el «híper-presidente» al que decidieron castigar. Tres de cada cinco consultados (59% frente al 40%) siguen siendo hostiles a una futura candidatura presidencial de Nicolas Sarkozy.

Cercado por la Justicia

La vuelta a la política de Nicolas Sarkozy dependerá en buena medida de cómo se resuelvan los distintos litigios que tiene abiertos. Además de estar imputado en el «caso Bettencourt» por abuso de debilidad y acusado de recibir importantes sumas de dinero de la anciana dueña de L'Oréal para financiar «ilícitamente» la campaña electoral de 2007, la Justicia investiga si también Sarkozy pudo recibir millonarias cantidades del régimen de Muamar Gadafi, como aseguran varios testigos. Su nombre también aparece en el espinoso caso «Karachi», en el que se cree que el atentado contra varios ingenieros navales franceses en Pakistán, en 2002, está relacionado con una trama de comisiones y retro comisiones de la época del Gobierno de Edouard Balladur, y que hubieran podido servir para financiar la campaña presidencial de este último y de la que Sarkozy era tesorero.