RDC
Treinta estudiantes son asesinados (o no) en un bombardeo en República Democrática del Congo
Llegan noticias confusas sobre lo acontecido el jueves pasado en la localidad de Remeka
Un número indeterminado de estudiantes fueron asesinados el pasado jueves en un bombardeo en el pueblo de Remeka, en la provincia de Kivu Norte, en República Democrática del Congo. Nadie sabe con exactitud cuántos murieron. Ni su edad exacta. Algunas fuentes dicen que fueron cuarenta víctimas; otras, que treinta y cuatro. En cualquier caso, cualquiera de las dos cifras es superior a las de cualquier matanza que haya ocurrido en cualquier escuela de Estados Unidos. Murieron durante un bombardeo provocado por el grupo rebelde conocido como M23, que está financiado por Ruanda y por Uganda, según Naciones Unidas, y que en 2022 se “reactivó” para asolar la región tras diez años de inactividad.
Cinco días después de lo ocurrido, aún no se sabe el número exacto de fallecidos. Apenas se conocen detalles. Este periodista supo de lo ocurrido el pasado sábado, cuando la información aún no había sido confirmada por los organismos oficiales, pero pasan los días sin que exista ningún pronunciamiento al respecto y treinta y cuatro o cuarenta estudiantes asesinados corren el riesgo de caer en el olvido.
Porque todo es sumamente extraño. No es la primera vez que ocurre una matanza de estudiantes en el país, pero nunca había actuado el gobierno congoleño con tanto secretismo al respecto, negándose a ofrecer informaciones firmes que puedan esclarecer lo sucedido. Además, aunque los bombardeos del M23 son habituales en la zona, el número de víctimas en cada acción de este tipo suele oscilar entre una, dos o cuatro personas, donde rara vez se acumula media docena de fallecidos. Y, sin embargo, de pronto, ruido y furia, fuego a niveles nunca vistos y treinta y cuatro o cuarenta estudiantes son asesinados en un bombardeo inédito en el conflicto que enfrenta actualmente al M23 con un batiburrillo de grupos armados (ejército congoleño, milicias de voluntarios locales, militares sudafricanos, mercenarios europeos, cascos azules, etc). Los cuerpos de las víctimas se amontonaron, metidos en sacos blancos, en el aparcamiento del hospital provincial de la ciudad de Goma, capital de Kivu Norte, donde una fotografía borrosa y tirada desde una terraza cercana sirve como única prueba de su drama.
Ninguna declaración del gobierno congoleño. Ninguna declaración de Naciones Unidas, que tiene una misión de cascos azules (MONUSCO) sobre el terreno.
Otra versión habla de un ataque efectuado por el M23 como respuesta a que un miliciano local les robó una vaca. La venganza se saldó según esta versión con varios estudiantes heridos (ningún muerto) y con el puesto de los milicianos incendiado. En este caso, no hubo ningún bombardeo pero 12 miembros del M23 y tres milicianos fallecieron durante el tiroteo.
Otros hablan de 20 muertos y 21 heridos. Otros, de 27 fallecidos. Los más cautos, mencionan “más de 30 asesinados”, sin atreverse a dar una cifra exacta. Ningún cargo militar congoleño consultado por este periodista ha querido dar una respuesta que aparte la neblina. El M23 ha provocado desde 2022 el desplazamiento de alrededor de 560.000 personas, ha asesinado a un número indeterminado de personas (nadie lleva la cuenta exacta) y ha quemado un número desconocido de viviendas. Crímenes de guerra que se acumulan rápido y con una impunidad absoluta.
Esta es una realidad que se vive en la provincia de Kivu Norte: que no hay realidad a la que aferrarse, ni números exactos para definirla. Sólo que hay unos muertos (o no) que se amontonan en el aparcamiento de un hospital (o no) por un ataque que ocurrió (o no) de una forma (u otra) en un lugar demasiado inaccesible como para que nadie se moleste demasiado por lo que es verdad o no. Y esta es la sinceridad que se requiere en este instante: informar de que probablemente murieron unos estudiantes en RDC, pero que puede que no murieran, en un ataque que probablemente ocurrió, pero puede que no. Sólo los cadáveres amontonados en el infame aparcamiento podrían dar un testimonio verdadero... si hubiese alguien interesado en escucharlo.
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