América Latina
Sheinbaum asume el reto del Tren Maya tras su descarrilamiento
La presidenta asegura que el tren es un proyecto estratégico y busca extender las vías hacia Guatemala y Belice
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no deja de apagar fuegos. Cuando no son provocados por su vecino del Norte en forma de amenazas arancelarias, son brasas encendidas del legado que le dejó su antecesor Andrés Manuel López Obrador. El Tren Maya, la obra faraónica que López Obrador construyó a contrarreloj para vertebrar el empobrecido sureste mexicano, ha vuelto a la primera línea de la agenda política.
Un descarrilamiento del tren al llegar a una estación en Yucatán ha reabierto el debate sobre la infraestructura más ambiciosa del primer Gobierno de la Cuarta Transformación. Al llegar a la estación de Izamal, a baja velocidad, un vagón del tren volcó durante la maniobra de cambio de vía. En el incidente no se reportaron heridos, pero sirvió para volver a cuestionar la creación cumbre del gobierno de Morena.
En esta ocasión, Sheinbaum resolvió la crisis recurriendo a un eufemismo. El vagón volcado en la estación de Izamal no fue un “descarrilamiento” sino un “percance de vía”, dijo el director del Tren Maya, Óscar Lozano Águila, un general del Ejército mexicano que López Obrador nombró y que Sheinbaum ha mantenido en el cargo. "Fallamos ya dos veces, y no debemos hacerlo en el futuro”, admitió el propio general Lozano sobre otro accidente ocurrido en esta misma estación.
Más que un proyecto de ingeniería civil, el Tren Maya fue concebido como un proyecto ideológico. Como parte de su cruzada para reducir la pobreza y traer más igualdad y desarrollo a México, López Obrador construyó la megaobra de 1,554 kilómetros de vía férrea en menos de cinco años. La intención era conectar cinco de los estados con más rezago económico —Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo— atravesando la selva y perforando cenotes, un sistema de cuevas de agua dulce característicos de la Península de Yucatán.
A pesar de las protestas de organizaciones ambientalistas, jueces federales y la oposición, el proyecto siguió adelante con el apoyo de empresas y constructoras afines, muchas de ellas con poca (o ninguna) experiencia en infraestructuras ferroviarias. Ahí quizá está la explicación del sobrecoste colosal: de los 120 mil millones de pesos mexicanos presupuestados, la obra terminó costando 420 mil millones, casi cuatro veces más de lo planeado. “Es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay una obra así en la actualidad en el mundo”, se enorgulleció López Obrador el día de su inauguración en diciembre de 2023.
La obra que tenía que conectar a México es también la que divide a los mexicanos. “El Tren Maya es un monumento a la improvisación. Lo hicieron sin tener los estudios ambientales. Lamentablemente, no nos sorprende que se descarrilen vagones en una obra que tuvo problemas severos de planeación desde un inicio”, dijo el senador Ricardo Anaya, coordinador del PAN en la Cámara Baja, al exigir explicaciones al Gobierno de Sheinbaum. “¿Cómo puede ser que un proyecto de esa magnitud no contara con los estudios en materia ambiental y haya tenido ya tantos descarrilamientos? No es un hecho aislado, es algo que se viene repitiendo”, afirmó el senador conservador.
El Tren Maya también tendrá que asumir una lógica curva de aprendizaje en un país con poca experiencia en ferrocarriles para pasajeros. Hasta hace muy poco, el único tren de pasajeros en operación era el Chepe Express, un tren turístico de lujo que recorre el norte de México. Durante décadas, hablar de trenes en México era hablar de “La Bestia”, los convoyes de carga que usan los migrantes para cruzar el país desde Chiapas hasta la frontera con Estados Unidos.
Lejos de renunciar o cuestionar el proyecto, Sheinbaum —quien posee un doctorado en Ingeniería Ambiental— está convencida de que el Tren Maya será beneficioso para México y para la región. “El Tren Maya es un éxito en México. Hasta ahora lo han utilizado más de un millón y medio de personas. Es un proyecto estratégico de desarrollo”, dijo la mandataria la semana pasada en un encuentro con los presidentes de Guatemala y Belice, donde se comprometió a extender las vías ferroviarias hacia sus vecinos del sur.