Caso Malaya

Del Nido cree que beneficia más a la sociedad en libertad que preso

La Razón
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Formular al Gobierno de la nación una petición de indulto resulta una opción legítima que se plantea llevar a efecto José María del Nido en breve. El ex presidente del Sevilla, condenado a siete años de cárcel por el Tribunal Supremo por malversación de caudales públicos en el Ayuntamiento de Marbella, ha optado por utilizar todos los recursos a su alcance para transmitir una imagen de sí mismo alejado de la corrupción que resulta al menos cuestionable: recogida de firmas en el club que presidía, utilización de la imagen de ciertos futbolistas para captar simpatías, recurrir a sus contactos con la Real Federación Española de Fútbol y la Liga de Fútbol Profesional, en busca de un apoyo unánime del fútbol nacional o a los presidentes de los diferentes equipos que no se ha producido... Y a escasas tres semanas de su previsible entrada en prisión, el abogado ha iniciado una ronda de entrevistas en medios nacionales para lanzar un mensaje: que asumiendo su «culpabilidad» puede «beneficiar más a la sociedad desde la libertad que desde la prisión».

El principal condenado por el «caso Minutas», junto Julián Muñoz, aseguró en una entrevista en Onda Cero que si tiene que entrar en prisión, lo hará «con la dignidad que tiene que caracterizar a cualquier individuo» tras cometer «el imperdonable error de haber creído que actuaba bien» en los millonarios trabajos facturados a Marbella. Del Nido confirmó que su ingreso en la cárcel está previsto que se produzca en veinte días, sobre el 14 de febrero, si ningún tribunal determina un retraso en próximas fechas. Si es encarcelado, afirma que intentará «ayudar a todo aquel que estando allí dentro me necesite y al que le pueda aportar desde mi capacidad o mis conocimientos todo lo que he aprendido en esta vida».

Curiosamente, ayer mismo, Juan Ignacio Zoido, amigo de la juventud y uno de los firmes defensores de la «presunción de inocencia» de Del Nido hasta el día que se pronunció el Tribunal Supremo, rompía ese lazo de amistad para pronunciarse, ahora sí, como juez y responsable y servidor público en contra de un posible indulto. «Hoy por hoy ha sido declarado culpable de determinadas conductas por el Tribunal Supremo. La división de poderes consiste en respetar la decisión judicial. Y la función judicial es juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Por tanto, esa sentencia ha de cumplirse. La petición de indulto es para casos excepcionales. Lo que hay que hacer con la sentencia no sólo es acatarla sino también cumplirlas», concluyó el alcalde hispalense.