Navío de batalla
Singapur presenta un nuevo navío que parece salido de 'Battlestar Galactica'
Singapur da un paso de gigante en su defensa naval con la botadura del 'Victory', su mayor buque de guerra y una avanzada 'nave nodriza' para drones diseñada para proteger sus cruciales comunicaciones marítimas en Asia
En un movimiento que redefine por completo su capacidad naval, Singapur ha puesto el foco en la automatización y los sistemas no tripulados para dar forma a su futura armada. La ciudad-estado asiática está desarrollando una nueva generación de buques de guerra diseñados para actuar como «naves nodriza», capaces de coordinar enjambres de drones aéreos, de superficie y submarinos. Se trata de un salto tecnológico sin precedentes para una marina de su tamaño, que busca maximizar su eficiencia con tripulaciones muy reducidas. Esta decisión estratégica se enmarca en una tendencia continental, ya que los drones fabricados en Turquía e Israel triunfan en Asia, consolidando este tipo de tecnología en la región.
De hecho, la alta integración de inteligencia artificial en estos navíos es la clave de esta eficiencia operativa. Gracias a la automatización de buena parte de sus sistemas, los nuevos buques podrán ser manejados por una dotación de menos de cien marineros, una cifra extraordinariamente baja para embarcaciones de estas dimensiones y complejidad. Esta apuesta por la tecnología permite a Singapur compensar sus limitaciones demográficas y mantener una fuerza naval puntera. Esta evolución tecnológica refleja cómo los drones ya son una pieza clave en la guerra del futuro, marcando un antes y un después en las tácticas de combate naval.
En concreto, este proyecto se materializa en el «Victory», el primero de una serie de seis buques de combate polivalentes y el mayor buque de su historia. Con un desplazamiento de 8.000 toneladas y 150 metros de eslora, sus capacidades de combate incluyen un cañón de 76 mm, misiles MICA y Aster, y diversas estaciones de armas remotas. El diseño modular le otorga, además, una gran versatilidad para adaptarse a diferentes misiones, tal y como informa el medio Defense News.
La clave sueca en el nuevo coloso naval de Singapur
Por otro lado, la construcción de este gigante es el resultado de una colaboración tecnológica de primer nivel. El proyecto ha unido a la empresa local ST Engineering con la compañía sueca Saab, un socio estratégico que ha aportado uno de los elementos más innovadores del buque: su superestructura. Este componente crucial ha sido fabricado íntegramente en un avanzado compuesto de fibra de carbono.
En este sentido, el uso de este material en lugar del acero tradicional supone una ventaja doble. No solo aligera el peso total de la embarcación, sino que además mejora su capacidad de sigilo, reduciendo drásticamente su firma de radar y dificultando su detección por fuerzas enemigas. Su alcance, que se extiende a casi 13.000 kilómetros, consolida su papel como una plataforma de largo recorrido.
Asimismo, esta nueva flota está destinada a reemplazar a su vieja flota de corbetas de la clase Victory, que se encontraban en servicio desde la década de los noventa. La entrega de la primera unidad está prevista para el año 2028, momento en que Singapur dará un paso definitivo para garantizar la protección de sus vitales rutas comerciales, un pilar fundamental de su economía en las transitadas aguas del Sudeste Asiático.