Verde que te quiero verde

Voluntariado medioambiental desde el salón de casa

Distintas fundaciones permiten realizar donaciones desde su página web. Así puedes hacer tu aportación sostenible

Voluntariado medioambiental desde el salón de casa
Voluntariado medioambiental desde el salón de casalarazon

Distintas fundaciones permiten realizar donaciones desde su página web. Así puedes hacer tu aportación sostenible.

En noviembre de 2002, el desastre causado por el petrolero Prestige en las costas gallegas desató una ola de solidaridad medioambiental. 327.000 voluntarios, según se cifró más tarde, acudieron entonces y durante meses a librar playas y rocas del pegajoso chapapote que surgió de la panza hundida del buque. Se trata, quizá, de la mayor respuesta altruista en el país a favor del medio natural. Los tiempos han cambiado. El voluntariado sigue existiendo, y goza de buena salud, y la generosidad también, pero las nuevas tecnologías permiten actuar desde casa. Ya no

hay excusas.

Apradrinaunolivo.org se presenta como una oportunidad para aquellos que, por falta de tiempo u otras motivaciones, deciden mejorar el entorno desde su salón. Y no se trata aquí de hacer algo en favor de la naturaleza, no es solo eso. Con un solo gesto se consigue también preservar una cultura milenaria y fomentar que los usos tradicionales del campo español se mantengan, si no intactos, sí presentes. «Recuperamos áreas rurales abandonadas de forma sostenible», resumen. Y lo hacen gracias a la ayuda de personas que, con su aportación mensual o anual, contribuyen al cuidado de olivares y árboles centenarios. Cada donante puede elegir nombre para su olivo y, además de su retribución emocional, recibirá dos litros de aceite al año. Promoverá además un proyecto educativo y de economía sostenible en Oliete, Teruel, del que se aprovecharán 100.000 olivos de sus alrededores.

Desde pequeños

En el ámbito de la educación se mueve también Huertos Educativos, de la Fundación Triodos, una idea que pivota en torno al portal www.huertoseducativos.org. «Nos proponemos fomentar el uso del huerto ecológico como herramienta pedagógica y de mejora social», se presentan, y para conseguirlo han trabajado en un proyecto multidisciplinar. En su web publican artículos propios y colaboraciones de centros educativos y sociales que utilizan el huerto como «laboratorio vivo y elemento globalizador». Cada año, además, otorgan el Premio Huertos Educativos Ecológicos, en colaboración con la Asociación Vida Sana, como reconocimiento a la labor de estos centros y sus formadores. Asimismo, fomentan la participación a través de una herramienta propia de microdonaciones. Estas personas encontrarán en ella campañas para colocar una valla en un huerto escolar, instalar un gallinero en un colegio, montar un domo ecológico o comprar herramientas para un organismo que provee de futuro a personas con trastornos del espectro autista, por poner solo un ejemplo. Todo, con un solo clic y generalmente con donaciones a partir de un euro.

Asimismo, nofumadores.org es una ONG cuyo principal objetivo es «defender el derecho a vivir sin tener que respirar involuntariamente el humo del tabaco». Recientemente han lanzado una petición en la mayor plataforma mundial, y online, de este tipo para impedir que se fume en las playas, como ya dictan, de hecho, las normas de uso de estos espacios. Sus motivaciones son variadas, pero una de las más importantes es verde: cada año, 4,5 billones de colillas acaban formando parte de la basuraleza en el mundo. Una sola de ellas contamina 10 litros de agua, hasta 50 si es dulce, y tarda una década en desaparecer. ¿Y si evitamos que los arenales se conviertan en su contenedor circunstancial? Como estas, un buen número de iniciativas nacen cada día para facilitar lo que muchas personas necesitan y contribuir a la creación de una conciencia medioambiental a partir de un ordenador o un móvil y una conexión a internet.

Escuchar a los elefantes para protegerlos

Microsoft, en colaboración con la Universidad de Cornell, Estados Unidos, trabaja para el desarrollo de nuevas posibilidades en torno a la iniciativa bautizada en inglés como Elephant Listening Project. Gracias a algoritmos avanzados y a la inteligencia artificial, este programa distinguirá entre los barritos de elefantes y el resto de sonidos típicos de sus hábitats. A partir de los resultados, los científicos estimarán la población de estos animales, monitorizarán sus movimientos, los identificarán ejemplar a ejemplar y trabajarán para garantizar su protección. Los datos obtenidos sobre el comportamiento de los elefantes proveerán de nuevas herramientas a los conservadores para luchar contra la caza furtiva o evitar molestias a esta especie por parte, por ejemplo, de la industria maderera. También se incorporarán a programas de mayor calado que usan la inteligencia artificial, en el terreno y en internet, para acabar con su caza ilegal. Elephant Listening Project lleva ya tres décadas investigando de qué manera los elefantes se comunican entre ellos mediante sonidos de baja frecuencia.