Coronavirus

#LoveIsNotTourism: ¿Cuánto vale el amor?

La prohibición de entrada de la UE a ciudadanos de terceros países golpea duramente a las parejas binacionales. Miles de familias han sido separadas por los cierres de fronteras.

El amor no entiende de naciones
El amor no entiende de nacionesunsplashUnsplash

A fecha de hoy, se puede viajar por toda Europa para rodar una película, o por trabajo, pero Alba Camps no puede reunirse con su pareja. Alba es una catalana a la que la pandemia le pilló en India, donde convivía desde hace dos años con su novio Deepak.

El amor no atraviesa fronteras, al menos en esta época de coronavirus. Muchas familias y parejas han quedado divididas por las restricciones de viaje y no ven el momento de poder reencontrarse. Las medidas de confinamiento impuestas en todo el mundo han afectado no solo a los viajes de placer y las empresas sino que también han separado a las familias y a las parejas binacionales. Tras más de cuatro meses de confinamiento, miles de personas han intensificado sus solicitudes a las autoridades competentes en los que viven para abrir la frontera a las parejas no casadas y levantar la prohibición de viajar. Y es que mientras en muchos países en Europa se puede hacer turismo y cruzar fronteras, la realidad de las parejas es otra.

Alba lleva desde el 5 de abril sin ver a Deepak. “Nuestra idea era venirnos juntos en julio a Barcelona y hacernos pareja de hecho. La India lleva desde el 22 de marzo sin vuelos internacionales. Nos han dicho que esperemos al 31 de agosto a ver si levantan las restricciones, pero no tengo muchas esperanzas porque hay muchos infectados”.

“Desde que llegué he estado mirando la manera de cómo podemos reunirnos. He mirado hasta casarnos por la embajada, por poderes… una amiga me habló de la asociación, hay muchas personas en España que no se han enterado aún. A mí me ha servido de mucha ayuda ver a parejas en mi situación o incluso peores: hay embarazas que van a tener el bebé sin el padre, niños pequeños… visto así, lo mío no es tan drama”. “Yo he sentido que mis amigas no entienden que lo tengo todo el rato en la cabeza, no puedo plantearme mi vida sin él. Siento mucha angustia, pena y frustración, esto es algo vital y muy humano”.

Novios que siguen separados, hijos que no pueden ver a sus padres, planes de vivir juntos que no se han concretado... el hashtag #loveisnottourism ha empezado a circular en las redes para llamar atención de las autoridades europeas y es que el amor es esencial, y más en estos tiempos tan convulsos que estamos viviendo.

En la web https://loveisnottourism hay inscritas ya más de diez mil parejas que necesitan volver a verse. Novios que no tienen papeles que acrediten que están casados pero que consideran prioritario la reunificación de sus familias y que se sienten frustradas por unas restricciones que prohíben el encuentro con sus seres queridos. “Es obvio que debemos detener el turismo para protegernos a nosotros y a los demás. Pero el amor no es turismo. No se trata solo de unas vacaciones de verano, se trata de la salud mental y el futuro de las personas de todo el mundo”.

Testimonios hay miles, como el de Saúl, un mexicano que se siente muy lejos de su novia belga y su hijo en común de dos años. O el de G., un gallego que conoció a su pareja hace once meses y ha fundado el grupo de Facebook de Love is not Tourism en España. “Mi pareja está en el continente americano, ambos somos estudiantes. Es ilógico que nos digan que o estás casado o no tienes derecho a verla”.

En menos de cinco días, y junto a otros grupos que trabajan enfocados en sus países, la comunidad de parejas afectadas por la COVID-19 logró contactar con políticos de la Unión Europea (UE) y obtener el apoyo del europarlamentario Moritz Körner, que envió una carta con las peticiones del grupo a la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson.

En su cuenta de Twitter, Johansson afirmó que apoya el movimiento #LoveIsNotTourisme instó "a las autoridades de los Estados miembros y, de hecho, a las compañías de viajes a que apliquen una definición lo más amplia posible de las relaciones" personales.

Ylva Johansson ya ha manifestado que el amor debe ser una razón esencial para viajar y hay que permitir que los ciudadanos que no pertenezcan a la UE ingresen a la Unión Europea (+ estados asociados) junto con todos los demás viajeros esenciales permitidos (trabajadores transfronterizos, pasajeros que viajan por razones familiares, personal de salud, etc.). Sin embargo, los únicos países por el momento que permiten que las parejas se reúnan son Dinamarca, Noruega, Países Bajos, la República Checa y Austria.

Twitter Love is not tourism
Twitter Love is not tourismLa Razón

Definición de familia para la UE

Según los artículos 2 (2) y 3 (2) de la UE de la Directiva 2004/38 / CE, solo se califican como miembros de la familia de un ciudadano de la UE a los matrimonios, a las parejas registradas cuando uno de los dos miembros es originario de un estado miembro o a personas dependientes por salud de un miembro ciudadano de la Unión. Esta medida tan restrictiva excluye a miles de personas que conviven sin papeles por en medio. En pleno siglo XXI el matrimonio ya no es la base de la sociedad; nadie debería otorgar menos derechos o insinuar que una pareja se quiere menos por carecer de papeles.

Lo que pretenden estas parejas es que se reconozca que un papel no define a una familia y que hay muchas relaciones homoafectivas, incluso con hijos, que no están casadas pero sí tienen la necesidad de vivir juntos como el resto de matrimonios a nivel mundial.

Las parejas binacionales están dispuestas a aceptar cualquier medida sanitaria porque, dejan claro, su intención no es hacer turismo. “Por mí que me confinen con mi pareja – cuenta G.- ya ves, después de tantos meses sin vernos, sería hasta algo ideal. Estamos dispuestos a hacer una cuarentena, a pagarnos los test, lo que haga falta”.

Alba teme que sea cierta la solución que les han dado: esperar hasta el 2022 a que funcione la vacuna y cuenta cómo lo están haciendo muchas parejas: “Hay muchos americanos que están quedando con los europeos en Cancún y Croacia, países donde son bienvenidos, pero solo pueden estar quince días juntos”.

G. reconoce que “hay que ser empático, un gobierno no puede estar en todos los casos y nuestra situación es única, pero hay que avanzar y en España nadie nos hace caso”. En nuestro país, por ejemplo, se permite el turismo sin necesidad de presentar pruebas de covid negativas al llegar al aeropuerto. No tiene sentido pues que no se permita la entrada de parejas y familias que están sufriendo desde terceros países. G. se lamenta “¿no es un riesgo para la salud lo del equipo de fútbol de Fuenlabrada que vino a Galicia con jugadores infectados? ¿entonces por qué mi pareja no puede venir si pasa los controles?”.