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Su-75 'Checkmate': la alternativa rusa al caza de combate F-35 se apaga

El avión de combate, presentado como alternativa al F-35, enfrenta retrasos críticos y una industria debilitada por sanciones internacionales

Su-75 "Checkmate": la alternativa rusa al caza de combate americano F-35 se apaga
Su-75 'Checkmate': la alternativa rusa al caza de combate americano F-35 se apagaAgencia AP

El Su-75 Checkmate fue presentado al mundo como la gran apuesta de Rusia para irrumpir en el competitivo mercado de cazas de quinta generación. Inspirado en el Su-57 y con ambiciones de exportación, el Checkmate fue descrito como una alternativa más asequible al F-35 estadounidense y una opción superior al JAS-39 Gripen sueco.

Pero a pesar de sus promesas, el Su-75 aún no ha realizado su primer vuelo, y todo indica que su entrada en servicio, proyectada para 2026, podría no llegar a materializarse.

Alta tecnología, bajo coste... y muchas dudas

Diseñado por Sukhoi, el Su-75 incorpora muchas características propias de los cazas furtivos modernos: una única turbina para reducir costos y mantenimiento, bahía interna para armamento, entradas de aire sin desviadores y un diseño angular para minimizar la firma radar. Además, destaca su capacidad de cooperación con drones de combate, una tecnología emergente que está redefiniendo la guerra aérea.

El Checkmate también integraría un sistema de aviónica con inteligencia artificial capaz de rastrear hasta seis blancos simultáneamente, una capacidad que, sobre el papel, lo coloca por delante de exportaciones anteriores como el Su-30 o el MiG-35. Y todo por un precio de entre 25 y 30 millones de dólares: una fracción del coste del F-35.

Sin embargo, estas especificaciones aún no han sido verificadas en la práctica. A día de hoy, el Su-75 sigue siendo un prototipo sin validación operacional.

Su-75 “Checkmate”
Su-75 “Checkmate”Agencia AP

Interés internacional que se desvanece

En un principio, el caza captó el interés de países como Vietnam, India y Argentina. Incluso los Emiratos Árabes Unidos se mostraron dispuestos a participar en su fabricación, especialmente tras congelar un contrato armamentístico de 23.000 millones de dólares con Estados Unidos.

Pero la invasión de Ucrania cambió el escenario por completo. Las sanciones internacionales han golpeado duramente la industria de defensa rusa, afectando su acceso a componentes clave como semiconductores y sistemas electrónicos de alta precisión.

Esto ha paralizado buena parte del desarrollo tecnológico del Su-75. Sin esos elementos, la sofisticada aviónica y el sistema de control del caza no pueden avanzar, poniendo en riesgo no solo su producción, sino su funcionalidad básica.

La guerra como obstáculo tecnológico

El conflicto en Ucrania no solo ha afectado la economía rusa, sino que también ha dejado al descubierto las deficiencias operativas de su aviación militar. La pérdida de modelos avanzados como los Su-30, Su-34 y Su-35 ha hecho que muchos potenciales compradores cuestionen la efectividad real de las plataformas rusas.

A eso se suma el hecho de que, mientras el Su-75 aún no ha despegado, otras naciones ya están operando cazas de quinta generación en misiones reales, lo que deja al Checkmate en clara desventaja.

Un desarrollo cada vez más complejo

Lejos de simplificar el proceso, la Corporación Aeronáutica Unida (UAC) rusa ha añadido una nueva capa de dificultad: desarrollar en paralelo una versión no tripulada del Su-75. Esto implica enormes desafíos técnicos, considerando que ningún UCAV (vehículo aéreo de combate no tripulado) de nueva generación ha sido probado aún en combate real.

Alternativa al F-35
Alternativa al F-35Agencia AP

Intentar lanzar simultáneamente las variantes tripulada y no tripulada podría terminar por retrasar aún más un proyecto ya de por sí colapsado.

¿Qué futuro le espera al Checkmate?

Aunque fuentes oficiales insisten en que el primer vuelo se realizará en 2026, la realidad es que el Su-75 está atrapado entre promesas y obstáculos reales. Los retrasos, la falta de componentes, el retiro de socios estratégicos como los Emiratos Árabes Unidos y el bajo rendimiento de la aviación rusa en combate podrían disuadir a los posibles compradores.

Expertos como Harrison Kass han señalado que, aunque algunos países dentro de la esfera de influencia rusa seguirán comprando armamento a Moscú, otros podrían optar por alternativas más estables y probadas.

A medida que el calendario avanza y los cazas occidentales consolidan su presencia en el mercado, el Su-75 corre el riesgo de convertirse en otro proyecto abandonado por la industria militar rusa.