
Ucrania
Una ucraniana graba la realidad de las noches en Ucrania desde que hay guerra: "Están bombardeando los lugares donde viven los civiles"
En una de las últimas ofensivas, Rusia lanzó más de 420 drones y al menos 20 misiles contra la capital, impactando zonas residenciales y estaciones de metro donde había civiles refugiados

A las 11 de la noche suena la alarma en las calles y en los móviles de los ciudadanos en Ucrania. Los civiles corren hacia el metro con miedo, buscando refugio en el subsuelo porque permanecer en sus casas es peligroso. En medio de la desesperación, Yanina Kardanova retrata en sus redes sociales el ambiente que la rodea: el sentimiento compartido de querer volver a casa y la dura realidad de los ataques de Rusia contra Ucrania.
Pero por la mañana, las mismas personas que se refugiaban bajo tierra en las estaciones de metro vuelven a salir a la superficie. Su día transcurre como el de cualquier otra persona: van al mercado, al trabajo, a estudiar o simplemente a pasear. Sin embargo, cuando cae el sol, su entorno se transforma en un campo de batalla.
Cuando suena la alarma: cómo funciona el sistema de alerta y refugio
En Ucrania, las sirenas de defensa civil son una herramienta clave para avisar de ataques inminentes. Están coordinadas por el Servicio Nacional de Emergencias (DSNS), que integra notificaciones desde diferentes fuentes militares y civiles. Estas alarmas se transmiten tanto en la calle como en dispositivos móviles (apps como Alarm Map) y utilizan diferentes tonos según la gravedad, las fases de “peligro” y “todo despejado” se distinguen acústicamente.
Cuando suena la alarma, muchas personas se dirigen hacia estaciones de metro que funcionan como refugios subterráneos. En Kyiv, el metro cumple un rol doble: transporte y bomb shelter. De hecho, la estación Arsenalna es una de las más profundas del mundo, con más de 105 metros bajo tierra, y muchas estaciones fueron diseñadas con el propósito de proteger en tiempos de invasión.
Durante los ataques, cientos o miles de personas bajan al metro con mantas, víveres, cargadores de móvil y lo esencial para soportar horas de incertidumbre. Reuters documenta justamente imágenes de ciudadanos refugiándose en estaciones de metro como respuesta a bombardeos en Kyiv. Ese refugio improvisado se convierte en su zona de paz en medio del caos exterior.
El horror hecho rutina: bombardeos en zonas residenciales
Yanina afirma que los misiles no siempre apuntan a sitios militares o estratégicos, sino que alcanzan vecindarios donde viven civiles. Esa realidad coincide con múltiples reportes. Por ejemplo, la ciudad de Kyiv y otras regiones han sido blanco de ataques nocturnos usando drones y misiles que buscan generar terror y desgaste.
En una de las últimas ofensivas, Rusia lanzó más de 420 drones y al menos 20 misiles contra la capital, impactando zonas residenciales y estaciones de metro donde había civiles refugiados.
La constante amenaza nocturna deja pocas opciones. Quedarse cerca de ventanas puede ser fatal; estar entre muros y objetos sólidos ofrece algo más de protección, como dice Yanina, estar “entre dos paredes”. En muchos casos, esas paredes son las del subsuelo del metro o pasillos subterráneos.
Luz de día, guerra de noche: disonancia existencial
Uno de los elementos más sobrecogedores del reel es esa dualidad: de día, la vida parece casi normal. Yanina cuenta que la gente trabaja, estudia, camina como si la guerra no existiera. Pero esa fachada cae con la llegada de la madrugada. Ese contraste es confirmado por periodistas que cubren Kyiv: muchas noches los ataques son constantes, agotando el sistema de defensa aérea y dejando a millones en estado de vigilia.
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