Cómo regalar mejor que los Reyes Magos

Hay quien dice que un buen regalo puede ser el mejor cumplido. Y que lo que cuenta es la intención. Desengáñate: nos gusta recibir obsequios de nuestro agrado y que la gente sea feliz cuando somos nosotros los que regalamos. Y es que regalar es un arte, y saber recibir un regalo también. El escritor español Carlos Ruiz Zafón dijo una vez: “los regalos se hacen por gusto del que regala, no por mérito del que recibe”. Hay regalos que hacen ilusión pero también existen los que son un compromiso y un quebradero de cabeza.

Lo ideal para poder regalar con cabeza es conocer los gustos de la persona a la que tenemos que comprar el detalle. Las redes sociales son un buen escaparate para averiguar si nuestro “regalado” es amante del cine, el deporte o la música clásica. Si nos encontramos ante un ser analógico (existen), siempre hay regalos básicos que nunca fallan, como un dulce, una planta o un libro que se encuentre entre las listas de los más vendidos..

No caigas en el tópico de que con una botella de vino siempre se acierta, sobre todo si es un regalo de compromiso y no sabes nada de la vida de la persona que lo va a recibir. Si es abstemio o ha habido problemas de alcohol en su entorno, seguramente tu regalo se vuelva una ofensa.

¿Cómo acertar al cien por cien? Acompaña tu detalle con el ticket regalo y pégalo bien visible. Si no le gusta tu libro, por ejemplo, siempre puede darte las gracias y pasarse otro día por la librería a buscar un tomo de su agrado. A los niños se les puede explicar que los Reyes se han equivocado en talla, o color. Cuela.

Si vais a regalar en familia y decidís un precio, no te salgas de ese presupuesto. Es tan feo regalar unas servilletas de papel como intentar destacar regalando viajes a París. Y si no lo hay, nunca te conviertas en el protagonista de tu regalo autoalabándote de cuánto te ha costado conseguirlo o lo carisísimo que es. Sé detallista, ¡quita el precio de las etiquetas!

Tampoco pongas en un compromiso a la persona a la que se lo das “pruébate ya la blusa, abre los bombones, pon ya ese disco que esto sí que es música de verdad…”.

Regalamos para sacar una sonrisa y hacer felices a la gente que nos rodea, nunca para poner a nadie en un aprieto, así que no regales cosas íntimas en público, tipo ropa interior sugerente o juguetes para adultos (por favor, si alguien decide poner un satisfyer en el árbol de sus suegros que escriba describiendo la cara de la familia).

La ilusión y la practicidad suelen ser enemigas; no aproveches las fiestas para regalar el nuevo lavavajillas que hace falta en casa.

¿Se puede regalar tickets regalo o dinero?

Es una cuestión delicada. Depende del importe, la confianza que tengamos con esa persona o la tienda donde se pueda gastar el ticket. Vans, Guess o Pandora, ok. Una tarjeta de Primark es triste lo mires por donde lo mires.

Si vas a regalar dinero (lo más práctico muchas veces) adórnalo con una tarjeta escrita a mano. Este pequeño detalle hará que la persona vea que nos hemos tomado tiempo pensando en ella y en agradarla. Y aunque sea tan solo una tarjeta, preséntala bonita. El envoltorio es tan importante como el contenido. La presentación es un arte y aumenta la expectación ante el regalo que vamos a recibir. Recordad cuando éramos niños y nos encantaba abrir cajas, romper el papel y ver todos los lazos brillantes que envolvían los paquetes.

Los niños e internet

Si vas a enviar un regalo por correo o lo compras por internet, ten la precaución de asegurarte que llega antes del día de Reyes. No habrá niño en el mundo que entienda que sus regalos lleguen un siete de enero.

Los niños son los seres más inteligentes del mundo a la hora de recibir regalos, así que no intentes colarles un regalo publicitario o con logo. Ni a ellos ni a nadie. No hay nada más cutre y que te haga quedar peor. Tampoco es buena idea regalar falsificaciones. Tu sobrina adolescente nunca saldrá a la calle con un bolso de plástico con un logo mal cosido. Acostumbrémonos a no intentar aparentar lo que no somos. Es mejor dar cosas sencillas pero buenas.

¿Qué pasa con los re-regalos?

Es delicado reciclar regalos, pero si lo quieres hacer hay unas reglas mínimas: si es un libro que no tenga dedicatoria del anterior regalador, al menos que sea una primera edición o un libro muy antiguo. Si es calzado que esté sin estrenar; la ropa, sin manchas y en buen estado. Regalar algo usado puede ser también un gesto muy cariñoso, como darle a tu amiga ese vestido que siempre te alaba cuando viene a tu casa. Acertarás seguro.

¿Y si voy a una cena de compromiso?

Es aconsejable que siempre lleves un detalle sin tener que hacer alarde de tu economía. Se dice que los pequeños regalos mantienen las grandes amistades. Si te invitan a cenar a casa de un familiar o amigo próximo, pregunta directamente si puedes aportar algo al menú para comer entre todos los comensales.

Si vas a acudir a casa de alguien con quien no hay mucha confianza (un jefe, tu primera vez con la familia política…) las normas de educación dictan que lleves siempre un detalle elegido con mucho cuidado.

Cuidado con las flores, hay mucha gente alérgica. Sin embargo, una planta bonita siempre será bien recibida.

Antes que regalar un vino, compra una botella de un buen licor o del cava que acompañe al brindis. Tu anfitrión seguramente tenga decidido la bebida que vaya a servir en su menú, pero seguramente agradezca tus aportaciones. Ojo, si no quiere abrir tu botella en la cena no se lo eches en cara, no tiene ningún compromiso de hacerlo.

Otra alternativa pueden ser los dulces, y mejor si son piezas pequeñas, tipo macarons, trufas o bombones que puedan servirse con el café. Ojo con las tartas, no sabes si tu anfitrión o el resto de comensales pueda ser diabético o tener alguna intolerancia…

Una botella de AOVE, una mermelada casera o un tarro de miel bien presentada pueden ser la llave que abra el corazoncito de tu futura suegra. Disfruta.