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Guía básica de sérums para principiantes: cómo elegir el adecuado y empezar a usarlo bien

Los ingredientes clave explicados de forma sencilla para que sepas cuál elegir

Guía básica de sérums para principiantes: cómo elegir el adecuado y empezar a usarlo bien Freepik

Comprar un sérum porque todo el mundo habla de él y luego descubrir que no era lo que tu piel necesitaba es más común de lo que parece. Los sérums concentran los ingredientes más potentes de la cosmética pero justo por eso también generan dudas. Esta guía básica te ayudará a entender qué hace cada uno y cómo incorporarlos sin gastar de más.

Qué es un sérum y en qué se diferencia de una crema

A diferencia de las cremas, los sérums tienen texturas más ligeras y una mayor concentración de activos. Se aplican después de la limpieza y antes de la hidratante, con solo unas gotas basta. Piensa en ellos como un “refuerzo específico” para la necesidad principal de tu piel.

Elige tu sérum según tu piel

El sérum se aplica siempre antes de la crema hidratante y basta con unas gotas para cubrir el rostro.Freepik
  • Ácido hialurónico. Perfecto para piel seca o deshidratada, aporta hidratación intensa y un efecto jugoso inmediato. Funciona todavía mejor si lo aplicas sobre la piel ligeramente húmeda.
  • Vitamina C. Cuando la piel se ve apagada y le falta luminosidad, este antioxidante unifica el tono y protege frente a la contaminación. Lo ideal es usarla por la mañana antes del protector solar.
  • Retinol. Es el ingrediente de referencia frente a las arrugas y la textura irregular. Favorece la producción de colágeno y, con el tiempo, consigue que la piel se vea más uniforme. Lo recomendable es empezar con fórmulas suaves y aplicarlo solo por la noche.
  • Niacinamida. Es un ingrediente muy versátil, especialmente útil en pieles con exceso de grasa o con tendencia a los poros visibles. Además de regular la producción de sebo, ayuda a calmar rojeces y se adapta bien a casi todos los tipos de piel.
  • Ácido salicílico. Recomendado en casos de acné o puntos negros, exfolia y limpia los poros en profundidad. Eso sí, conviene usarlo con moderación porque puede resecar.
  • Ácido glicólico y láctico. Ambos exfoliantes químicos renuevan la superficie de la piel y devuelven luminosidad. El glicólico es más potente, mientras que el láctico resulta más suave e hidratante.
  • Péptidos y resveratrol.Refuerzan la barrera cutánea, estimulan el colágeno y ayudan a mantener la piel más firme y elástica.
  • Bakuchiol. La alternativa al retinol para pieles sensibles, con beneficios similares pero sin riesgo de irritación.

¿Necesitas todos?

La respuesta es no. Muchos sérums combinan varios ingredientes —por ejemplo, ácido láctico con péptidos o vitamina C con ácido ferúlico—, así que no hace falta acumular frascos en el baño. Lo importante es elegir un solo sérum que responda a tu necesidad principal y ser constante en su uso.

Cómo combinarlos sin confundirte

Una regla sencilla para no fallar es aplicar los antioxidantes como vitamina C, ácido ferúlico o resveratrol por la mañana, siempre con protector solar. Los ingredientes más potentes, como el retinol o los ácidos exfoliantes (glicólico, láctico, salicílico) funcionan mejor de noche. Y los hidratantes, como el ácido hialurónico o la niacinamida, encajan prácticamente en cualquier rutina.

Los sérums son potentes porque concentran lo esencial. Elegir uno de acuerdo con tu necesidad y aplicarlo de forma constante puede suponer un cambio real en tu piel. El secreto está en la continuidad porque la mejora llega poco a poco y los resultados merecen la pena.