Andalucía

El PP andaluz afea a Díaz que sea «un corderito» frente al Gobierno de su «jefe» Sánchez

La presidenta de la Junta deja claro a Moreno que sus reivindicaciones para la comunidad no cambiarán

El «cara a cara» de ayer entre Susana Díaz y Juanma Moreno en el Parlamento andaluz tuvo tintes novedosos (Foto: Manuel Olmedo)
El «cara a cara» de ayer entre Susana Díaz y Juanma Moreno en el Parlamento andaluz tuvo tintes novedosos (Foto: Manuel Olmedo)larazon

La presidenta de la Junta deja claro a Moreno que sus reivindicaciones para la comunidad no cambiarán

Las últimas sesiones de control al Gobierno andaluz en el Parlamento autonómico no han desprendido frescor de caminar descalzo, pero en la de ayer irrumpió aire al producirse un cambio de papeles por el relevo en el Ejecutivo central al que aludieron todos los grupos. Si antes lo atacaba la presidenta de la Junta, Susana Díaz, al estar al frente el popular Mariano Rajoy; ahora que lo conduce el socialista Pedro Sánchez lo hace el líder del PP-A, Juanma Moreno. Éste le reprochó a Díaz que, después de haber afirmado que no se podía gobernar con 84 escaños, los que tiene el PSOE en el Congreso, haya sido «la primera en apoyar la alianza de su jefe con unos señores que reniegan de España, que se sienten superiores» y que «se mofan» de la cultura y el acento andaluz, en alusión a los independentistas. El máximo dirigente de los populares andaluces afeó a la socialista el haber labrado una legislatura «basada en la confrontación, pensando que Sánchez jamás podría llegar al Gobierno de España» y le preguntó por la «excusa» que pondrá para «tapar» su «incapacidad», una vez que ya no está el Ejecutivo «causante de todos los males» para la comunidad». A su juicio, «se le ha caído» un discurso que era «falso» y espetó a su rival política que imagina que ya tendrá «el compromiso» de sus «amigos» Sánchez y María Jesús Montero, la ex consejera y nueva ministra de Hacienda, para que el modelo de financiación autonómica aprobado en la Cámara «se haga realidad», para que el Consejo de Política Fiscal y Financiera se reúna en este mes de junio, como estaba previsto; y para que desembarquen «los 4.000 millones de euros» extra que reclamaban a Madrid.

Díaz le respondió con una demanda: tiempo para el Gobierno que acaba de aterrizar. «Deje que lleguen a los ministerios, sólo tenga unos minutos nada más de tranquilidad», ironizó. Y sumó: «Creo que nunca va a notar tanto una tierra el cambio de una letra en un apellido, Montero por Montoro –Cristóbal, el titular de Hacienda saliente–, va a ser sustancial», aseveró. Luego quiso dejarle claro a Moreno que reivindicará para Andalucía «lo mismo que venía reivindicando» y que sigue pensando de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) idéntico de lo que lo hacía «hace un mes», que «son malos y un atropello» a la comunidad. Entiende que fueron «la última herencia, el último regalo» del Ejecutivo del PP, y que con ellos volvió «a castigar a Andalucía», pero se mostró convencida de que sus compañeros de partido, Sánchez, Montero y el ministro de Agricultura Luis Planas –a quien incluyó en la lista por los comentarios de la bancada de la oposición, ya que intentó ser su contrincante en las primarias del PSOE-A– «le van a poner sensibilidad» con la comunidad. «Lo que sale de Andalucía para Madrid a mí me agrada, preocúpese más de lo que viene de Madrid para sus filas y de lo que va a tener que gestionar a partir de ahora», del «AVE de vuelta», lanzó, en referencia a los ministros andaluces desalojados del Gobierno central. «Se le nota a usted la alegría que desprende por todos los poros de ver a Pedro Sánchez en La Moncloa, le miramos la cara y se le nota, hija, es que no puede disimularlo», le replicó el presidente del PP-A, quien le instó a ser coherente y a cambiar los PGE si creen que «son malos». Moreno criticó que «el socialismo andaluz se convierta en un corderito» cuando el PSOE llega al poder y que a Díaz le haya faltado «valentía para enfrentarse a su jefe». «No ha superado el fracaso de las primarias y Andalucía lo va a pagar», afirmó, para enlazar: «Sabe que Sánchez le ha vuelto a hacer un roto, le ha vuelto a poner en evidencia y le ha obligado una vez más a reajustar su paso». La presidenta volvió a demandarle calma, le instó a indicarle dónde están los «independentistas» en el Gobierno, al no verlos, y achacó la salida de Rajoy «al hartazgo enorme» que incubaba la «sociedad española». «Sabía que se tenía que ir a su casa», zanjó.