Cargando...

Opinión

Sheinbaum y la democracia

La presidenta de México aprovecha su popularidad para hacer cambios de fondo en las instituciones

La presidenta de México Claudia Sheinbaum Sáshenka GutiérrezEFE

La aprobación a la gestión de Sheinbaum supera con facilidad el 70% entre los mexicanos. Un segmento importante de la clase media e incluso sectores empresariales apoyan a la «heredera de López Obrador». Dos factores clave, en primer lugar, hay cierta unanimidad al reconocer su capacidad para «domar a la bestia» que tiene como vecino, Donald Trump. Ha sido astuta de no enfrentarlo; ha evitado imponer aranceles en represalia, ha negociado ciertas excepciones y ha fortalecido los puentes de comunicación entre ambos. Sin embargo, esa agenda internacional invisibiliza una agenda doméstica alarmante. Concretamente, las elecciones judiciales en México programadas para el domingo 1 de junio de 2025, marcan un punto de inflexión peligroso para la democracia mexicana. Será la primera vez que los ciudadanos elijan directamente a jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial. Candidatos sin preparación, totalmente partidistas y futuros subordinados del Poder Ejecutivo. Mientras la inmensa mayoría de los mexicanos hablan de Trump, un nuevo régimen alejado de los valores liberales se consolida en México.

Paralelo a la agenda política se le une la agenda social. Hace pocas semanas inició la distribución de 156,7 millones de Libros de Texto Gratuitos (LTG) que están llegando a 24,1 millones de estudiantes de educación básica para el ciclo escolar 2025-2026. Su escritura y desarrollo contó con la asesoría de cubanos y venezolanos abiertamente marxistas e integrantes de esos gobiernos. ¿El objetivo? Dicho por el director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación Pública, Marx Arriaga: «Cambiar la mentalidad del pueblo mexicano en 18 años». La presidenta Sheinbaum aprovecha su popularidad para hacer cambios de fondo en las instituciones mexicanas. Las consecuencias serán vistas en el mediano plazo y, por desgracia, hoy, la mayoría de los mexicanos no logra ver la gravedad.