Salud

Beef tallow: entre tendencia de skincare y advertencia médica

Presentado como un remedio casi milagroso para la piel y una alternativa saludable en la cocina, el sebo de vacuno se topa con la cruda realidad: las severas advertencias de los expertos sobre sus riesgos

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El sebo de vacuno es un producto de naturaleza comedogénica, lo que significa que tiene una alta capacidad para obstruir los poros del rostro. Europa Press

El principal problema del sebo de vacuno es científico, no una cuestión de modas: la mitad de su composición es grasa saturada. Este dato, de por sí preocupante, tiene una consecuencia directa en el organismo, ya que un consumo elevado de este tipo de grasas está directamente relacionado con el aumento de los niveles de colesterol LDL, el conocido popularmente como «colesterol malo». El desenlace de esta reacción bioquímica es un notable incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, una advertencia que los cardiólogos llevan décadas repitiendo. Adoptar una dieta equilibrada y consciente es clave, por lo que resulta más beneficioso optar por alimentos ricos en hierro para tener más energía y priorizar grasas saludables.

A pesar de ello, esta grasa procesada de ternera se ha convertido en una peligrosa moda alimentaria, promovida en internet como una alternativa supuestamente saludable a los aceites de semillas para cocinar e incluso freír. Sus defensores ignoran la evidencia médica consolidada y la presentan como un ingrediente beneficioso, cuando en realidad su perfil lipídico es un factor de riesgo para el desarrollo de patologías que afectan al corazón y a las arterias.

De hecho, la popularidad del sebo no se limita a la cocina, sino que también lo promocionan como un supuesto remedio para la piel. La teoría que circula por las redes es que su composición de ácidos grasos es muy parecida a la de los aceites naturales de la dermis humana, lo que, unido a su contenido en ácido linoleico, le conferiría propiedades antiinflamatorias, hidratantes y suavizantes, tal y como han publicado en GQ.

La opinión de los médicos: ni en la cocina ni en la cara

En el ámbito dermatológico, sin embargo, el veredicto de los especialistas es rotundo y desmonta por completo estos mitos. El sebo de vacuno es un producto de naturaleza comedogénica, lo que significa que tiene una alta capacidad para obstruir los poros del rostro. Por esta razón, su aplicación facial está totalmente desaconsejada, especialmente en personas con pieles grasas o con tendencia a sufrir brotes de acné, ya que podría empeorar su condición de forma considerable. De hecho, para las personas con estas características cutáneas, es fundamental utilizar productos adecuados, como los limpiadores en espuma para piel grasa recomendados por expertos, que ayudan a controlar el sebo sin causar oclusión.

En definitiva, aunque los expertos admiten que podría usarse puntualmente en zonas corporales de sequedad extrema, como los codos o los talones, el consenso médico es claro: los peligros asociados a su consumo y aplicación superan con creces cualquier supuesto beneficio. Tanto para la salud cardiovascular como para el cuidado de la piel, los aceites ricos en grasas insaturadas siguen siendo alternativas vegetales mucho más seguras y recomendables.