Lifestyle

La princesa Victoria llevó el mejor vestido en los Nobel y os vamos a convencer

A veces un vestido se convierte en un homenaje en sí mismo

La princesa Victoria de Suecia
La princesa Victoria de SueciaClaudio Bresciani/TTGTRES

Los Nobel son los premios internacionales de mayor prestigio del mundo; se conceden como reconocimiento a aquellas personas o instituciones que han contribuido a mejorar nuestra vida. Además, que sea el mismo rey de Suecia en persona quien los entrega hacen del evento una ocasión solemne, así que la indumentaria debe estar a la altura del evento.

Para asistir al acto y a la cena posterior se exige un vestuario de máxima etiqueta: frac con chaleco blanco para los hombres y traje de noche o largo para las mujeres. Vestir bien es la mejor forma que existe para resaltar el valor del evento y el reconocimiento de los premiados.

Desde la web de los premios dan todas las facilidades posibles para ir “vestido como un rey”, como ellos mismos indican. De hecho, los invitados se suelen alojar en el Grand Hotel y éste proporciona a un sastre, Lars Allde, que ayuda a vestir y a alquilar trajes perfectos para todos aquellos que lo necesiten.

Este año además de los premiados y de las impresionantes joyas que se han podido observar en los distintos actos, el protagonismo se lo ha llevado la princesa Victoria de Suecia, o más bien su vestido, que ha eclipsado al resto de asistentes. La heredera al trono se ha ataviado con un original vestido de Jacqard en blanco y negro de extravagantes volúmenes que la ha convertido en carne de memes en las redes sociales al compararlo con edredones de Ikea. Sin embargo, este osado outfit es un guiño con el que la princesa ha matado dos pájaros de un tiro. El diseñador, Selam Fessahaye tiene origen sueco- eriteo. Por un lado Victoria apoya a la moda de su país, por otro homenajea al vencedor del Nobel de la Paz, el etíope Abiy Ahmed, que ha solucionado el conflicto fronterizo entre Etiopía y Eritrea.

Varias han sido las ocasiones en las que el continente ha fagocitado al contenido, como la ocasión en la que Gabriel García Márquez, allá por 1982, recogió su Nobel de Literatura ataviado con un caribeño liqui-liqui. Y también estuvo bien, porque la etiqueta de los Nobel admite la opción de vestir con trajes regionales si no se quiere ir de gala.

El liqui liqui se confecciona en lino, una tela más propicia para el calor del trópico que para el invierno de Estocolmo, pero el colombiano ya había advertido que “antes muerto que disfrazarse de pingüino”

Gabriel García Márquez con su familia y la familia real sueca en 1982.
Gabriel García Márquez con su familia y la familia real sueca en 1982.larazon

El año pasado el japonés Tasuku Honjo (padre de la inmunoterapia) recogió su Nobel a la Medicina vistiendo un montsuki, el traje formal para hombre en el país nipón. No le faltaron ni las chanclas de madera con calcetines blancos.

En el periodo Edo era un traje semi-formal para los samurái y actualmente se utiliza para bodas, funerales, conciertos de música tradicional y ceremonias formales.

Tasuku Honjo recogiendo el premio Nobel. Foto cortesía de la web Nobel Media.
Tasuku Honjo recogiendo el premio Nobel. Foto cortesía de la web Nobel Media.Alexander Mahmoud

También aportó un toque de color Leymah Gbowee al recoger su Nobel de la Paz en el año 2011 vistiendo un conjunto típico de su país, Liberia.

Leymah Gbowee posa con el Nobel de la Paz 2011
Leymah Gbowee posa con el Nobel de la Paz 2011Ken Opprann

Pero no solo de satenes o trajes regionales vive el Nobel. Imaginaos por un momento la ilusión que debe sentir una persona cuando le conceden este premio. Y qué mejor manera que tu vestido sea un homenaje en sí mismo al premio, al país y a tu trabajo. Este fue el reto que se planteó (y superó) en el año 2014 la neurocientífica noruega May- Britt Moser. El día de la entrega del premio al Nobel de Medicina, Moser deslumbró por tres aspectos: su radiante sonrisa, su naturalidad y su vestido azul Klein donde destacaban, bordadas en hilo y cuentas plateadas, dibujos de las neuronas por las que había conseguido el premio.

¿Se os puede ocurrir homenaje mejor?

May-Britt y su vestido de neuronas. Foto cortesía de Nobel Media.
May-Britt y su vestido de neuronas. Foto cortesía de Nobel Media.larazon