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Terelu Campos estuvo a punto de tirarse por la ventana

Tras la operación, la presentadora está ante un extremo sufrimiento y, tras mucho pensar en el suicidio, asegura que no volverá a ser la misma

Terelu Campos por las calles de Madrid / Gtres
Terelu Campos por las calles de Madrid / Gtreslarazon

Tras la operación, la presentadora está ante un extremo sufrimiento y, tras mucho pensar en el suicidio, asegura que no volverá a ser la misma.

La recuperación de Terelu Campos tras su última operación en los pechos está siendo más difícil de lo que se esperaba y los dolores son tan intensos que su íntima amiga y compañera en «Sálvame», Belén Esteban, ha desvelado que «Terelu tuvo ganas de tirarse por la ventana. Sus dolores eran tan fuertes que se sentía desesperada». Cuando se refiere al estado de salud de su amiga lo hace con máxima preocupación: «Poco a poco va mejorando, pero yo vi sus cicatrices en la espalda y es como cuando te dan dos puñaladas. No eran cardenales». Y ha aclarado, junto a María Patiño y Kiko Hernández, que dichas secuelas eran producto de una complicación de su operación, cuyas heridas no cicatrizaban. Patiño añade que, según le contó la hermana de Terelu, Carmen Borrego, «todavía le quedan dos centímetros para que cierren bien las heridas, que son producto de que, para rellenar el pecho, le cogieron grasa de la espalda». Durante sus intervenciones, Belén tenía mucho cuidado con lo que decía para no ofender a su compañera. Pero, en directo, Terelu le envió un mensaje a la colaboradora y le instó a contar lo que quisiera. Y la «princesa del pueblo» lo hizo: «ví a Terelu con dos aparatitos con cables que iban al pecho. Tenía todo el pecho tapado, oprimido, con un sujetador. Debería haberse recuperado en un mes, pero ya va por el tercero. Terelu no ha querido tirar la toalla. Es una manera de hablar lo que voy a decir: yo sé que le han dado ganas de tirarse por la ventana y de darse cabezazos contra la pared, por culpa de los dolores. Ahora parece que todo está mejorando, pero su doctora no tenía capacidad para darle una fecha final de las curas». Debió ser en un momento de total desesperación, porque, conociendo a la hija mayor de María Teresa Campos, todos la tenemos como una mujer que encara los problemas con valentía y determinación. Cuesta creer que pensara en el suicidio, y si la Esteban conocía ese dramático «deseo» es evidente que la enferma también habría comentado la trágica determinación a sus más allegados, que le habrían quitado radicalmente la idea de la cabeza.

Duras declaraiones

En unas declaraciones a su amiga Mila Ximénez para una revista, Terelu confiesa su grave decaimiento: «Voy camino de tres meses de recuperación, que se dice pronto. Me he venido abajo psicológicamente como nunca antes en mi vida. Una vez le dije a mi doctora en una de mis curas: “Ya no puedo más, voy a tirar la toalla”. Y me contestó: “eso no es una opción”. ¿Me iba a quedar con una herida abierta?».

A todos nos viene a la cabeza un durísimo antecedente familiar: el suicidio del padre de la tertuliana, José María Borrego, cuando ésta acababa de cumplir 18 años y Carmen tenía uno menos. En su libro de memorias, la mayor de las hermanas Campos cuenta que «fue el día que mi padre no quiso quedar conmigo y con Carmen porque nos dijo que “estoy bastante liado”, y acabó quitándose la vida. La historia ocurrió con premeditación y alevosía, y todavía siento mucha pena». Pero deja claro que la pena es por ella y su hermana, ya que «no es fácil convivir con eso. No es sencillo olvidarte de esa gran putada». Añade que después del suicidio sintió odio por su progenitor: «En aquel instante le odié con toda mi alma, con toda mi rabia. Y mi dolor. Y mi amor. Porque yo le quería muchísimo. No puedo dejar de pensar que me desgració la vida de la manera más cruel. Tenía 48 años, le quedaban muchas cosas por vivir. Y a mí con él». Todos queremos que hoy, en esta etapa tan complicada, también sea consciente de lo mucho que le queda por vivir al lado de su hija y de sus seres más queridos.

Regreso a Telecinco

La dura realidad actual de la periodista es que los dolores son tremendos, pero aún así esta misma noche, si no hay contratiempos, podría regresar a la televisión en el «Deluxe». Además, se espera que la próxima semana se incorpore de nuevo al programa de Telecinco a no ser que surjan imprevistos. El pasado miércoles nos encontrábamos unas declaraciones de la tertuliana en una exclusiva publicada en una revista: «He visto el infierno, no volveré a ser la misma... he echado de menos ser yo, me gusta relacionarme y ni he querido coger el teléfono. No podía ir uno a uno contando mi pena». Su vuelta a la pequeña pantalla ha creado una gran expectación. Necesita dinero, lleva meses de baja y no es fija en plantilla, le pagan por colaboración y sus gastos mensuales son muy altos. Desde Telecinco nos descubren que «creemos que María Teresa está ayudando económicamente a su hija, siempre ha sido generosa con los suyos y ni se le ocurriría dejar a Terelu en la estacada cuando más la necesita». La enfermedad ha hecho recapacitar a la tertuliana en lo que se refiere a los contenidos de su programa, y, a modo de examen de conciencia, ha confesado que «me he dado cuenta de que somos demoledores con algunas personas, no mostramos simpatía ni apego con la gente y quizá deberíamos frenar un poco». Un aviso para sus compañeros de plató que, muchas veces, no calibran el daño que pueden hacer con sus palabras.